Si de algo se puede acusar a ESCUADRON es de ser una novela desvergonzada. Brandon Sanderson no tiene el menor reparo en recoger todos los tópicos del género, meterlos en una batidora y ofrecerlos a los lectores para que los deglutan con delectación.
Por lo pronto el planeta donde se desarrolla la acción se llama Detritus, uno de los pocos reductos donde la humanidad sobrevive tras la destrucción de la Tierra. Como su propio nombre indica todo en el planeta es muy sucio, destartalado y post-apocalíptico, por no hablar de que están sometidos a la presión continua de los krell, unos alienígenas empeñados en destruir a la humanidad y que no dejan de incordiar a los habitantes del planeta, hasta el punto de que la civilización del planeta ha tenido que desarrollarse bajo la superficie, en grandes cuevas a salvo de los ataques de los krell.
La protagonista es Spensa, una joven que debe soportar las humillaciones de sus conciudadanos porque su padre fue acusado de cobardía al abandonar el frente durante la Batalla de Alta, acusación de la que no pudo defenderse porque murió en la misma contienda. La obsesión de Spensa es entrar en las FDD, hacerse piloto de combate y limpiar el buen nombre de su padre.
Hay que advertir que este es un libro juvenil, y que por eso la edad de protagonista está acorde con la de sus teóricos lectores, que deben identificarse con ella. Eso implica que la trama tampoco tenga grandes complejidades, en principio, y que tampoco de descanso al lector, la acción y el humor están presentes en cada página de la novela lo que hace de su lectura una experiencia, si bien no muy elevada, si apasionante y divertida.
Pero que ante todo prime el entretenimiento no significa que Sanderson haga de la narración una gymkhana plana y descerebrada. Recordemos que Spensa debe enfrentarse con el desprecio de sus semejantes. Ella no ha hecho realmente nada, pero los pecados de su padre le son automáticamente transferidos a ella y debe sobrellevarlos cual pesada losa. Eso mismo, implica que deba sobreponerse a ello y da un magnífico ejemplo de determinación y superación en unos tiempos en los que la constancia, el esfuerzo y tener objetivos claros en la vida no está muy bien valorado. También aprovecha el autor para dar pinceladas sobre que supone el uso de la violencia y la fuerza, y que significa una sociedad en la que la guerra y la agresividad son las principales motivaciones.
Spensa tampoco es un ángel del cielo, se muestra arrogante y en exceso combativa, se trata de un personaje real, por otro lado muy bien arropado por una serie de secundarios igualmente atractivos, como Rodge, su mejor amigo, que se deja arrastrar por los ensueños de Spensa; Chuco, el consabido mentor experimentado y gruñón; la general Férrea, que la odia por lo que hizo su padre, y otros muchos que arropan y dan relieve a la historia.
La novela está escrita desde los más estrictos parámetros del best-seller, rápidas explicaciones, tramas bien ordenadas, personajes bien diferenciados y sin ambigüedades evidentes, la originalidad del argumento no es lo principal, e incluso en ocasiones puede llegar a recordar EL JUEGO DE ENDER. En ese sentido es una novela honesta porque busca enganchar y Sanderson usa todos los trucos a su disposición, construyendo una novela en la que hay mucha acción y diversión, pero a la vez va dando pistas a sus teóricos jóvenes lectores de que la vida no es fácil, hay sufrimiento y frustración, y para conseguir las cosas hay que trabajárselas.
Si quieres una lectura ligera, divertida, trepidante y dinámica, este es tu libro.
Además la segunda parte ya está traducida y publicada, se trata de ESTELAR, con la que trataré de hacerme en breve.
