Texto de contraportada
El ataque de la República Popular de Haven sobre el Reino de Mantícora ha fracasado. Los respos están desorganizados y sus líderes luchas por el poder en una sangrienta revolución de la que la Real Armada Manticoriana sale victoriosa. Inmersa en una crisis política que nunca buscó y traicionada por un viejo enemigo que creía derrotado. Honor se queda sola. Ahora tendrá que luchar por la justicia en un campo de batalla para el que nunca recibió adiestramiento; una guerra privada que solo le dejará dos opciones: la muerte... o una victoria que puede acabar con la deshonra y la pérdida de todo lo que ama.
Nueva novela de David Weber sobre su personaje estrella, Honor Harrington.
Cada libro de David Weber sobre Honor se aleja de esa supuesta ciencia-ficción militar que caracterizó los dos primeros volúmenes. Aborda otros aspectos de la vida dejando la parafernalia militar en un trasfondo cada vez más diluido. Esto supone que a diferencia de LA ESTACIÓN BASILÍSCO, de un carácter juvenil y muy centrada en los temas militares y batallas espaciales, las novelas sean progresivamente más introspectivas y más ligadas al desarrollo del personaje central. Contrariamente a ese esfuerzo por abrir la serie, es una lástima la tendencia de Weber a matar personajes secundarios en cada libro; esto provoca que no exista ningún personaje que pueda darle el contrapunto a Honor, lo que para mi se está convirtiendo en un problema y el verdadero talón de Aquiles a la hora de dar profundidad a esta serie.
A Honor Harrigton le tengo un cariño especial fueron sus dos primeros libros los que reseñe en En Clave pública (hará de eso ya más de tres años) y puede que en esta ocasión no sea el crítico más objetivo posible, pero creó que Weber debería replantearse el funcionamiento de la serie; aposentar, definir y dar mejores cimientos a personajes secundarios y dibujar mejor la sociedad que ha creado alrededor de Honor. Tengo la sensación de que la sociedad de Mantícora no es coherente, y que las necesidades narrativas de algunos episodios crean inconsistencias con las anteriores novelas, siempre que lo veamos como un conjunto. Las series deberían protegerse mucho mas de estos errores, deberían permitir una visión global consistente. Para mi lo realmente interesante de las series es que cada nuevo libro pueda integrase dentro de un universo conocido y coherente, sin extenderse en tediosas explicaciones porque ya deberían estar en la mente del lector.
¿Cómo se traduce pues en Honor dicho problema? Pues que tiende a bajar un poquito la calidad en cada novela; cada vez requiere más esfuerzo de Weber para encajar piezas y aún así el resultado que se obtiene es un poco peor.
Veremos si la próxima entrega marca una tendencia hacia la mediocridad o repunta, Weber ha demostrado suficientes cualidades para hacerlo mejor. No es algo que se consiga en una novela o dos dentro de una serie tan dilatada como es esta, pero sin duda este debería ser el camino a tomar.