
Si hay una leyenda urbana bien asentada en esto de la ciencia-ficción española es la fama de Daniel Mares como escribidor apresurado y superficial, en definitiva menor.
Ya en la antología DE PROFUNDIS, Juan Manuel Santiago le calificaba de artesano descuidado
, y en la reciente ANTOLOGÍA DE LA CIENCIA-FICCION ESPAÑOLA Julián Diez insistía sobre sus problemas de descuido en la forma
. Daniel Mares tiene relatos geniales, relatos aceptables y relatos decididamente prescindibles, pero para ser sincero jamás he visto en sus escritos tales imperfecciones que pudieran, por si mismas, descalificar un relato, antes al contrario, la enorme capacidad como narrador y cuentista de la que hace gala consigue que esas imperfecciones, de existir, que bien pudiera ser, queden tan en segundo plano que sólo un rastreo milimétrico sería capaz de sacarlas a la luz.
Y yo, con la narrativa de Daniel Mares, prefiero hacer otras cosas, como por ejemplo disfrutarla. No tengo duda de que es el fabulador más poderoso con el que cuenta la ciencia-ficción española actualmente, hasta ahora cualquiera de los relatos que he leído me ha sorprendido, tomando lugares comunes e historias arquetípicas crea argumentos sorprendentes y desarrollos de una rara solidez y consistencia, y su estilo, fresco, ligero, fluido, pero a la vez intenso, sirve de vehículo muy personal sin por ello molestar.
SEIS, finalista del premio UPC de 1994, es un ejemplo de todo esto. Basándose en la clásica historia de Peter Pan, da una vuelta de tuerca a las edulcoradas versiones que hasta ahora se han hecho de ella y muestra con toda crudeza la esencia de la naturaleza humana, sin casi ataduras y dejada a su suerte. Los niños protagonistas intrigan, pelean, se divierten, ríen y lloran según convenga en cada momento, casi sin mediar transición entre un estado y otro. En un entorno que les protege y en el que apenas hay nada que temer, sus preocupaciones se reducen a inventar cada día un juego más excitante y divertido que el del día anterior.
Una historia magnífica, sin dudarlo.
El volumen se completa con el relato ADÁN. Inspirado en la cosmogonía cristiana, no está tan conseguido como SEIS, y cuenta como una comisión de religiosos debe establecer si ADÁN, una poderosa inteligencia artificial, posee conciencia de si misma y, por lo tanto alma. ADÁN es una máquina creada por una corporación, en la que los símbolos, muy explícitos, de Dios, el Diablo, y los ejércitos celestiales y demoniacos toman un protagonismo constante en segundo plano.
Digno acompañante de SEIS, aunque muy inferior a este.
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Publicado originalmente el 13 de abril de 2003 en www.ciencia-ficcion.com