Cuando muere la Emperatiz viuda Lisbet Degtiar, Miles Vorkosigan y su primo Iván son enviados a Cetaganda para su funeral como representantes diplomáticos de Barrayar. Al llegar, son inexplicablemente atacados por un sirviente de la difunta emperatriz. Cuando el mismo sirviente aparece muerto al día siguiente, Miles e Iván se encuentran en medio de un misterio.

Ésta es la novena novela de La Saga de los Vor que Lois McMaster Bujold publicó, quinta dentro de la cronología general de la serie, entre EL JUEGO DE LOS VOR (1993) y ETHAN DE ATHOS (1998), si no tenemos en cuenta el relato LABERINTO (1989), y tercera dedicada a Miles Vorkosigan.

A diferencia de sus más dinámicas predecesoras, EL APRENDIZ DE GUERRERO (1986) y EL JUEGO DE LOS VOR, no hay grandes batallas espaciales, ni mercenarios ni aparece Cordelia Naismith (la madre de Miles). De hecho, el único Vor que acompaña esta vez a Miles es su disoluto primo, Iván Vorpatril, en un papel bastante socorrido de alivio cómico.

La historia está ambientada en el Imperio Cetagandano, al que Miles e Iván han sido enviados en misión diplomática en representación de los Vor en los funerales de la Emperatiz viuda, donde se ven envueltos en un misterioso asesinato. La particularidad de este libro es que, aún habiendo constantes referencias a los libros anteriores, se puede leer con relativa independencia puesto que es una historia fuera del contexto general de la serie.

En Cetaganda todo está diseñado genéticamente para complacer los vicios y apetencias de la aristocracia. A los cetagandanos no les gusta Barrayar y tampoco les agrada la familia Vorkosigan. Además está el problema de que Miles, lisiado y atrofiado, cuyo físico es despreciado en la altiva sociedad cetagandesa. Por ello, Miles e Iván han recibido instrucciones de mantenerse tranquilos y no hacer nada que pueda ofender a los cetegandanos. Como era de esperar eso es un imposible. Iván es incapaz de evitar perseguir a toda hermosa joven que se le ponga a tiro, y en Cetaganda se han preocupado de que todas las jóvenes sean hermosas, mientras que Miles es un imán para los líos. Tal es así que según aterrizan se ven envueltos en una conspiración entre la nobleza que pretende usar a Barrayar como cabeza de turco de sus jugarretas. Miles debe recurrir a todo su ingenio para averiguar que sucede a su alrededor y evitar un conflicto diplomático de consecuencias imprevisibles.

Una de las cosas que se le da muy bien a Bujold son las tramas enrevesadas, con mucha intriga, muchos bandos y a Miles discurriendo a toda velocidad para desenredar las madejas. A veces la propia Bujold piensa más rápido de lo que es capaz de escribir y recurre a artificios demasiado obvios para resolver los conflictos planteados, y ya es un clásico que el propio Miles sea el deus ex machina que los soluciona gracias a su portentosa inteligencia.

En esta novela Bujold plantea a la par una retorcida sociedad de castas, una avanzada ciencia genética y una elaborada traba de misterio. Como otros muchos otros autores han demostrado, una civilización estratificada en castas y con unas convenciones sociales tan pomposas como rígidas pueden dar lugar no solo a la fascinación del lector, sino a episodios tan picantes como los que llega a protagonizar Iván. A la vez la obsesión por la belleza en Cetaganda impulsa la genética más allá de lo imaginable. Por supuesto, la trama de misterio no tiene... mayor misterio en el sentido de que es un camino explorado con anterioridad infinidad de veces, pero es absolutamente necesario para el lucimiento de Miles.

Bujold no se detiene ahí, consigue además que los personajes no sean meros roles con diálogo, y elabora con gran maestría retratos complejos y realistas, con apenas un par de adjetivos y unas pocas acciones bien elegidas,

Buena novela de intriga, aderezada de una gran cantidad de elementos interesantes que la hacen una lectura más que atractiva.

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