Kurt Vonnegut no es un autor excesivamente conocido por los aficionados a la ciencia-ficción, ni él mismo ni su novela más celebrada, MATADERO 5, aparecen en las listas de Favoritos del Sitio de Ciencia-Ficción, tampoco se comentan sus obras por listas de correo ni mentideros varios y, en general, es uno de esos grandes desconocidos que suenan

Esto es debido, con toda probabilidad, a que Vonnegut ha insistido en no ser reconocido como escritor de ciencia-ficción, y esto es algo que, independientemente de las apetencias del autor, es relativamente sencillo. Sus obras, fundamentalmente irónicas, se alejan lo suficiente de las convenciones del género como para que se le pueda confundir con un autor claramente orientado al mismo, pero al mismo tiempo, se apoya en elementos propios del soft para desarrollar sociedades paralelas y demasiado similares a la que satiriza como para que se le pueda desligar completamente de la ciencia-ficción.

En GALAPAGOS hace algo similar. Entre la novela catastrofista de los años 70 y un darwinismo poco elaborado, cuenta la destrucción y renacimiento, a modo de Ave Feníx, de la humanidad. Como buen caricaturista, Vonnegut carga las tintas sobre la estupidez humana, capaz sin mayores complicaciones, y sin el auxilio de ingenios bélicos, de acabar con la sociedad y todo aquello que se interponga.

En esencia, describe como una crisis económica mundial, unida a una epidemia sin síntomas evidentes, pero que provoca la muerte prematura de los óvulos, derrumba en primer lugar el entramado político y social, y poco tiempo después (en términos geológicos) acaba con toda la humanidad.

¿Toda? ¡No! Un estrafalario grupo de humanos consigue sobrevivir. Y como no podría ser menos en Vonnegut, gracias a la mala suerte más que a una afortunada sucesión de acontecimientos. Y es gracias a ese patético grupo que la humanidad sobrevive, aunque convertida, como el resto de las especies de las Galápagos, en curiosidades endémicas.

Podría haberme extendido con la sinopsis y haber descrito con detalle el contenido de la novela porque no se perdería nada, ya el propio Vonnegut se encarga en las primeras páginas de descubrir el desenlace, además, y durante todo el desarrollo de la novela, avanza y retrocede en el tiempo, cuenta detalles en apariencia insignificantes pero que definen certeramente a los personajes, se detiene a describir, pese a su estilo austero, muy alejado de excesos en ese aspecto, lugares anodinos, fragmentos con los que finalmente, logra construir un divertido aunque amargo relato.

Lo que si parece claro, es el uso que hace Vonnegut de la literatura; lanzar vitriólicas andanadas contra los aspectos más desagradables de lo que se da en llamar inteligencia; el despilfarro, la vanidad, la violencia, la estupidez entendida como astucia, el egoísmo, la arrogancia, el desprecio por la verdadera inteligencia, en fin, todas aquellas cosas que nos hacen falibles y contradictorios. Humanos, al fin y al cabo.

Aunque resulte algo caro, y más cuando se trata de un libro todavía en su primera edición... de 1988, no es menos cierto que es una de esas lecturas que dejará buen sabor de boca a quien se haga con el volumen, aunque debo advertir a los lectores españoles más quisquillosos que la traducción peca en muchas ocasiones de demasiado sudamericana.

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