Por fin logré conseguir este libro que estuve trasegando bastante tiempo. Lo había preguntado en todas las librerías y hasta indagué por él en la eeb de Planeta, pero nadie sabía darme razón. Al parecer ya estaba descatalogado pues según me dijeron fue un fracaso en ventas (¡qué tristeza!)
Me lo encontré en una de mis visitas a la capital en una tienda de saldos (claro, dónde más) y por fin pude encontrarme cara a cara con escritores de mi tierra que se atreven a hacer ciencia-ficción. Y para mi sorpresa el resultado ha sido bastante bueno.
El volumen recoge los escritos más representativos de la primera convocatoria dirigida a escritores de ciencia-ficción: Bogotá una ciudad que sueña, realizada en la capital a principios de 1998, más otro par de relatos de autores Colombianos (María Castello Ortega, René Rebetez, Germán Espinosa, Antonio Mora Vélez) de todos los tiempos y que en algún momento cultivaron el género. Uno de los jurados de dicho concurso fue René Rebetez, el padre de la ciencia-ficción en nuestro país y uno de los grandes impulsores del género en Latinoamérica. Debido al rotundo éxito de dicha convocatoria, a la cantidad y calidad de la mayoría de los escritos, Rebetez decidió preparar esta antología para dar a conocer el talento y la imaginación de tantos de nuestros coterráneos.
El volumen comienza con una excelente introducción escrita por Rebetez, donde da un vistazo general pero completo del género de nuestros afectos, de una manera rápida pero coherente, para luego presentar esta colección de historias escritas por gentes tan diversas. Y es que al leer los créditos llama la atención la diversidad de oficios a los que se dedican los escritores que participaron de la antología. Encontramos desde periodistas y profesores universitarios, hasta ingenieros, médicos y empleados del estado. Claro, siendo Colombia un país donde no hay un movimiento fuerte, o por lo menos organizado, de aficionados a la ciencia-ficción es lógico que no abunden los escritores que se dediquen profesionalmente al género. Así que la mayoría de las veces son aficionados los que nos divierten con sus historias, que no por ello dejan de estar bien escritas, ser originales o estar narradas con fluidez y claridad.
Después de la introducción vienen los relatos propiamente dichos, donde encontraremos de todo, desde alienígenas, viajes espaciales y bucles espacio-temporales, hasta ucronías, experimentación genética y finales apocalípticos. Esta variedad de temáticas ha sido bastante significativa para mí pues no sólo me ha mostrado que los escritores del género en mi país están bien documentados sobre todas las tendencias y sub-géneros de la ciencia-ficción, sino que además me ha enseñado que con una buena dosis de imaginación y talento se pueden contar historias coherentes donde los sucesos importantes o las catástrofes ocurran en una ciudad normal y común como Bogotá y no en las grandes capitales de siempre, New York, Los Ángeles o Londres.
Así por ejemplo en LA DELACIÓN se nos cuenta la tragi-cómica historia de Silvia, una mujer bogotana común y corriente que sin querer, termina delatando a su enamorado y desenmascarando de paso un plan de intrigas y batallas de dimensiones cósmicas.
O en EL ENCUENTRO CERCANO DE JUAN MATÍAS, donde un humilde parroquiano bogotano es el primer testigo de uno de los momentos más importantes en la historia de la humanidad: el contacto con un habitante de otro planeta.
O en LA NOCHE DELA TRAPA, en mi opinión el mejor cuento de esta antología, del internacionalmente conocido Germán Espinosa, donde se analizan de cerca las angustias del científico arrogante jugando a ser dios.
Así uno tras otro se van sucediendo los relatos unos muy buenos, otros no tanto, unos más redondos y contundentes otros más literarios y poéticos aunque que todos, en general, entretenidos y divertidos.
Además de la variedad temática hay otros dos aspectos más que le dan altura y peso a esta antología y que quisiera resaltar. Por una lado está la calidad literaria de la mayoría de los escritos demostrando esto que sus autores tienen una formación sólida en este aspecto y por otro lado está el sentido del humor y la parodia que se insinúan en muchos de ellos. Muchas veces se utiliza la ficción científica simplemente para reflejar el presente con un dedo crítico y amonestador, llamando la atención sobre peligros reales que acechan al hombre a la vuelta de la esquina de la historia. Y al hacerlo y utilizar, como telón de fondo, una ciudad tan particular como Bogotá, se consiguen escenas verdaderamente cómicas que parodian de una manera magistral la cruda realidad con la que nos enfrentamos todos los días.
Otros cuentos dignos de mención son:
LA TRAGEDIA DEL HOMBRE QUE OÍA PENSAR, escrito a principios del siglo XX por María Castello Ortega y que nos muestra que la ciencia-ficción no es algo nuevo en Colombia.
SACRIFICIO DE DAMA, de Julio César Londoño, un apasionado del ajedrez, quien ha creado una historia donde la protagonista es una supercomputadora que juega magistralmente este juego. Todo el drama que refleja este cuento no es más que la vieja lucha del hombre contra la máquina.
Orlando Mejía Rivera relata en EL ASUNTO GARCÍA, una sorprendente ucronía que recrea uno de los episodios más dolorosos de la historia contemporánea en Colombia: el 9 de abril de 1948. Y en ese escenario las vidas de dos de nuestros colombianos más ilustres se entrelazan sorprendentemente.
LA MUJER DEL ALQUIMISTA de Mario Alberto Price Jaime, impecablemente escrito con un tono y un lenguaje dignos de un excelente narrador, nos cuenta, a manera de diario, las penurias de un alquimista enamorado por partida doble quien, valiéndose de sus artes, intenta construir un androide que comparta elementos de sus dos amadas, pero al final terminará siendo víctima de su propio invento.
Y así unos cuantos cuentos más otros tantos poemas, completan el volumen. Sí, dije bien estimado lector, poemas de ciencia-ficción. Ahhh que ¿para ti esto no es ninguna novedad? Bueno, discúlpame es que yo soy nuevo en el género y a mí si me ha sorprendido bastante encontrarme con esta forma de expresión estilística en la ciencia-ficción. Claro que me ha dejado más o menos indiferente pues como no me gusta la poesía, pues no la entiendo, no he sabido valorar estos poemas, pero digamos que esto demuestra lo rico y variado que puede llegar a ser el género de ciencia-ficción.
Finalmente, y como todo no puede ser color de rosa, debo decir que a pesar de que todas las historias son bastante entretenidas y el volumen en general es bastante consistente, me ha parecido, sin embargo, que la mayoría de los relatos tienen un final muy predecible. Salvo contadas excepciones, uno ya sabe para donde va la cosa y aunque igual se disfruta con el relato, no deja uno de extrañar esas historias en las que en el último párrafo o en la última línea se le da la estocada final al lector; para eso son los cuentos ¿no? o si no mejor escribir una novela...
A lo mejor es problema mío pues cada vez me es más difícil sorprenderme con lo que leo, casi todo se va tornando predecible, entretenido, pero su trama tan clara y cristalina como el agua. Qué le vamos a hacer, uno extraña bastante ese sentido de la maravilla del que tanto se ha hablado y que seguramente es el responsable de que muchos de nosotros seamos aficionados a este género.

El Atlántico es mucho más ancho de lo que parece, y si ya es difícil que obras de autores españoles de ciencia-ficción lleguen a América, el hecho de que las obras de los autores hispanoamericanos lleguen a España es poco menos que el producto de un milagro en forma de regalo de buena voluntad. Como éste CONTEMPORÁNEOS DEL PORVENIR, selección de ciencia-ficción colombiana realizada por Rene Rebetez. Lo sorprendente del caso es que ambos libros fueron editados por las respectivas filiales en México y Colombia de la todopoderosa editorial Planeta.
Seguramente alguien recordará las novelas y cuentos de Carlos Gardini, Angélica Gorodischer, o los mismísimos Borges o Bioy Casares, pero no nos engañemos, las que caen habitualmente en nuestras manos son ediciones españolas de obras de éxito e, incluso, primeras ediciones al cobijo de un mercado, el español, más receptivo ante según qué obras y qué géneros. Siempre nos queda Internet, por supuesto, no resulta difícil encontrar obras de autores hispanoamericanos colgadas por decenas de páginas de grado o por fuerza, sin embargo, al no existir el contacto fetichista del libro, con sus ilustraciones en portada, sus hojas de papel para pasar y marcar, el olor a tinta de imprenta, se considera inconscientemente literatura de segunda, y no se tomen tan en serio como debiera, cosa que, por otro lado, también se debe a que la facilidad para publicar de Internet hace necesario un esfuerzo extra para separar el grano de la paja.
Por todo ello resulta emocionante tener entre las manos un libro como éste, CONTEMPORÁNEOS DEL PORVENIR, directamente llegado desde Colombia gracias a la buena voluntad de Dixon Acosta. Éste es el último trabajo de su compilador, Rene Rebetez, que no llegó a verlo impreso puesto que la edición es de 2000, y éste pionero del género en Colombia falleció en 1999
Una de las características de la literatura colombiana (y estoy por decir que de la literatura en español) de los últimos treinta años ha sido la influencia abrumadora del realismo mágico de la mano de su máximo exponente; Gabriel García Marquez. El problema, según me comentaba el propio Dixon, era doble, por un lado, los émulos literales de García Marquez hacían repetitiva y poco original la producción literaria, y por otro, todos aquellos autores que, por reacción, se alejaban todo lo posible del estilo y temas de García Marquez sólo producían obras de dudoso interés. Todo esto consiguió estancar la literatura colombiana hasta que, por fin, nuevas generaciones con nuevas influencias han podido sacudirse de encima la losa garciamarquiana y son capaces de escribir sin pretender emularlo pero a la vez sin renegar de su bagaje literario. En ese sentido, el cuento EL ASUNTO GARCÍA, de Orlando Mejía Rivera, protagonizado por un jovencísimo García Marquez en sus tiempos en la universidad, exorciza los fantasmas del pasado y sugiere un futuro en el que CIEN AÑOS DE SOLEDAD nunca se hubiera escrito.
En el resto de los cuentos y poemas de este volumen se pueden rastrear las inquietudes y temas recurrentes de los autores colombianos de ciencia-ficción en la actualidad. Ante todo sorprende el sentido del humor, irónico y socarrón que impregna la mayor parte de las obras, especialmente refrescante cuando casi toda la ciencia-ficción española, como casi toda la literatura española, parece haber sido escrita, discúlpeseme la expresión, con un palo metido en el culo; ampulosa, sobreescrita, adusta, rígida, aburrida, en definitiva, escrita por gente que parece más interesada en demostrar lo bien que escribe sin tener realmente nada que contar. En CONTEMPORÁNEOS DEL PORVENIR ocurre lo contrario, hay temas concretos, hay obsesiones definidas, hay mucho que decir, y además bien dicho, han sido pocos los relatos que me han aburrido (y no son pocos, veintiuno) y si muchos con los que he disfrutado enormemente.
Como decía, es una lástima que no haya una mejor comunicación y una mínima distribución de estos libros en España. Ayudarían, y mucho, a ampliar miras y recordar que la literatura en español en general, y la ciencia-ficción en español en particular, tiene más provenir en Hispanoamérica que en España.
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Publicado originalmente el 20 de junio de 2004 en www.ciencia-ficcion.com