Carlos Saiz Cidoncha, el autor de la novela que nos ocupa, tiene una interesante cualidad. Es casi imposible dejar de admirar su obra una vez que se ha tenido acceso a ella. Su frescura, su lenguaje sencillo, pero a la vez enormemente rico y poderoso; la imaginación y la fantasía que se desborda de su interior cada vez que decide ponerse a escribir son, sencillamente, asombrosos.

Y es que el autor, de siempre, se ha decantado por una Ciencia Ficción que rebosa del tan famoso sentido de la maravilla, y es capaz de trasladarnos con sus obras a mundos fantásticos, poblados de criaturas y situaciones no menos fantásticas, pero a la vez, inmensamente reales, gracias al hechizante poder de su pluma.

RUTA ENTRE ESTRELLAS se sitúa entre una de las novelas más divertidas escritas por Cidoncha. Para empezar, el elenco de personajes es ciertamente insólito: un jovenzuelo, que guarda en su interior alguna que otra sorpresa; un sacerdote de la orden jacobea... ¡vestido con sotana y teja en las fronteras de la Federación Galáctica!; una piloto-propietario de una nave, cuyo vehículo enarbola un nombre tan provocador como divertido y cuya tripulación es, por decirlo de alguna manera, altamente inverosímil; una tigresa rápida y mortal, exiliada de su mundo, y con las malas pulgas típicas de todos los felinos... y alguien más, completamente inesperado y que será primordial en el desarrollo de la historia. Por no mencionar la fugaz aparición de un grupo de monjitas, y su correspondiente madre superiora, que harían las delicias del Sargento de Hierro.

Este heterogéneo grupo de aventureros se verá involucrado en un lío tras otro, mientras intentan sobrevivir como transportistas independientes entre planetas mafiosos... y cosas aún peores, saltando de estrella en estrella para conseguir algo tan prosaico como vital: dinero a manos llenas. Naturalmente, y como en cualquier space opera que se precie, este simpático grupo se ve finalmente abocado a la necesidad de salvar a la Galaxia de una terrible e inesperada amenaza, en un final enrevesado a la par que magistral, aunque demasiado precipitado. Quizá la única pega que se puede poner a la novela.

Como ya es habitual en el autor, la novela está salpicada de guiños y referencias a otras obras del género, en forma de nombres de planetas o personajes. Y es que Cidoncha, de todos es sabido, constituye uno de los mayores expertos en ciencia-ficción de nuestro país. Sinceramente no comprendo cómo lo hace, pero parece que lo ha leído todo... y encima, que lo recuerda.

Otro punto habitual en las obras de Cidoncha, lo constituye el hecho de que su galaxia no es enteramente tecnológica. Siempre existe un componente mágico y misterioso, algo que deja la puerta abierta a la imaginación más desbocada. ¿Coexistirán en un futuro la tecnología y los poderes arcanos? ¿Existen cosas en el universo por encima, o por debajo, de las leyes de la física? Clarke dijo en una ocasión que una tecnología avanzada es indistinguible de la magia, pero en los universos de Cidoncha, la magia, y los misterios oscuros, tienen existencia real, una personalidad propia, al margen de cualquier tipo de extrapolación tecnológica avanzada.

En resumidas cuentas, es una historia de las de toda la vida, con buenos, malos y malísimos, y aún así, mantiene intacta la capacidad de asombrar y maravillar al lector. Si aceptan un consejo, lean ésta novela, y desconecten por unos momentos de la realidad cotidiana, mientras se sumergen en los infinitos abismos del espacio y forman parte de esta Ruta entre estrellas.

Les aseguro que merece la pena.

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