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STARPLEX
STARPLEX Robert J. Sawyer
Título original: Starplex
Año de publicación: 1996
Editorial: Libros del Atril
Colección: Omicrón
Traducción: Adela Torres Calatayud
Edición: 2006
Páginas: 317
ISBN: 978-84-96575-26-4 
Precio: 18 EUR
Comentarios de: Carlos Cotta

Tiempo estimado de lectura: 1 min 50 seg

Robert J. Sawyer es uno de los valores seguros de la ciencia-ficción hard actual. Últimamente había leído cuatro obras suyas (END OF A ERA, EL CÁLCULO DE DIOS, FLASHFORWARD, ITERATIONS) y todas me dejaron una buena impresión, tanto por su talento imaginativo (ITERATIONS por ejemplo es una colección de relatos cortos que contiene algunas gemas notables) como por el cuidado de los detalles científicos, y por algunos de los temas recurrentes en sus novelas (dinosaurios, racionalismo, inmortalidad, …) STARPLEX, la novela que nos ocupa no es una excepción en este sentido.

El punto de partida de STARPLEX es la existencia de una red de atajos similares a agujeros de gusano que permiten desplazarse por la galaxia (en realidad no se trata de agujeros de gusano al uso, ya que las bocas de entrada/salida tienen una complicada interconexión múltiple, y existe un cierto hiperespacio que les da soporte) Esa red de pasarelas cósmicas fue construida —tópico al canto— por una civilización de la que no se tiene noticia alguna, y tiene una curiosa característica: no se puede emplear una cierta pasarela como salida hasta que no haya sido empleada antes como entrada. De esta forma, una zona de la galaxia no se abre al resto de la misma hasta que no hay una especie inteligente que desarrolla la tecnología del viaje espacial y atraviesa su pasarela local por primera vez (reminiscencias aquí del concepto del CENTINELA de Arthur C. Clarke) En el momento en el que la raza humana alcanza su pasarela más cercana, ésta se abre a las dos otras civilizaciones que parecen existir: los waldahuds y los ibs (hay una cuarta inteligencia, pero también terrestre, los delfines) Tras el contacto se pone en marcha una Commonwealth de planetas, al más puro estilo Star Trek. De hecho, los waldahuds tienen mucho del carácter agresivo de los klingon (aunque el físico no les acompaña, ya que son una especie de mamíferos hexápodos achaparrados, similares a cerdos) y los ibs son fríos y calculadores como los vulcanianos. Los ibs están particularmente bien conseguidos: se trata de seres gestalt, constituidos a partir de la simbiosis de seis organismos diferentes (con distintos grados de inteligencia, desde el completo intelecto racional al puro instinto)

El desarrollo de la historia se divide en dos hilos separados que al final convergen. En la primera vemos las vicisitudes de la nave STARPLEX cuando atraviesan una de las pasarelas y llegan a una región inexplorada de la galaxia. En ella encontrarán sorpresa tras sorpresa, cada cuál mayor. Se establecerá contacto con una especie alienígena realmente exótica (los darmats) cuyos orígenes se remontan al Universo primordial, y se empezarán a revelar aspectos de una historia de escala cósmica que se extiende durante miles de millones de años. La difícil relación entre humanos y waldahuds (en la nave y fuera de ella) llevará a una escalada de tensión en los acontecimientos y a una posible guerra. El segundo hilo comienza también el principio del libro, pero cronológicamente empieza en el punto intermedio de la trama anterior, y salta a través del tiempo al futuro profundo. El protagonista (que hace doblete en ambos hilos) entabla contacto con los constructores de la red de pasarelas, y se nos van desgranando detalles que nos ayudarán a recomponer el puzzle final.

Como decía anteriormente, hay aspectos en STARPLEX que ya aparecieron en otras novelas anteriores (la posible inmortalidad, el papel del observador consciente en la mecánica cuántica, o el principio antrópico por ejemplo) pero las situaciones y el rol de los mismos mantiene cierta originalidad. A fuer de ser sinceros, comencé a leer la novela con algo de escepticismo, debido a algunas críticas no muy positivas que había leído. Sin embargo, la impresión final ha sido bastante positiva. La historia es entretenida, tiene escala cósmica, y la revelación final sobre la razón de los acontecimientos es interesante. END OF A ERA sigue siendo mi novela favorita de Sawyer, pero ésta no está nada mal.

© Carlos Cotta, (661 palabras) Créditos
Publicado originalmente en La singularidad desnuda el 26 de diciembre de 2007
CC by-nc-sa 2.5
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