Contraportada

El médico británico Edward Sanders recibe la misión de desplazarse a una remota región de África para ayudar a combatir una variante de la lepra. Durante el viaje a través de la selva descubre que se está produciendo un fenómeno extraño e inexplicable, pues la jungla ha empezado a cristalizarse y con ella todo lo que contiene: plantas, animales y personas.

La amenaza de la cristalización supone la muerte inmediata porque elimina toda posibilidad de generar vida en medio de la selva, pero al mismo tiempo ejerce un poderoso atractivo: tiene la capacidad de detener el tiempo y crea majestuosas joyas de gran valor.

Leer a los clásicos siempre implica un cierto respeto y humildad a la hora de opinar sobre ellos, da sensación de vértigo, sobre todo cuando es la primera vez que te acercas a una novela de un escritor del que has leído más análisis de sus obras que alguna obra concreta.

Algo que todo lector nunca debería hacer. (Punto menos).

Pero a los inconstantes como yo; nos suele pasar factura sufrir esta situación. Ballard era uno de esos escritores que aún no había leído. Y evidentemente esperaba una novela de mucha calidad, esperaba una novela brillante o al menos sorprendente. Pero a veces, y a mi me pasa más de lo normal, creo, me decepcionan mucho. Y en este caso no ha sido diferente. Por suerte no os hablo de su mejor novela o una muy reconocida, ni mucho menos; pero si es una novela de un escritor encumbrado y reconocido, y exijo mucho más. Ahora le tendré que dar un tiempo de sosiego y de alejamiento para volver a enfrentarme a leer algo suyo. Tras su lectura el resultado final ha sido tremendamente decepcionante y pésimo.

Centrado la opinión ya más en profundidad sobre la novela; es realmente lenta y aburrida, y aunque parte desde una idea interesante se diluye rápidamente en una historia pastosa y que no encaja bien. Nos habla de un fenómeno extraño y misterioso; en la línea de las catástrofes naturales; una forma destrucción de la tierra lenta pero terrible. Todo parte de un proceso de cristalización que como un cáncer va consumiéndolo todo a su paso, sea cual sea la naturaleza, tanto mineral como biológico, poco a poco, pero sin piedad, va expandiéndose y cubriéndolo todo de una extraña belleza cristalina.

La historia transcurre en lo que serían las fases iniciales del proceso cuando se descubren las primeras zonas cristalizadas perdidas en zonas remotas y poco accesibles del mundo. Aunque la historia daría para mucho más, se convierte en un algo muy difícil de digerir. Sosa, saltarina entre diferentes intentos de generar un argumento claro, no se decide y llegas al final con una explicación del futuro y algo de filosofía barata para terminar. Con escaso trabajo literario, y donde en el enfoque principal aparece una relación de dos personas muy poco consistente y sin mucha profundidad ni sentido. Diálogos que parecen más orientados a una época mucho más pretérita que la que realmente esta ambientada. Mientras lees esperas encontrarte un carruaje y aparece un helicóptero, no encaja, no funciona bien. Hay algún momento de acción pero ya en esos momentos estás tan alejado de la novela que no consigue despertar del sopor al aturdido lector. Todo con muy poco sentido. En fin un despropósito total.

Tengo la sensación que es una novela incompleta, una novela que no funcionó pero que el autor decidió acabarla o publicarla de todos modos. Me parece una novela que parte de una idea interesante y opta por un tono y un enfoque totalmente fallido sin conseguir que le funcione en ningún momento.

Pasa palabra.

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