Regularmente me preguntan por novelas, películas, relatos, de los que apenas queda un leve recuerdo representado por alguna hilacha argumental, lo normal es que con tan pocas y difusa pistas no sepa dar razón de la obra en cuestión, aunque a veces puedo dar alguna orientación con eso poco que me comentan.

Yo también tengo mis propias obras míticas de las que apenas recuerdo un par de detalles. Durante años he estado persiguiendo una vieja película de la que solo recuerdo que la Tierra se partía en dos como un melón (en cierta ocasión me dijeron el título... pero lo olvidé, debe ser cosa del destino) y un relato en el que un hábil abogado consigue mediante elaborados mecanismos legales que los habitantes de un planeta no lo pierdan ante la voracidad de la corporación malosa de turno.

Y hete aquí que tras muchos años encuentro en EL VISITANTE INESPERADO la referencia a aquel cuento de abogados interestelares, se trataba de ENCUENTRO EN ZARATHUSTRA, de Henry Beam Piper, una novela de 1962, finalista del Hugo del 63, y publicada en España por Bruguera allá por 1976. En realidad más que referencia EL VISITANTE INESPERADO es la reescritura completa de ENCUENTRO EN ZARATHUSTRA. No obstante la duda me sigue corroyendo, yo lo que recordaba era un relato, ágil y dinámico no una novela completa. No descarto que lo que leí fuera un relato anterior del propio Piper, posteriormente novelado, también pudo ser un cuento de temática similar de otro autor que inspirara (o no, no hay que ser siempre tan retorcido) al propio Piper. No lo se, seguiré investigando.

El caso es que Scalzi se nos descuelga con otro ejercicio de revisionismo literario. Ya lo hizo con LA HISTORIA DE ZOE, la narración desde el punto de vista de la Zoe del título de los sucesos de LA COLONIA PERDIDA, con EL VISTANTE INESPERADO versiona ENCUENTRO EN ZARATHUSTRA, no es que se trate de otra historia, o la desconstrucción (véase LAS GRAVES PLANICIES) de la novela original, sino la reescritura a su manera de la obra de Piper.

¿De que va entonces la cosa que tanta pasión despierta como para querer volver a escribirla sin grandes variaciones? Pues bien, se trata de la historia de un minero Jack Holloway, que trabaja como prospector independiente para la Corporación Zarathustra en Zara XXIII, un planeta tipo Tierra pero en el que no hay vida inteligente, por lo tanto, ZaraCorp lo puede desmontar a trocitos sin mayores trabas que seguir ciertas pautas medioambientales. El interés de Zara XXIII, además de los minerales tradicionales, está en la Piedra Solar, restos fósiles de un antiquísimo animal, de extraordinarias propiedades al contacto con el calor (el humano también). Cuando el bueno de Jack descubre una veta de enormes proporciones pone patas arriba toda la organización de ZaraCorp, pero no solo eso, casi simultáneamente también descubre unos pequeños animales peludos, mezcla de titi y felino, que también poseen unas habilidades muy por encima de lo adecuado para un mico medio.

La novela describe la batalla de Jack con los directivos de ZaraCorp por sus comisiones, la batalla de Jack contra ZaraCorp cuando descubre que los peludos son en realidad seres inteligentes y, según las leyes coloniales, propietarios de Zara XXIII, y la batalla de Jack consigo mismo para no dejarse llevar por el gilipollas integral que en realidad es y que tantos problemas de socialización le traen.

Siendo una novela de Scalzi la narración avanza ágil y sin enredarse en subtramas y/o episodios irrelevantes. Todo son piezas que irán encajando para darle un sentido a las maquinaciones del propio Jack (que sea un imbécil no le resta un ápice de inteligencia, solo encanto) Las peleas con Bourne, su capataz, el desprecio distante con el que le trata Isabel Wangai, su exnovia, la mutua antipatía entre él y Wheaton Aubrey, el probable futuro Presidente de ZaraCorp, van añadiendo clavos a la tumba de Jack, pero a la vez peldaños en la escalera que le lleva hasta su objetivo.

Pudiera parecer en cierto momento que los peludos y el interés que siente Jack por ellos, a medio camino entre sus propios intereses y la simpatía, es una especie de canto por la ecología y un alegato a favor de los pueblos primitivos esquilmados por el malvado hombre blanco y tal y pascual. Pero no es así, a Scalzi le interesan más las cuitas de Jack y el proceso judicial (como les encantan a los yankis eso de las historias de jueces y abogados) que los propios peludos, lógicamente parte fundamental del proceso, pero sobre los que no se profundiza demasiado, apenas lo justo en su biología, nada sobre su origen, cultura o cualquier otra característica diferenciadora. Bien, puede que eso quede para posteriores novelas, el propio Piper escribió unas cuantas en este universo peludo y no pocos autores han aportado algún escrito a él.

Es Scalzi, amigos, se lee con gusto pero tampoco esperen encontrar un profundo análisis de los orígenes del universo y los problemas de la humanidad.

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