
Hace algún tiempo hice en este lugar un comentario no muy positivo de otro libro de los hermanos Strugatsky aparecido en esta misma colección. He leído críticas muy buenas de ese mismo libro en otros lugares. Bien, considero que dicha obra no es ciencia-ficción al uso a mi entender. Los hermanos Strugatsky se caracterizan por tener una obra literaria bastante densa en lo referente a conceptos e ideas. La autores rusos de ciencia-ficción en general y muchas veces debido a su situación política en el pasado, se han caracterizado por utilizar sus escritos de modo panfletario o apologético. Los hermanos Strugatsy no se libran de esta tónica.
CIUDAD MALDITA es una obra que como DESTINOS TRUNCADOS, está escrita para denuncia una determinada situación política, en este caso la situación de la Unión Soviética antes de la perestroika. La obra nos describe una ciudad imaginaria que según los autores surgió de un cuadro de un pintor llamado Nicolás Roerich. El cuadro presenta una ciudad que esta encajada en una cornisa natural. Hacia abajo existe un abismo insondable y que se desconoce lo que contiene y hacia arriba más de lo mismo. En esta ciudad imaginaria existen algunos elementos fantásticos, como el misterioso edificio que aparece y desaparece en determinados lugares. El protagonista de la narración, Andrei, escalará todos los estratos sociales hasta llegar a la cumbre del poder. Como ya he dicho, los autores utilizarán los argumentos literarios para denunciar un tipo de situación política que se dá en la ciudad y que tiene como contrapartida en el mundo real la situación de la U.R.S.S. Por eso no es de extrañar que esta obra haya estado prohibida durante la situación anterior del régimen soviético y sólo ahora podamos acceder a ella.
Ciudad maldita es una obra ligeramente superior a DESTINOS TRUNCADOS y que se aleja mucho de otras obras de estos autores como puedan ser QUE DIFÍCIL ES SER DIOS o STALKER. Comprendo, no obstante que existan lectores que gusten de obras como esta, sesudas y densas y que les hagan estrujarse las meninges. A mí, no obstante y aunque reconozco el mérito que contienen dichas obras, no me dicen gran cosa y como ciencia-ficción para pasar un rato entretenido y agradable dejan bastante que desear.