Por desgracia, esta es una de esas ediciones descatalogadas, y que sólo se encuentran por casualidad, rebuscando cual ratoncillo en los lóbregos estantes de las librerías de viejo.

Y voy al grano. Se trata de una obra de nuestro nunca bastante loado Carlos Saiz Cidoncha. En concreto, la titulada ANTES DEL IMPERIO, o LA GALAXIA DE LOS HOMBRES MUERTOS, en su título original.

Como ya es característico en Cidoncha, una novela amena sin paliativos, pero además, como también es habitual en él, colocando situaciones de nuestra historia en la vasta urdimbre del Universo de su Imperio Galáctico.

Y así encontramos potencias estelares como el Reich Nordlandés, un imperio muy similar al de la antigua Alemania, y en una situación parecida a la sufrida por este país tras la Primera Guerra Mundial, incluso con referencias y simbolismos claramente nacionalsocialistas en algunos de sus miembros.

Esto no es todo, naturalmente. A lo largo de la novela nos hace visitar exóticos planetas, incluyendo alguno donde los grupos Mafiosos controlan el poder. Existen referencias de instituciones actuales por doquier.

Un punto simpático de Cidoncha, el nombre dado a las naves de los protagonistas. Un claro homenaje a Edgar Rice Burrohugs y su serie de Marte.

Los protagonistas están también magníficamente retratados, aquí me ha parecido notar un intento de acercamiento a los personajes de LA LEGIÓN DEL ESPACIO de Williamson. Los Hermosos Hombres de Cidoncha no tienen nada que envidiar a los Legionarios de Williamson, y como ellos, son peculiares. Deliciosamente peculiares y muy humanos. Algunos quizá algo más..

Sin embargo, lo más extraordinario de esta novela son sus continuas referencias casi Lovecraftkianas. La Galaxia de Cidoncha está repleta de razas a cual más exótica, de maravillas tecnológicas, y armas devastadoras. Pero el sentido de la magia no está muerto. Todo lo contrario, vive cada vez con más fuerza. Los protagonistas no sólo tienen que enfrentarse a peligros físicos, sino a entes sobrenaturales, venidos de ignotas e inalcanzables regiones, sólo accesibles a través de la magia negra y los olvidados libros de conjuros. A nadie le extrañaría encontrarse el NECRONOMICÓN en algún remoto rincón de la Galaxia de Cidoncha.

La historia es típica, pero no por ello deja de ser maravillosa. Un hombre normal, oficial de carrera, cuya vida se ve brutalmente alterada por fuerzas que escapan a su control. Su huida, dejando atrás todo lo que conoció, la búsqueda de la venganza, y el encuentro con amigos y aliados, hasta que por fin, lo que pareció ser un incidente sin importancia que únicamente le concierne a él, se convierte en algo capaz de llevar a la destrucción, o a algo peor, a toda la Galaxia.

Finalmente, con la ayuda de un antiguo e inesperado poder benéfico nuestros héroes tendrán alguna posibilidad de victoria frente al oscuro mal que acecha entre las sombras. La lucha final es sorprendente y apocalíptica. Aunque el mal nunca es destruido totalmente...

Y aunque sea reiterativo, me sigue pareciendo excelente la forma como Cidoncha mezcla las naves y las armas de rayos con los conjuros y los oscuros poderes que reinan en los espacios vacíos entre las estrellas... o más allá de ellas.

En suma, una pequeña novela, de una editorial desconocida, que durante los breves instantes de su lectura, a bordo del Metro de esta agujereada ciudad de Madrid, ha conseguido transportarme a un mundo de aventuras, lejos de los atascos, los líos del trabajo, y las noticias de los telediarios.

Por todo ello, doy las gracias a mi tocayo, Carlos Saiz Cidoncha. Que nunca dejes de alimentar los sueños de estos, tus lectores.

Gracias.

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