Texto de contraportada
Al borde del año 3000, la humanidad se ha dividido ampliamente en varias trayectorias evolutivas. Los carnosos son los que residen principalmente en un cuerpo humano, aunque las diferencias genéticas han creado problemas de comunicación entre las diversas formas.
En las Polis, en cambio, los humanos son incorpóreos, inteligencias artificiales con consciena propia que procrean, interactúan, crean arte e intentan desentrañar los misterios de la vida.
Y finalmente los Gleisners, robots orgánicos que usan un software de autoconsciencia.
La novela se inicia con la aparición de Yatima, un huérfano generado espontáneamente por el software de la polis Lonishi, con plena autoconsciencia. Pero cuando una enorme tragedia sacude a las diversas especies humanas, Yatima se embarca en una gran búsqueda de las razas supervivientes a través de la galaxia.
Greg Egan escribió esta novela en 1997 y diez años después mantiene toda la fuerza de una novela de ciencia-ficción dura. Probablemente, de las que he leído, es la novela más hard, más densa, más compleja de entender, llena de teorías, de formalismos matemáticos, de infinidad de terminología técnica. Una novela de personajes planos, con poca particularización de los mismos.
El libro es apasionante en algunos aspectos, como la construcción de una conciencia artificial, desde su concepción y gestación, partiendo del mecanismo de su definición, pasando por sus balbuceos, percepción de sensaciones y fenomenología, hasta la llegada de la conciencia, la introspección y la solidez de la personalidad y del yo. En otros momentos, DIÁSPORA es terriblemente científica, explicando teoremas matemáticos o problemas de astrofísica a un nivel sólo apto para gente muy de ciencias. Una novela que se permite el lujo de presentar y detallar un paisaje en seis dimensiones físicas sin pestañear, o de realizar una búsqueda de vida extraterrestre inteligente y encontrarla donde sólo Greg Egan sería capaz de imaginarla, realmente deja atónito y sin respiración.
DIÁSPORA no esta pensada para el lector, definitivamente prescinde de él. Se enrosca en ideas profundas y las disecciona desde todos los puntos de vista de una forma metódica, asumiendo todas las posibilidades y dando la respuesta adecuada en cada momento. Enorme despliegue de ideas de un escritor sin limitación creativa, pero que en el formato largo demuestra recursos literarios muy escasos.
Sin duda, no recomendaría DIÁSPORA a nadie que no fuera un gran aficionado a las novelas de ciencia-ficción dura, y que pueda prescindir de un hilo conductor clarificado, y de los elementos básicos para mantener el interés del libro más allá del científico y especulativo. Lectura nada fácil pero que no se olvida.
AXIOMÁTICO
CIUDAD PERMUTACIÓN
CUARENTENA
DIÁSPORA
EL INSTANTE ALEPH
LUMINOSO
OCEÁNICO
TERANESIA
ZENDEGI