CALIBAN es, de todas las obras que han aparecido a la sombra de Asimov, sin duda una de las más fieles. El estilo de LOS ROBOTS DEL AMANECER aparece aquí perfectamente replicado por MacBride Allen, casi un desconocido, pero que logra reproducir a la perfección la ambientación, la psicología y ese tipo de tramas al estilo Agata Christie que han caracterizado al de Petrovichi. Por ello, tomar como referencia los antecedentes del cicerone de esta trilogía es suficientemente válido como punto de partida, para tratar de explicar qué es CALIBAN.
De nuevo estamos ante una HISTORIA DE ROBOTS, con muy pocas novedades respecto a las anteriores. El escenario es el universo Aurorano de Asimov, con la Tierra y los primeros mundos coloniales ya no constreñidos por los cincuenta (cuarenta y nueve ya) mundos Espaciales, habitados por longevos ciudadanos permanentemente protegidos y cuidados por decenas de robots. En este caso, una Susan Calvin remozada en una robotista del mundo Inferno ha creado un nuevo modelo de robot, basado en un cerebro gravitónico (en contraposición al anterior, que era positrónico). En este cerebro las Tres leyes no son intrínsecas. Aún más, en Caliban, ni siquiera se han insertado las cuatro Nuevas Leyes, creadas explícitamente para obtener unos robots con suficiente libre albedrío como para que sean tolerados por los colonos, implicados con los infernales en la readaptación de Inferno, un mundo en muy precario equilibrio. Esta ausencia de leyes, que Caliban deberá descubrir poco a poco, le reportarán muchas complicaciones, pero la primera y más importante será el intento de asesinato de su creadora unos momentos antes de que su consciencia fuera activada por primera vez.
Si Susan Calvin tiene su paralela en Fredda Leving, la robotista, el Elijah Baley de LOS ROBOTS DEL AMANECER tiene su alter ego en Alvar Kresh, el sheriff de Inferno, y Daneel Olivaw en versión limitada como el robot Donald. Y, por supuesto, el antagonista, que si antes era un taimado Kelden Amadiro, ahora es un engreído cabeza de hierro, antagonista venido a menos porque el propio conflicto de Caliban le roba el protagonismo.
CALIBAN es una obra que se lee bien, sin lagunas argumentales y con buen ritmo, aún respetando el estilo Asimov. No hay que engañarse, realmente es un híbrido entre una novela policiaca y una historia de ciencia-ficción, y como tal no tiene ni el realismo de la primera ni la fantasía o la sofisticación de la segunda. No es un libro que impresione, que deje un recuerdo bien grabado en la memoria, pero es una lectura poco exigente y por lo tanto muy apta como distracción.
Calificación:
Narrativa: 3, Argumento: 4, Originalidad: 3, Global: 4