
Este es un libro de ciencia-ficción atípico por cuanto en vez de ser una novela o una antología de relatos es, nada menos, que una recopilación de tres breves obras de teatro de ciencia-ficción. No es este un medio en el que haya desenvuelto demasiado bien este género, quizá porque la propia limitación espacial del marco escénico restringe mucho su posible utilización en la ciencia-ficción, que siempre tiende a pedir grandes espacios y mucha movilidad de sus personajes, lo que en el teatro supone grandes inversiones en atrezzo o una gran complicidad por parte del espectador para aceptar las propuestas alternativas del director.
Esto, sin embargo, no significa que hasta en sus aspectos más reflexivos la ciencia-ficción haya estado excluida del mundo del teatro, nada menos que el nombre de uno de sus iconos más representativos, el robot, ha salido de los escenarios, nacido en la obra RUSSUM´S UNIVERSAL ROBOTS, de Karel čapek, y también ha sido usada en forma de alegoría de la situación política de la época, como en LA FUNDACIÓN (1974) de Antonio Buero Vallejo.
Estas tres obras de Bradury son muy distintas entre sí, la primera de ellas, que COLUMNA DE FUEGO, que da título a este volumen, trata del despertar cientos de años después de Lantry, el mundo que se encuentra ha cambiado de forma tan radical con respecto a lo que él conocía, desterrando cualquier clase de expresión artística, que su paso por él es más traumático que glorioso. El propio Bradbury admite en la introducción al volumen que esta obra le sirvió para fijar los conceptos que más tarde usaría para desarrolla FAHRENHEIT 451, Lantry, sin embargo, poco tiene que ver con Montag.
CALIDOSCOPIO es el ejemplo de lo que ya comentaba más arriba; una nave espacial sufre un accidente y sus tripulantes salen despedidos en distintas direcciones alejándose dramáticamente en el espacio los unos de los otros mientras sus aparatos de radio siguen funcionando. En este caso la dificultad, más que en recrear la emotividad de la situación, reside en recrear en el escenario las enormes distancias existentes entre los náufragos. Sin duda un reto tanto interpretativo como de montaje escénico.
Por ultimo, LA SIRENA, habla del despertar de antiguos monstruos marinos, no es estrictamente ciencia-ficción, y habría que encuadrarla más propiamente dentro de la fantasía, aunque sólo por la ambientación, puesto que la obra se centra en la frustración la pérdida tras el encuentro.
Personalmente estas obras no me han parecido especialmente interesantes; planas, monótonas, poco tienen del mejor Bradbury, aunque quien sabe, quizá representadas en el escenario, su entorno natural, cambien mucho y a mejor. En cualquier caso, una curiosidad que puede resultar interesante para coleccionistas.
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Publicado originalmente el 12 de enero de 2003 en www.ciencia-ficcion.com