Una de las mejores formas de despejar la mente es leerse un best-seller, y si es un techno-thriller mejor todavía. Son, por un lado libros que están escritos siguiendo las mejores recetas de los talleres de escritura, y por otro aportan algo de consistencia
al tratar, o intentar tratar, temas técnicos o científicos con algo de rigor. Hasta se les puede calificar como ciencia-ficción.
No es que sean libros literariamente excelentes. Suelen tener un estilo sencillo y directo, y su mayor cualidad es la capacidad del autor para construir diálogos brillantes y mantener el suspense durante toda la novela siendo coherente y sin caer en exageraciones ni acabar con los consabidos deus ex machina cuando la situación se les va de las manos.
En el caso de CÓDIGO GÉNESIS hay un poco de todo. Christopher Forrest recurre a todos los topicos del género, desde la manipulación genética, hasta las sociedades secretas pasando por civilización maya y la numerología para construir una novela que parece un churro, pero dicho en el buen sentido, es decir, está hecha con una churrera, y es tan deliciosa como un churro, como tan poco recomendable nutricionalmente.
La cosa va de que el doctor Joshua Ambergris, reconocido científico que cuenta con el premio Nobel, anda investigando ciertos aspectos sorprendentes del genoma humano, pero es misteriosamente asesinado, o al menos eso parece, no sin antes haber enviado a un viejo amigo sus progresos convenientemente cifrados para que el misterio sea aún más grande. Madison, que así se llama el amigo del doctor, anda más bien preocupado por otras cuestiones de más importancia, como la reciente muerte de su hijo, pero como le debe mucho a Ambergris decide aclarar el tema contando con la ayuda del genio informático de turno (deus ex machina clásico, digno de estudio para futuros investigadores de la literatura popular del intersiglo XX-XXI) y la doctora Grace Nguyen, ayudante de Ambergris, que la pobre se ha quedado algo descolgada de becas y subvenciones. Por supuesto, los descubrimientos de Ambergris han puesto muy nerviosa a gente algo más que tenebrosa que hará lo imposible para que los esfuerzos de nuestros héroes no lleguen a buen puerto.
Como digo, los mismos mimbres que decenas de novelas similares, surgidas sobre todo al calor del CÓDIGO DA VINCI. En ese sentido es también bastante predecible, y pese a que en teoría el suspense es quien debe marcar el relato, el malo
queda prontamente revelado.
Algo que se me ha hecho incómodo es la cantidad de capítulos de la que consta, a veces da la impresión de que alguien le dijo al autor que no hacía falta que cada párrafo fuera un capítulo y los espaciara un poco más. Puede que con el objetivo de aumentar el suspense Forrest pensara que era mejor dividir en muchos fragmentos cortos la narración para dar la impresión de que saltaba de un sitio a otro, aparentando además que la acción es más dinámica. Deja además la sensación de que el autor está pensando por adelantado en la versión cinematográfica, puesto que la narración queda distribuida en forma de guión.
También son evidentes algunas inconsistencias, que si bien no afectan a la historia en si, el autor podría haberse tomado la molestia de pulir, y a veces se trata de relacionar cuestiones de forma demasiado forzada, e incluso el final se puede decir que se hace artificioso. Sin embargo como producto de entretenimiento cumple sobradamente, no pasará a la historia de la literatura universal pero como lectura rápida y distraída cumple de sobra.
Por cierto, hay otra CÓDIGO GÉNESIS
, pero de John Case y editada por Planeta en 1999. No confundir con ésta.
