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RADIO LIBRE ALBEMUT
RADIO LIBRE ALBEMUT Philip K. Dick
Título original: Radio Free Albemuth
Año de publicación: 1985
Editorial: Ultramar
Colección: Ciencia-Ficción nº 93
Traducción: José Sampere
Edición: Febrero de 1990
Páginas: 290
ISBN: 978-84-7386-565-4 
Precio: ---

Tiempo estimado de lectura: 1 min 28 seg

Nunca había leído nada del laureado Philip K. Dick, así que lo consideraba como una asignatura pendiente. De modo que cuando vi la posibilidad de comprar uno de sus libros por 225 pelillas no me lo pensé.

Ahora creo que he tenido mala suerte, porque espero que no todos los libros de Dick sean como éste, y es que me ha costado sangre sudor y lágrimas leerlo. De hecho, he tardado en terminarlo como hacía años que no tardaba en leerme un libro.

Para mí el libro consta de tres partes:

La primera, y probablemente más divertida, es en la que el protagonista (o coprotagonista, porque hay dos, uno es Nicholas Brady y el otro, que hace de amigo de toda la vida del primero, Philip K. Dick. Espero que no os hayáis caído del asiento al leer esto) vive en Berkeley, es rojo y se enfrenta al sistema. De forma que se nos describe como Berkeley es un bastión comunista que se defiende contra el gobierno estadounidense y lucha por parar la guerra del Vietnam.

En la segunda, Dick se inventa un presidente de los Estados Unidos al que llama Ferris Fremont, que empieza a ejercer un control brutal de la sociedad. Por otra parte, el amigo de Dick, Nicholas Brady tiene contactos con un ser sobrenatural y todo poderoso al que llama con varios nombres. El libro se lleva como unas ciento cincuenta páginas explicando estos contactos. En esta parte no ocurre prácticamente NADA EN ABSOLUTO, ya que se repite una y otra vez lo mismo, que es lo siguiente: Nicholas tiene un sueño, en el libro te describen el sueño con pelos y señales. Luego este elucubra durante unas pocas páginas sobre el sueño y más tarde se lo cuenta a su amigo. Pero no creáis que se limita a poner y me contó el sueño (Dick se lleva casi todo el libro hablando en primera persona), lo vuelve a escribir junto con las elucubraciones que Nicholas ha hecho sobre él y discuten sobre el sueño.

Lo único un poco entretenido de esta parte es la descripción de como el gobierno intenta montarles una encerrona para meterlos en la cárcel.

En la tercera parte empieza a esclarecerse un poco la cosa. El libro en esta parte se vuelve un poco más interesante, ya que empiezan a pasar cosas. Lo malo es que al final el libro parece un panfleto de los que te dan los Testigos de Jehová por la calle, esos en los que hay interpretaciones rarísimas de la Biblia y en los que se te martillea constantemente con que Dios tiene que venir a salvarnos y todo eso.

Para concluir me gustaría hacerme a mí, y a todos los que hayan leído este libro las siguientes preguntas ¿no es posible que Dick haya escrito este libro para él y algún amigo íntimo? ¿no es posible que lo hiciera sin ninguna intención de que se publicase? Dick estaba al borde del final de su vida cuando lo escribió. Además el libro es ha veces tan paranoico y personal que me recordaba ha ciertas películas del cine español, echas por y para el propio director.

© Enrique Hinojosa, (528 palabras) Créditos

El contenido de este texto puede ser total o parcialmente reproducido sin autorización explícita y previa del autor y bajo cualquier medio de comunicación siempre que se den las siguientes condiciones:

  • Debe incluirse la totalidad de este pie de página.
  • No puede modificarse, con la excepción de correcciones ortográficas, tipográficas o de traducción a otro idioma, y nunca excepcionando las correcciones de estilo, contextuales o gramaticales, de las cuales se hace responsable el propio autor en el texto original.
  • El autor no renuncia a sus derechos de propiedad intelectual legalmente constituidos y se reserva la posible reclamación oportuna siempre que el medio en que se reproduzca reporte beneficios económicos de cualquier tipo.
© 1997 Francisco José Súñer Iglesias
Publicado originalmente el 10 de agosto de 1997 en www.ciencia-ficcion.com

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Francisco José Súñer Iglesias

Como me ocurre después de cada fiasco, leer de nuevo a un autor, al que he acabado maldiciendo tras la lectura de una novela especialmente abominable, es un esfuerzo de voluntad que cada vez me resulta más penoso.

No es sólo que desconfíe de la competencia narrativa del susodicho, sino que además tiemblo de sólo pensar que va a volver a martirizarme con las mismas obsesiones y los mismos tics de su anterior novela. En algunos casos, he renunciado para siempre a seguir su evolución (involución), generalmente en forma de series elefantiásicas e interminables. Sé que corro el riesgo evidente de perderme muy buenas obras, pero no es menos cierto que tengo la certeza indiscutible de evitar bodrios infumables.

En el caso de Philip K. Dick el intento de lectura de SIVAINVI me había dejado tan indignado como irritado. El Dick que recordaba no tenía nada que ver con aquella sarta de paranoias metafísicas, y mucho menos con el relato deslavazado de sus experiencias pseudo-religiosas. La sospecha de que SIVAINVI fue publicado de una forma más bien oportunista se refuerza una vez leída RADIO LIBRE ALBEMUT. Todas las obsesiones, todas las experiencias, las teorías y las paranoias de Dick se relatan de forma idéntica en esta auténtica novela y en el conjunto de notas que, al cabo, es SIVAINVI.

¿Es por eso igual de insoportable? Según se mire. La primera parte de RADIO LIBRE ALBEMUT, que cuenta las vidas en Berckley del protagonista, Nicholas Brady, y el propio Dick, metido a personaje de sus propias novelas, es entretenida y hasta divertida, Dick caricaturiza implacablemente las poses intelectuales de los universitarios de los años cincuenta y plantea el eje alrededor del que posteriormente girará la novela, la llegada del anodino y ultranacionalista Ferris Fremont a la presidencia de Estados Unidos.

Este es el marco donde Nicholas Brady empieza a tener sus experiencias místicas, las mismas experiencias que Dick atribuye a Amacaballo Fat en SIVAINVI y que no tengo el menor empacho a achacar al propio Dick (autor, no personaje). Al relato, a partir de entonces, hay que hacerle un fino trabajo de disección si se quiere disfrutar de una novela de ciencia-ficción y no de un empasto metafísico.

El torbellino político en el que la subida al poder de Ferris Fremont sume a Estados Unidos es comparable al terror nazi, a las persecuciones estalinistas y, en general, a lo cualquier estado policiaco bien montado es capaz de hacer con sus ciudadanos; la mitad de la población espía a la otra mitad en un intento de erradicar las actividades antiamericanas, y organizaciones de Guardianes de la Nación siembran el terror entre los librepensadores (basta ser escritor de ciencia-ficción para ser considerado Enemigo Público Número Uno Potencial)

De este modo, el Dick personaje es acosado, y Nicholas Brady, como amigo suyo y antiguo izquierdista, es también investigado minuciosamente. Y si Dick (o sus herederos, que esta novela se publico después de muerto) se hubiera dedicado a relatar y culminar este espeluznante estado de cosas, y más sabiendo que esta historia paralela de los Estados Unidos es más que plausible escuchando los borbotones del caldo fundamentalista que se cuece por allí, la novela hubiera sido una muy interesante historia de ficción.

Lo lamentable es que las experiencias místicas de Brady le hacen creer que está destinado a derribar el poder fascista asentado en Washington, y gran parte de la novela se pierde en describir esas experiencias místicas, las explicaciones que Brady les da y la aclaración final a tanta visión y tanto insomnio, que de puro forzada, resulta patética.

Por lo demás, a quien le guste el Dick escritor (a mi, aún tras el necesario tamiz de la traducción, me agrada mucho como escribe) tendrá buenos momentos con esta novela. Tiene un argumento interesante, un desenlace no menos emotivo y está bien escrita.

Eso si, aguantar la mística de los últimos años de Dick es una pesadez.

© Francisco José Súñer Iglesias, (656 palabras) Créditos

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  • El autor no renuncia a sus derechos de propiedad intelectual legalmente constituidos y se reserva la posible reclamación oportuna siempre que el medio en que se reproduzca reporte beneficios económicos de cualquier tipo.
© 1997 Francisco José Súñer Iglesias
Publicado originalmente el 10 de agosto de 1997 en www.ciencia-ficcion.com

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Antonio Rodriguez Babiloni

Para mi es una obra magistral, pero en ningún caso lo mejor de Dick, ni siquiera lo mejor de su ultima trilogía que sería LA TRANSMIGRACIÓN DE TIMOTHY ARCHER, no estoy seguro de la primera parte del título.

En esta obra Dick se retrata, como autor de ciencia-ficción dentro de un Universo paralelo al actual. Lo paradójico es que el Dick que dice que no toma drogas en el libro es falso, pero corresponde a una última etapa del autor en la que quiso quitarse el sambenito de autor drogadicto, dado que editorialmente parece que le hacía daño. El problema es que diez años antes Dick se retrata asimismo en el libro, por cierto terrible, UNA MIRADA EN LA OSCURIDAD y se reconoce asimismo como drogadicto y víctima de las drogas. ¿Qué Dick es el auténtico?

Ciertamente dado que Dick esta en un universo paralelo, es posible que en este el no consumiese drogas, pero de todos modos el Dick postrero suele negar hechos que antes reconocía.

De todas formas hay que ver que entendemos por drogadicto. Dick era mas bien un probador de drogas y consumidor intensivo de drogas semilegales (anfetaminas). Cuando Dick comenzó a usarlas lo eran aunque no para lo que el las usaba (en teoría servían para adelgazar, aunque en la realidad lo que hacen a la larga es engordar) y probablemente esto aceleró su muerte, por su cardiotoxicidad. Que probó otras muchas drogas y es obvio que el lo reconoce, así como muchos medicamentos psiquiátricos, pero que las tomase habitualmente es mas dudoso.

De una persona como Dick era se le suele llamar drogadicto, pero habría que ponderar su entorno social de tipo Universitario, en que esto era casi un rutina en aquellos años.

Como parece una norma en las últimas obras de Dick, la fantasía es mucho menor, son mucho mas moderadas políticamente y menos críticas con los USA, así como mucho mas con el comunismo. Mas que por consideraciones políticas, parece que religiosas. El último Dick parece tener intensas convicciones religiosas, bastante cercanas al catolicismo, que muestra conocer bastante bien.

Por otro lado están bastante mejor escritas que lo habitual en Dick, pero a mi personalmente me dicen bastante menos. Es muy notable la descripción del mundo universitario de la California de aquellos años, así como la descripción de una serie de caracteres curiosos y perfectamente pegeñados.

Es una novela terriblemente desesperanzada en lo personal. Como en muchos otros libros de Dick los hombres son juguetes de una maniobra cósmica, incluido el mismo autor.

Yo la encuentro mas depresiva que lo habitual en este, tal vez porque su estilo es mas realista y con una mayor continuidad. A mi me ha deprimido, aunque ya lo estaba a medias y he sido incapaz de volverla a leer, lo reconozco.

Reitero que para mi es un libro muy bueno, aunque bastante lejos del Dick de UBIK o de DR. BLOODMONEY en cuanto a frescura de estilo y fantasía, puesto que pese a que la obra transcurra en un universo paralelo, con una historia diferente a la nuestra, su estilo muy realista y autobiográfico constriñe para mi desmesuradamente su otrora poderosa imaginación.

Una nota curiosa es que la novela homenaje a Dick LA SECRETA ASCENSIÓN DE MICHAEL BISHOP, parece basarse mas en esta novela y en general en la postrera trilogía de Dick que en el resto de su obra.

© Antonio Rodriguez Babiloni, (565 palabras) Créditos
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