
Una plácida mañana de octubre, una cúpula de un material indestructible cae sobre la pequeña población rural de Chester´s Mill en Maine. Así, sin avisar: ¡ZAS! Un avioncito en prácticas de vuelo estrellado; un castor que queda justamente en el borde donde cae la cúpula partido por la mitad; un camión que circula a gran velocidad y choca contra un muro invisible hecho añicos, y un pueblo entero aislado del resto del mundo. ¿Han sido los aliens? ¿Los terroristas? ¿El propio ejército de los Estados Unidos? Nadie tiene ni idea de lo que ha ocurrido, lo único que conocen con seguridad es el hecho: han quedado encerrados como una araña atrapada en un bote de mermelada. Las pruebas se suceden para liberar a la ciudad, pero ni las armas nucleares más potentes son capaces de hacer mella en la cúpula. Por suerte para los habitantes de Chester´s Mill, y del lector que de otra manera tendría un libro bastante corto, la cúpula es más o menos permeable al agua y al aire, de modo que la reserva de estos elementos en su interior se va renovando, y sus habitantes pueden seguir viviendo, al menos durante un tiempo.
Ahora imaginemos esa cúpula como una gigantesca ensaladera vuelta del revés, y empecemos a sazonarla con un exmarine atormentado por sus recuerdos de torturas cometidas en Fallujah; un grupo de extremistas cristianos, liderados por un reverendo enganchado al éxtasis y un concejal corrupto, que ve en el encierro el lugar para liberar sus ambiciones egomaníacas; una reportera republicana que empezará a dudar de sus credos; un sheriff inepto y manejable; un joven psicópata y necrofilo; un adolescente genio de la informática y un enfermero que se ve obligado a actuar como médico al quedar aislados. Esos son tan sólo unos pocos de los ingredientes que King utiliza en LA CÚPULA, la cantidad de personajes es tal, que el libro necesita (¡alarma!) ir prologado con un pequeño resumen de quién es quién.
Una vez arrancada la historia, la cúpula se convierte en un elemento que queda en el trasfondo, y cobra protagonismo lo que ocurre entre los diversos personajes. La mayoría desean que la cúpula desaparezca para recuperar su libertad, y poder volver a tener contacto con sus seres queridos; pero otros muchos se sienten perfectamente cómodos en la nueva situación: están regidos por la idea de que en el mar siempre hay un pez más grande que tú, pero en una pecera, a poco que seas un poco grande, puedes ser el más grande de los peces. Ahí comienza la lucha, que ocupa la mayor parte de las páginas. Y eso convierte a la novela en ciertamente interesante porque, si algo sabe hacer King es crear unos personajes que respiren y palpiten, que estén verdaderamente vivos. Ahora bien, de igual modo he de decir que, si algo no sabe hacer King, es controlar a sus personajes y obligarlos a ceñirse a un mínimo guión. Que no se me malinterprete, disfruto como un enano con un personaje bien construido; pero al comenzar a leer el libro, lo que a mí me interesa es de dónde demonios ha salido esa cúpula y si va a haber alguna manera humana de escapar de ahí. Me interesa, y mucho, la reacción de los personajes ante esa nueva situación en sus vidas; pero considero que tampoco es necesario asistir a todos y cada uno de los instantes vividos por los habitantes del pueblo.
En resumen, creo que en LA CÚPULA se dan la mano lo mejor y lo peor de King. Por la parte de lo mejor tenemos un relato trepidante de ciencia-ficción al estilo de TOMMYKNOCKERS con unos extraterrestres de presencia ominosa y discreta a la vez; un pueblo del Maine profundo que queda aislado del resto del mundo, como en una especie de APOCALIPSIS invertido, donde la mayor parte de la población terrestre se salva mientras que unos pocos quedan encerrados y a su suerte; un político corrupto al estilo del protonazi Greg Stillson de LA ZONA MUERTA; y una crítica más que evidente al fanatismo religioso y al ejército estadounidense. Por la parte de lo peor tenemos, fundamentalmente, el tema de la longitud (unas mil quinientas páginas), que le hace perder fuerza y energía a una historia que se podía haber contado igual en la mitad de espacio.
Un par de apuntes antes de acabar. La cúpula que cae sobre Chester´s Mill es sospechosamente parecida a la que cae sobre Springfield en la película de LOS SIMPSONS. Es tan similar, de hecho, que en la actual versión cinematográfica de la novela que está emitiendo la CBS, los adolescentes del pueblo se dedican a ver en bucle en Youtube esa escena de la película. No obstante, y por si alguien dudaba de la originalidad de King, LA CÚPULA, que se publicó en 2009, parte de un manuscrito sin publicar de 1976. De modo que, para tranquilidad de los fans de ambos, ni Matt Groening se copió de King, ni éste de Groening. En 1976 Stephen King abandonó el manuscrito, apabullado ante la ingente cantidad de conocimientos técnico-científicos que la obra le requería para resultar un relato creíble de ciencia-ficción. Necesitaba saber cómo una cúpula podría afectar a la climatología de la ciudad, y las principales afecciones que podrían sufrir sus habitantes, y en aquella época no se vio con fuerzas ni ganas para afrontar una investigación seria al respecto. Treinta años después, con mucho más tiempo, conocimiento y medios (y la ayuda de un asesor médico), Stephen King volvió a enfrentarse a la idea de la cúpula, y esta vez sí, acabó el libro.
Manuel Rodríguez Yagüe en Un universo de Ciencia-Ficción (rv. 31-05-22)
Daniel Salvo en Crónicas de Futuria (rv. 31-05-22)
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