Cuando empecé a leerla, debo decir que avanzaba muy muy despacio... Por una parte, de golpe se nos presenta a un buen número de personajes y lugares distintos, todos ellos con nombres extraños (Chandragupta —¿homenaje al doctor Chandra del 2010 de Clarke?—, Hebabeerst, Babraham, Utsarpini, Kharole, Akhyaloka... ODIO las haches intercaladas . La corta introducción del libro, por ejemplo, rebosa de datos que deben leerse con cuidado...
Ese es el primer factor que hace que uno empiece a leer con cierta reticencia. El segundo es el de la terminología empleada. Estamos en el futuro, y el vocabulario es harto distinto al del presente. Continuamente los personajes hablan de subandhus, yavanas, rickshaws, kharas, nagarakas, prajapatis, daksa y otras lindezas similares, que obligan al sufrido lector a consultar el glosario que se adjunta al final, una y otra vez. Al principio es enervante, lento, aburrido...
Pero entonces, eventualmente, uno empieza a avanzar en la trama del libro. Y se hace APASIONANTE. Cuando le coges el vicio a eso de mantener un dedo en el glosario y otro en la página de la narración, cuando vas pillando las motivaciones y psicologías de cada personaje implicado, cuando te metes de lleno en la historia... La novela es genial, cautivadora, sorprendentemente llena de ideas imaginativas. A partir de cierto punto te engancha tanto que no puedes parar... Vamos, que leí las dos últimas terceras partes de la novela en la mitad de tiempo que leí el primer tercio. El final es de órdago.
Hay que advertir que es una novela de ciencia-ficción hard, con todo lo que ello implica, incluyendo explicaciones de viajes a velocidades cercanas a la de la luz, con sus consideraciones relativistas correspondientes, complejas descripciones biológicas (se nota que Javi Redal es biólogo , etc. Por otra parte, el hecho de que esté ambientada 25 millones de años en el futuro les da mucha libertad a los autores a la hora de incluir avances científicos, claro...
Resumiendo: recomendable para los amantes de la ciencia-ficción científica o hard (tipo Arthur C. Clarke), para los que gusten de leer algo nuevo y lleno de ideas refrescanes, para los que quieran leer un libro cuyos personajes estén ajenos a estereotipos y tengan auténticos objetivos y complejas psicologías, y en general para los que no se asusten ante términos como fuerzas de marea, corrección de tiempo relativista o complejo multiencimático reparador del ADN.
Y repito que no estaría de más inventar un sistema que evitara las continuas consultas al glosario... Es que hasta que te aprendes los términos más comunes es un cognazo, de verdad...

Aunque se diga, y muy a menudo, que segundas partes nunca fueron buenas, la literatura española tiene ejemplos más que sobrados para demostrar que eso, si hay talento, es una tontería. Ahí tenemos EL QUIJOTE, tanto o más celebrado en su continuación que en su inicio, y remontándonos en el tiempo, y proyectándonos más aún, está este HIJOS DE LA ETERNIDAD.
En esencia tiene los mismos defectos y virtudes que MUNDOS EN EL ABISMO, lectura absorbente por el lado de la cal (con todo lo que esto implica, una mala novela se deja de leer por si misma, una buena se lee por si sola) y la, en exceso, omnipresente ambientación mahabarática por el de la arena.
El estilo y la forma de relatar los acontecimientos de esta novela cambia respecto a si predecesora. Esta vez, Jonás Chandragupta, el involuntario protagonista de MUNDOS EN EL ABISMO, relata gran parte de la novela en primera persona. El resto, cuenta como una flota combinada del Imperio y la Utsarpini va de camino hacia la enigmática Esfera descubierta al final de MUNDOS EN EL ABISMOcon la triple intención de capturar a los desertores que se quedaron en ella, investigar los misterios que rodean la construcción de una obra tan enorme y, eventualmente, apoderarse tanto de la Esfera como de toda la tecnología disponible.
En la Esfera, Jonás tendrá tiempo más que de sobra para preocuparse por su supervivencia y desentrañar todos los enigmas y estudiar las maravillas que se le presentan. Para esto contará con la ayuda de Oannes, uno de los sorprendentes habitantes de la Esfera y Vidya, no menos sorprendente asistente de Oannes.
Tampoco en esta novela se nos da descanso. La acción es trepidante, los largos viajes interestelares y las vertiginosas construcciones levantadas a lo largo de miles de años no chocan contra la fidelidad a la ciencia, y de entre las ciencias, la biología es tratada con especial cuidado, (¿Porque será, será?) sobre todo en lo que respecta a la genética... Sorprendentes revelaciones nos descubrirán que no todos los humanos son tan humanos como parece, ni todas las extrañas criaturas que pueblan la Esfera son tan extrañas como creímos al acabar MUNDOS EN EL ABISMO.
HIJOS DE LA ETERNIDAD (tranquilos, el título también cobra sentido según avanza la novela) es una más que digna continuación de MUNDOS EN EL ABISMO, incluso no me equivocaría demasiado si dijera que ambas forman una sola unidad. Es posible leer MUNDOS EN EL ABISMO como novela independiente sin mayores problemas; algunos cabos quedan sueltos, los protagonistas se dispersan sin que quede claro su destino, pero es lo bastante redonda como para no sentirse estafado a la espera de una descarada y más que segura continuación.
Sin embargo, HIJOS DE LA ETERNIDAD no es posible leerla por si sola. Bueno, vale, sí es posible, pero jamás será una lectura tan satisfactoria si no sigue a la de MUNDOS EN EL ABISMO, demasiados puntos oscuros, algunos detalles que se dan por supuestos, una hábil, aunque a todas luces insuficiente introducción, hacen que esta novela no sea todo lo independiente que sería de desear.
Por si sola tiene una buena cantidad de virtudes, pero resulta evidente que más que hablar de dos novelas deberíamos hablar de ¿MUNDOS EN LA ETERNIDAD?
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Publicado originalmente el 6 de julio de 1997 en www.ciencia-ficcion.com
Acabo de leer HIJOS DE LA ETERNIDAD, y me ha parecedo un excelente libro (aunque no tan bueno como MUNDOS EN EL ABISMO).
En el libro he encontrado un par de detalles que me han sorprendido: ¿No es exagerado eso del cadáver partido en cubitos como un huevo duro (sic) consecuencia de una diferencia de una atmósfera y una reja?
También me gustaría saber por qué se cabrea tanto Jonas por la manipulación genética. ¿donde hay que apuntarse para que me la hagan a mi?
Y por cierto. ¿Como es que Chait sabe el nombre de monos acorazados, que acaba de ponerles Jonas si todavía no han hablado entre ellos?
En cualquier caso he disfrutado muchísimo leyendo el libro.

La génesis de HIJOS DE LA ETERNIDAD fue esta: Javier y yo tardamos cinco años en escribir MUNDOS EN EL ABISMO porque no nos corría nadie y porque pensábamos que lo íbamos a tener muy difícil a la hora de publicarlo. Lo de DESIERTO DE NIEBLA Y CENIZAS aun coleaba y la idea general era que la CF española no vendía. MUNDOS EN EL ABISMO resultó una novela de seiscientas páginas y decidimos recortarla hasta un tamaño más razonable. A Domingo Santos le encantó y la publicó inmediatamente. Pedro (Domingo Santos), tenía la idea de romper este mito de que publicar a españoles era arruinarse. La editorial estaba en contra, pero MUNDOS EN EL ABISMO funcionó igual que una novela americana y además se ahorraron los gastos de traducción. La editorial se entusiasmó entonces y Pedro nos llamó para pedirnos otra novela, una continuación si era posible porque el final de MUNDOS era lo suficientemente abierto como para que los lectores esperaran una continuación. Javier y yo recogimos las partes recortadas del original de MUNDOS y le añadimos escenas nuevas hasta completar HIJOS DE LA ETERNIDAD. Tardamos sólo seis meses en tenerla terminada. No es una novela de la que me sienta especialmente orgulloso, pero creo que las partes que recuperamos en ella de MUNDOS eran necesarias para entender el sentido de la primera. Si pudiera reeditarlas lo haría en un solo volumen, como ya se ha comentado por aquí, y recuperaría la primera novela de seiscientas páginas.
Lo de la manipulación genética... Es un poco irónico y este concepto es la base de todo nuestro escenario. Personalmente estoy completamente a favor de la manipulación genética, de la desaparición de las enfermedades, de la inmortalidad, de adaptar el cuerpo humano a ambientes tan diferentes que sea imposible distinguir lo humano de lo alienígena. Recuerda lo del Mundo la carne y el demonio de Bernal. Los miedos a la genética tienen siempre un origen de oscurantismo religioso, aunque los que los defienden no lo crean.

Cualquiera que lleve cierto tiempo en esto de la ciencia-ficción conocerá sobradamente el gusto del género, sobre todo en las últimas décadas, por alargar el éxito de una novela convirtiéndola en el origen de una serie. Uno de las máximos exponentes en el vicio de las continuaciones es ese tipo de ciencia-ficción dura en el que los protagonistas, personajes generalmente planos, viven mil y una aventuras en el interior de una extraña construcción de colosales dimensiones. La proliferación de finales abiertos en esta clase de novelas convierte a las mismas en terreno fértil para segundas (o infinitas) partes que continúen la idea inicial.
El problema es que este tipo de ciencia-ficción hard vive del sentido de la maravilla, y es muy difícil volver a sorprender ateniéndose al universo ya creado. Así tenemos, por ejemplo, que las continuaciones de obras tan importantes como CITA CON RAMA, de Arthur C. Clarke, o MUNDO ANILLO, de Larry Niven, no son mas que nuevas aventuras en el mismo lugar que ya conocemos, lo que acaba conduciendo, por muy bien que se narre, al hastío más absoluto. Curiosamente, HIJOS DE LA ETERNIDAD es, y a la vez no es, un claro ejemplo de esto.
Aunque esta novela es continuación de MUNDOS EN EL ABISMO (obra de características similares a las anteriormente mencionadas), habría que tener en cuenta que su contenido no surgió de la nada. Esta segunda incursión en el cúmulo globular de Akasa Puspa no es un invento posterior al éxito de su predecesora. Conformaba en realidad, junto a la primera, una obra original única que tuvo que ser drásticamente recortada por imperativos editoriales.
Y se nota.
HIJOS DE LA ETERNIDAD adolece de esa repetición de un entorno que no aporta nada nuevo, cuya única función es la de servir de escenario a una serie de aventuras que, todo hay que decirlo, nunca aburren gracias al ameno estilo narrativo con el que están desarrolladas. Las andanzas del pobre Jonás Chandragupta (contadas en primera persona) al servicio del desertor loco Chait Rai se alternan con pulso acertado con la descripción del largo viaje de la Flota que viene en su busca. Un viaje que, por cierto, no aporta nada esencial a la trama.
Pero si hasta aquí la novela sigue el consabido esquema de las anodinas continuaciones al uso, el maleficio queda roto por un auténtico as ganador que los autores guardaban en la manga, una creación a la que ni siquiera algunos puntos oscuros logran restar grandeza. La aparición de los angriffs, sobresaliente acierto de la novela, su biología y la imaginativa función para la que fueron creados se valen por sí mismas para despertar la maravilla en el lector. Una especie alienígena diseñada con un fin determinado que por sí sola se basta para que la novela merezca ser leída. No obstante, sería interesante conocer los datos por los que estos exterminadores galácticos llevan tanto tiempo conviviendo con los humanos del cúmulo sin dar buena cuenta de ellos. La respuesta está en la imaginación del lector, pero no en el libro.
Y siguiendo con la parte positiva, no se puede dejar de mencionar el breve pero intenso capítulo titulado Religión. En él, la sutilidad con que los autores atacan a la misma durante toda la serie, desaparece y deja paso a una crónica descarnada del mal al que su abuso conduce. Un episodio que se lee con un continuo escalofrío y que sin duda constituye uno de los mejores cuentos cortos jamás escritos en nuestro país.
Si esta novela se muestra previsible en algunos aspectos y muy ingeniosa en otros, se puede decir que en su finalización produce cierta perplejidad, más por la manera de contarlo que por su presumible contenido. Se da un notorio alejamiento repentino de los hasta entonces principales protagonistas de la obra. El anónimo fin del angriff y la desaparición total tanto de Chait Rai como de Jonás conceden la carga dramática a un personaje creado en y para las últimas páginas. Un recurso literario, en mi opinión, totalmente innecesario.
Personalmente, confieso que me hubiera gustado echarle un vistazo al original de 600 páginas, pero en todo caso, la positiva impresión que deja este volumen, unida a la enorme calidad de MUNDOS EN EL ABISMO, convierte sin duda a esta breve serie de Akasa Puspa en la mejor que ha dado la ciencia-ficción hard escrita en España.
Alfonso Merelo en Desde Tartessos (rv. 27-07-22)
Manuel Rodríguez Yagüe en Un universo de Ciencia-Ficción (rv. 27-07-22)
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