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HIBERNAUTAS
HIBERNAUTAS Octavio Cacho
Título original: ---
Año de publicación: 2010
Editorial: Juan José Aroz, Editor
Colección: Espiral, ciencia-ficción, número 47
Traducción: ---
Edición: 2010
Páginas: 385
ISBN: Ficha en La Tercera Fundación 
Precio: Descatalogado

Tiempo estimado de lectura: 2 min 05 seg

Francisco José Súñer Iglesias

¿Cómo será el futuro? Supongo que para la gran mayoría de los aficionados a la ciencia-ficción es una de las interrogantes que le han hecho llegar al género: imaginar todas las maravillas que poblarán los tiempos futuros, conocer hasta donde ha llegado la humanidad más allá del pozo gravitacional de la Tierra, saber que miserias se han erradicado, o si ya tenemos constancia de que no estamos solos en el universo, conocer como todas esas cosas han afectado a las generaciones futuras.

Por suerte vivimos épocas más que interesantes que nos permiten saber como es el futuro desde el punto de vista del ciudadano de la época de la luz de gas, es más sabemos como es el futuro entrevisto por los autores de la Edad de Oro de la Ciencia-ficción: vivimos en él. Extrañamente hay quien todavía se muestra decepcionado porque no coincide con muchos de los postulados que se proponían por aquel entonces, pero eso no se puede más que explicar desde la miopía, solo hace falta mirar por las ventanas digitales hacia el mundo globalizado para comprender que incluso en algunos aspectos se ha ido más allá.

Este anhelo de conocer el futuro ha inspirado decenas de obras no solo ambientadas en las épocas por venir, sino protagonizadas por viajeros en el tiempo que en un viaje de ida se plantan cien años en el futuro para explicarnos como será la cosa. Uno de los ejemplos más tempranos fue EL AÑO 2000, UNA VISIÓN RETROSPECTIVA (Life in the year 2000 A. D., 1887), de Edward Bellamy donde se contaba las aventuras de un caballero bostoniano en los albores del siglo XXI al que había llegado tras un prolongado sueño mesmérico. Unos años después, TINIEBLAS Y AMANECER (Darkness and Dawn, 1912) de George Allan England, presentaba a unos casuales Adán y Eva llegados a un mundo postapocalíptico tras mil años de plácido sueño. Un ejemplo más recientes y en español es EDAD: 143 AÑOS, de Jordi Sierra i Fabra, ambientada en el siglo XXII, donde se habla de la problemática de descongelar a un cierto número de hibernados.

Precisamente, el método elegido por Octavio Cacho para enviar a sus protagonistas al futuro es el de la hibernación. Un grupo bastante heterogéneo de, propiamente, hibernautas, liderados por el muy particular Donald Samuelson, se hace congelar secretamente para volver a zascandilear por la Tierra cuatro siglos después. Militares, científicos y algún que otro bulto sospechoso se reencuentran cuatro siglos después de iniciar su sueño frío con la movilidad y una sociedad que nada tiene que ver, naturalmente, con la que dejaron atrás. Las razones de porque un grupo tan heterogéneo se mete en tal empresa son variopintas, pero se vienen a resumir en que Donaldson es hipnóticamente convincente y les arrastra todos tras de si.

La primera parte de la novela viene a ser un remedo de la citada EL AÑO 2000... una descripción más o menos detallada de los usos, costumbres y tecnología del siglo XXIV y los problemas que los hibernautas encuentran en su adaptación al medio.

Pero las intenciones de Samuelson no son inocentes: básicamente se plantea convertirse en Amo del Mundo, para eso ha dispuesto (dispuso) en el pasado una serie de arreglos que le permitan llevar a cabo su plan en el presente (futuro) La novela cambia entonces de registro y se convierte en una de conspiraciones, policías y espías.

El resultado de tal mezcla, unido al estilo más bien decimonónico de Octavio Cacho, convierte HIBENÁUTAS en una larga novela de a duro con algunas de sus virtudes y todos sus defectos. Entretenida a veces, dinámica más por estilización que por planificación, excesiva en los planeamientos y limitada en la soluciones, estilísticamente modesta, no es desde luego una buena novela, se puede leer, como digo, como un episodio alargado de La conquista del espacio, pero no exigirle mucho más.

Entre los principales defectos peca, entre hibernáutas e indígenas, de un exceso de personajes poco dibujados y sin personalidad clara, que los hace intercambiables las más de las veces y, por tanto, prescindibles en la mayoría. Aunque el viaje criogénico se puede aceptar, con reservas, la conspiración de Samuelson no resulta para nada convincente, como tampoco lo es la actitud de los indígenas que dejan hacer y deshacer a sus anchas a una sospechosa pandilla de recién llegados como si tal cosa.

En fin, que todo dependerá de lo que añores las novelas de a duro para sentirte cómodo con esta novela. Yo aquella época me la perdí.

© Francisco José Súñer Iglesias, (754 palabras) Créditos

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© 2010 Francisco José Súñer Iglesias
Publicado originalmente el 5 de diciembre de 2010 en www.ciencia-ficcion.com

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