Anteayer compré la antología VISIONES 1997 publicada por la AEFCF. Como en todas las antologías hay relatos buenos mediocres y malos, aunque el nivel en general me pareció mas que aceptable. Pero no es de los cuentos de esta antología de lo que quiero hablar sino del prologo y las presentaciones que corren a cargo de Rafael Marin, recopilador de la antología y que me han dejado bastante mal sabor de boca por lo que muestra del género en España.
Comienza diciendo lo mal que va el panorama de la ciencia-ficción en España, pues sólo queda Nova como colección de ciencia-ficción y tal. A continuación, como diría GomaEspuma, se pasa tres pueblos. Arremete contra ciertos enemigos de la antología, a alguno lo califica de notorio imbécil, y dedica frases del tipo: Ahora te fastidias gilipollas a dichos enemigos, siguiendo durante varias líneas en lo que parece ser algún tipo de ajuste de cuentas.
La impresión que esto produce es mas que penosa. Se supone que uno de los objetivos de la AECFC es difundir la Ciencia Ficción entre el público general, pero este prólogo parece dirigido a cuatro enteradillos, amigos y enemigos, y a continuar una discusión que el lector medio ni sabe a que viene ni le importa. Asimov presentaba las antologías de los Hugohablando de Asimov. Aquí parece ser que se utilizan para algo mucho mas español como es el poner a parir al adversario. Ya digo me causó una impresión nefasta, una impresión de gueto, de pocos y mal avenidos.
Suelo regalar ciencia-ficción española (sin ir mas lejos he regalado LA MIRADA DE LAS FURIAS de Javier Negrete y MUNDO DE DIOSES, del mismo Rafael Marin que prologa VISIONES, hace poco) pero no puedo regalar esta antología de VISIONES. No por la calidad de los relatos, ya dije que me parece bastante buena, sino por el prologo que me produce vergüenza ajena. Espero no molestar a nadie con este mensaje pero pienso que prólogos y presentaciones de este tipo hacen un flaco favor a la ciencia-ficción en España.
Citando a Asimov, no pienso decir lo mismo en un tono más alto
.
Y ruego que la gente se fije menos en el prólogo y más en los cuentos.