Sitio de Ciencia-Ficción
Opinión.LeidoVistoEnsayoPensadoJugado
EL REBAÑO CIEGO
EL REBAÑO CIEGO John Brunner
Título original: The Sheep Look Up
Año de publicación: 1972
Editorial: Grupo AJEC
Colección: Albemuth Internacional nº 16
Traducción: Manuel De Los Reyes
Edición: 2007
Páginas: 439
ISBN: 978-84-96013-36-0 
Precio: 19 EUR

Tiempo estimado de lectura: 1 min 46 seg

Francisco José Súñer Iglesias

En estos tiempos en los que está de moda perorar sobre la antropogeneidad de las alteraciones del clima que nos toca vivir, no podía ser más oportuna la reedición de este libro de John Brunner. No es un tema que haya seguido especialmente, pero resulta curioso como desde que Brunner escribió su libro hasta hoy día, la preocupación por el medio ambiente ha dado un giro inesperado hacia fenómenos bastante cuestionables de alcance global.

EL REBAÑO CIEGO hace hincapié en la contaminación a todos los niveles, en la ínfima calidad de los alimentos manufacturados, en el descuido con el que se almacenan residuos de una toxicidad más que notable, en los peligros que una biología desbocada puede causar y, entre otras muchas cosas, y sin darle más importancia que a las demás, el dichoso cambio climático, pero entendido como uno de los muchos síntomas de una sociedad enferma, no como el único y focalizador de toda la atención.

En ese sentido, el libro de Brunner, aunque terriblemente exagerado, hace un repaso bastante completo por todas las barbaridades que se comenten y han cometido al amparo de legislaciones promovidas por grupos de presión industriales, empezando por alimentos en un estado más que cuestionable y continuando por un suministro de agua corriente tan dudoso que regularmente se prohibe su consumo. La cosa no queda ahí, ni siquiera los bienes de consumo se escapan a una manufactura chapucera y descuidada, los servicios médicos se han vuelto tan elitistas que las pandemias son cosa común (desde la gripe hasta la gonorrea, pasando por los inevitables problemas digestivos) Incluso los alimentos que parecen ofrecer unas ciertas garantías de salubridad no pasan de tener un bonito envoltorio. La denuncia de Brunner es clara: deje al empresario rapaz hacer lo que le de la gana y será el cliente el que pague, en todos los sentidos, las consecuencias.

Pero no hay que perder la perspectiva, tan nociva puede ser una legislación perversa, hecha para favorecer a los grupos económicos, como una de sentido opuesto impulsada por otros grupos de presión de carácter ambientalista. Tan malo puede ser la desregularización de los controles sanitarios como el proteccionismo mal entendido, impuesto a base de miedos infundados y apremios electoralistas, o falsos compromisos ecologistas, como el recientemente anunciado por el presidente francés Sarkozy, amenazando con gravar con una ecotasa los productos de países incumplidores del Protocolo de Kioto, todo esto desde la ventajista posición de quien sabe que el 90% de su energía eléctrica es de origen nuclear, y por tanto, cumple sus obligaciones internacionales sin mayores esfuerzos.

Ante el estado de cosas que Brunner plantea, sólo da una salida, dos, para ser precisos. Por un lado la revolución, encarnada por los trainitas, un movimiento espontáneo que se comporta como una hidra, tomando por las hojas el rábano del ideario del activista Austin Train, e interpretándolo desde las formas más racionales hasta las más peregrinas. La otra solución es el terrorismo, un terrorismo sordo e insidioso, que no se basa en las acciones espectaculares y propagandísticas, que también las hay, aunque son episodios más bien anecdóticos, sino en atacar directamente las raíces mismas de los sistemas de producción. Un terrorismo que no trata de hacerse notar, sino de destruir y aniquilar de forma global.

En cuanto a su lectura resulta extraña, es un libro coral, con múltiples personajes que llegado un punto acaban por confundirse los unos con los otros a excepción de los más relevantes. Estructurado en fragmentos cortos, su lectura se hace llevadera, y esta vez el tamaño de letra elegido por el editor es bastante agradable. Como buena novela catastrofista que es, consigue mantener el interés en todo momento, y sólo lo exagerado, por acumulación, de las situaciones que describe puede llegar a hacerla un tanto cargante. En cualquier caso, de lectura recomendable.

© Francisco José Súñer Iglesias, (636 palabras) Créditos

El contenido de este texto puede ser total o parcialmente reproducido sin autorización explícita y previa del autor y bajo cualquier medio de comunicación siempre que se den las siguientes condiciones:

  • Debe incluirse la totalidad de este pie de página.
  • No puede modificarse, con la excepción de correcciones ortográficas, tipográficas o de traducción a otro idioma, y nunca excepcionando las correcciones de estilo, contextuales o gramaticales, de las cuales se hace responsable el propio autor en el texto original.
  • El autor no renuncia a sus derechos de propiedad intelectual legalmente constituidos y se reserva la posible reclamación oportuna siempre que el medio en que se reproduzca reporte beneficios económicos de cualquier tipo.
© 1998 Francisco José Súñer Iglesias
Publicado originalmente el 2 de agosto de 1998 en www.ciencia-ficcion.com

*Comentar este artículo
 
EL REBAÑO CIEGO John Brunner
Título original: The sheep look up
Año de publicación: ---
Editorial: Acervo
Colección: Acevo Ciencia-Ficción nº 43
Traducción: Domingo Santos
Edición: Abril de 1982
ISBN: 978-84-7002-336-1 
Precio: 10,80 EUR

Bueno, pues ya me he leído esa novela. Era la única de esa trilogía de Brunner que me quedaba por leer. La verdad es que resulta escalofriante la situación a la que llegan, todo por abusar de la química. Ciertas partes me recuerdan a CRONOPAISAJE, porque allí sus problemas tenían un origen parecido.

Me gustaría pensar que somos más listos que los personajes de Brunner, o más responsables, pero la verdad es que no lo creo. Aún así, no hemos llegado todavía tan lejos como él los pinta, aunque tenemos otros problemas que él no considera: p.e., habla de refrigeradores por freón... y esos ahora están prohibidos, porque aunque hace mucho que lo sabemos, ahora nuestra capa de ozono está bastante deteriorada, cosa que no les ocurre en la novela (menos mal, sólo les faltaba eso). Ídem con sus vuelos supersónicos, también deterioran la capa de ozono. Hemos prohibido el uso de muchos organoclorados como el DDT y otros... aunque otros organofosforados como los que él menciona siguen sueltos y hacen estragos (alguien vió un reportaje de C+ hace meses, un sábado a las 20:00, sobre los peligros de los organofosforados?).

Además, Brunner golpea a sus personajes sin piedad, y no deja mucho resquicio a la esperanza. Cuando uno ya se ha familiarizado con ellos, llega a apreciarlos, y desea interiormente que sobrevivan para arreglar la situación o simplemente para ir tirando... los mata (Benford también lo hacía con aquel sosias suyo en CRONOPAISAJE).

Y ese presidente Prexy... por favor, qué hombre más idiota y más desconectado de la realidad. Me recuerda a cierto presidente que les duró dos legislaturas y que ahora tiene graves problemas de Alzheimer. Muchos personajes del libro comparten ese registro de estupidez y avestruzez: esconder la cabeza en la arena para evitar ver la horrible realidad, y evitar cualquier responsabilidad. Se ha comentado que que el personaje principal de MÁS VERDE DE LO QUE CREEIS de Moore era así. Pues muchos personajes de este libro también.

Resumiendo: para mí, una novela muy recomendable y escalofriante sobre los peligros que nos acechan si seguimos jodiendo este planeta así. Con CRONOPAISAJE y hasta cierto punto con MÁS VERDE DE LO QUE CREEIS deberían ser lecturas obligatorias de una hipotética asignatura de ESO llamada Ecología y Responsabilidad Social.

© Jacobo Cruces Colado, (382 palabras) (Lista de #cienciaficción) Créditos
*Comentar este artículo
 

Para una referencia más amplia sobre EL REBAÑO CIEGO puedes consultar:
StartPage DuckDuckGo Qwant MS Bing Google Yahoo
Este artículo ha sido leído 6399 veces desde el 12/12/07

Las opi­nio­nes expre­sa­das en los ar­tí­cu­los son de exclu­si­va res­pon­sa­bi­li­dad del co­la­bo­ra­dor fir­man­te, y no re­fle­jan, sal­vo ad­he­sión explí­ci­ta, los pun­tos de vis­ta del res­to de co­la­bo­ra­do­res ni de la ad­mi­nistra­ción del Sitio.

El Sitio no recopila datos de los navegantes y (casi) no usa cookies.ExplícameloTe creo