Quien me haya seguido durante estos últimos años, tanto en los comentarios que he publicado en la sección Opinión del Sitio de Ciencia-Ficción como en los artículos de portada del mismo, sabrá cuales son mis filias y mis fobias. Empezando por las fobias las más características son las que siento hacia el ciberpunk, Dick, la fantasía épica y la sobreescritura. Las filias se decantan por la space-opera, Lem y la sobriedad estilística.

Pues bien, sospecho que en esta novela he encontrado la horma de mi zapato puesto que me resulta imposible negar que esta novela de Manuel Buil, puro ciberpunk, pero también pura space-opera, deudora tanto de Dick como de Lem y escrita con precisión y sin grandes alardes, aunque no es menos cierto que con grandes carencias, me ha dejado gratamente sorprendido. Ahora sólo falta encontrarme con alguna dragonada hiperadjetivada que me haga pasar la noche en vela hasta terminarla, aunque lo mejor es no pensar en ello, sería la autotraición final.

LOS SUEÑOS DEL CANCILLER cuenta las aventuras e intrigas de Bel XVI, Canciller de la Corona de Aragón, caído en desgracia a causa de ciertos tropiezos con la autoridad, en sus intentos de reestablecer por un lado la entidad política aragonesa, por otro su estatus jerárquico y finalmente conseguir un cuerpo en condiciones. Todo esto en los asteroides y estaciones espaciales donde sobreviven malamente los restos de la humanidad huida a toda prisa del planeta Tierra. Un inoportuno encuentro con un meteorito gigante, y el desacuerdo en la forma de tratar la crisis, supusieron la destrucción total de la vida sobre la Tierra y la venida de una nueva era glacial. Los seres humanos, de cuerpo presente, sólo la cabeza o en forma de copia de seguridad en soporte informático, salieron a escape de la Tierra cuando la situación se hizo insostenible, las entidades políticas existentes en el momento de la catástrofe fueron respetadas asignando a cada una ciertos satélites y asteroides y las mentes convertidas en bits fueron volcadas en Cybérica, un a modo de república del pensamiento.

Este es el estado de cosas cuando Bel XVI, apoyado por sus leales, descubre que una nueva amenaza se cierne sobre la humanidad, y decide actuar por su cuenta, tanto en el plano físico como en el cibernético, para salvar al género humano y recuperar el esplendor de la Corona de Aragón.

El resto es previsible; batallas, peleas, trapicheos, persecuciones, interrogatorios, conspiraciones, etc., etc., todo ello en las proporciones adecuadas y una galería de personajes verdaderamente notable, desde el fiel coronel Montgomery Barrachina, mano derecha de Bel XVI, hasta la rotunda almirante Martina Fender, pasando por Kan, un robot en pleno despertar de la consciencia.

LOS SUEÑOS DEL CANCILLER, es una novela de ritmo muy medido, en la que todo se desarrolla pausadamente, sin caer en la trampa de encadenar episodios desaforados sin solución de continuidad, aunque tampoco se pierde en largas digresiones, aunque las hay, para dar las consabidas explicaciones o crear artificiosas pausas entre una peripecia y otra. Otra agradable sorpresa ha sido el tratamiento correcto, sin desquiciadas suposiciones de cómo funciona o no un ordenador, e incluso introduciendo conceptos como las capas de abstracción sin que ello suponga por un lado largas disertaciones introductorias ni extraños inventos sin sentido.

El único pero es que la novela necesita una profunda revisión de estilo. Si bien argumentalmente está acabada y es redonda, aún necesita mucho trabajo en la parte estilística. Es lo que la convierte en un simple entretenimiento ligero, alejándola de la buena novela que podría llegar a ser.

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