
Este volumen de la colección Libro Andrómeda recoge una serie de relatos escritos a la manera de o ambientados en los universos asimovianos y varios artículos glosando la obra de Asimov.
Sin embargo, ni unos ni otros son del todo satisfactorios. Los relatos no rayan a buen nivel y la mayor parte de los artículos son antiguos y parecen (son) panegíricos escritos apresuradamente tras la muerte de Asimov. Que los mejores relatos sólo puedan calificarse de pasables es medianamente admisible, al fin y al cabo, la obligación de este tipo de antologías temáticas de ceñirse a un tema específico, aporta una dificultad añadida a la siempre difícil búsqueda de buen material, pero que los artículos den la misma impresión de apresuramiento y rescate entre el polvo de cajones y discos duros no se puede admitir el mismo grado de tolerancia.
A estas alturas, quince años después de la muerte de Asimov no es de recibo volver a leer por enésima vez lo mucho, poco o nada que éste influyó en unos y otros, se echa en falta más estudio global sobre su obra y, desde la perspectiva, valoraciones serias de su influencia real.
No obstante, hay algunos artículos con esa orientación que dan sentido a esta recopilación. Entre ellos, Cronología Galáctica, de Emilí Llavería, hace un esfuerzo por establecer una línea temporal en la que situar los relatos y novelas de la producción asimoviana. Isaac Asimov Inc, del malogrado Alfredo Benítez, muy interesante pero de poca actualidad (es de 1997) describe los últimos años de creación literaria de Asimov y su particular relación con las editoriales que le publicaban. EL HOMBRE DEL BICENTENARIO y el mito del hombre artificial, de Carlos Moreno, es un ensayo un tanto espeso sobre el cuento homónimo y los seres artificiales a lo largo de la historia. Siguen dos artículos más de Javier Cantero y Alberto Chimal sobre las Fundaciones y uno de Carlos Sainz Cidoncha comentando los esfuerzos de Asimov por unificar su series de las Fundaciones y de los Robots. Se termina con varios artículos de carácter personal, algunos con anécdotas curiosas (como el de Ángel Torres) pero de los que se podría haber prescindido perfectamente.
En cuanto a los relatos que abren el libro van de lo rutinario a lo previsible. La mayor parte de lo que cuentan ya lo hizo Asimov en su tiempo y con más habilidad: conflictos de la leyes de la robótica, robots que trascienden a su programación, relatos dialogados con frase final impactante, etc., etc. Nada destacable, en definitiva.
En resumen, un volumen lleno de buenas intenciones pero que no aporta realmente nada interesante a lo ya sabido y dicho sobre Asimov.
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Publicado originalmente el 22 de julio de 2007 en www.ciencia-ficcion.com