Las ucronías nunca me han atraído. Siempre las he considerado como un intento de corregir
la historia a favor del autor, ya sea por nacionalidad, religión o raza. Es raro que encontremos una ucronía en la que cualquiera de los distintivos culturales del autor se vean mermados. Las hay, naturalmente, quizá la más destacada sea LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ, de Ward Moore, en la que se especula con la victoria de la Confederación en su Guerra Civil contra los yankis, y lo que supone, en términos de irrelevancia geoestratégica, para unos Estados Unidos que simplemente no existen, ya que se han conformado dos países según los bandos beligerantes.
El caso de ALBA DE TINIEBLAS no es diferente. Como marco previo, los comuneros han ganado en su pugna con Carlos I y Castilla es un paraíso liberal
(para lo que era la época) donde el libremercado y el librepensamiento imperan, además de prevenir
que las futuras guerras Europeas de los Habsburgo la desangren, convirtiéndola en una región próspera, al estilo de las de Europa Central.
Pasa el tiempo y Felipe II muere inoportunamente al poco de la victoria en Lepanto y se inicia una guerra sucesoria entre el Príncipe Carlos y el bastardo victorioso Juan de Austria, que es el eje central de la novela.
Ya empezamos con las incomodidades. Si Carlos I de España y V de Alemania, no fue el Carlos I de España y V de Alemania que todos conocemos, está claro que la geopolítica Europea y mediterránea no pudo ser la misma, ni de lejos. La pujanza del turco seguiría siendo la misma, y un Lepanto parecía inevitable ¿pero sería en Lepanto? ¿tendría Felipe II la ascendencia suficiente en Europa para poner a Juan de Austria al frente de la coalición cristiana? ¿¡Existiría el propio Juan de Austria siendo, obviamente, la vida de Felipe II muy diferente a la que fue realmente!?
Todas estas cosas me hacen las especulaciones históricas de este estilo muy incómodas, el autor crea los caminos a su antojo sin el menor rigor... porque sencillamente los está trazando a su propia conveniencia, según sus filias, fobias o apetencias del momento. El Y si...
es muy arriesgado, sobre todo cuando se quiere superponer personajes históricos sobre unos sucesos que, por lo expuesto hasta ese momento, resulta dudoso que se desarrollaran de una forma análoga a la real.
Además el autor ha querido dar un toque de modernidad
a la novela dando papeles relevantes a ciertas mujeres como la princesa de Éboli, o la morisca Abendana (y hasta una Santa Teresa que no es Santa Teresa). A veces estos toques
derivan en un cierto grado de anacronismo bastante molesto. Cuando las mujeres reinaron en Castilla, Inglaterra, Escocia o poco más tarde en Rusia, en las más de las ocasiones llegaron a ocupar esos lugares más por carambolas sucesorias que por un entorno favorable, además de una fortaleza de carácter que les permitió sortear las dificultades que se encontraron a su paso. Isabel I de Castilla, Isabel I de Inglaterra o Catalina la Grande no son precisamente ejemplos de gobernantes débiles, es más, batallaron y se mataron con entusiasmo entre ellas, y si no que se lo pregunten a La Beltraneja o a Bloody Mary. En la sociedad del siglo XVI lo normal, y general, era que se las relegara a roles secundarios y poco relevantes, las de más carácter influenciaban, sin duda, a sus maridos, familiares y amantes, pero se me hace raro que se las permitiera tener una proyección significativa en el devenir de los acontecimientos.
Así pues, como cualquier otra ucronía, ALBA DE TINIEBLAS no hay que leerla como una especulación histórica, que por ese camino no se va a ningún sitio, sino como una novela de aventuras fantástica ubicada en un escenario y con unos personajes que casualmente resulta que se llaman como alguno ya conocido. Al respecto, hemos visto recientemente que, con una sorprendente honestidad, la serie Carnival Row, hace el ejercicio contrario. Se ambienta como una ucronía fantástica en una época victoriana (otra reina) que no es la época victoriana, una Inglaterra que no es Inglaterra y un Londres que no es Londres, pero que resultan perfectamente identificables.
Pese a lo dicho no quiero que se me malinterprete, hasta ahora he descrito mi incomodidad respecto a las ucronías. Narrativamente ALBA DE TINIEBLAS es una novela magnífica, con un estilo pulcro, gran ritmo, una amplia panoplia de personajes más que interesantes y una trama bien hilada, aunque se me ha hecho un poco dispersa a causa de esa cantidad de personajes y escenarios que plantea. Una novela estupenda para leer sin pensar en el escenario, porque a poco que se haga, y como cada uno tiene su propia visión de la historia, esas interferencias
se pueden hacer muy molestas.
Por si alguien no lo sabe, esta novela está incluida dentro del ciclo Crónicas de Tinieblas, que narra el devenir de esta historia alternativa de las Españas. La primera novela, aunque cronológicamente se sitúa en el primer cuarto del siglo XX, fue DANZA DE TINIEBLAS (2005), le siguió MEMORIA DE TINIEBLAS (2013) ambientada en la década de 1970, y el volumen antológico CRÓNICAS DE TINIEBLAS (2014) en la que varios autores hacen sus propias aportaciones a este universo narrativo, algo que lo convierte, quizá, en la mayor obra conjunta de la ficción española.
Alexander Páez en Donde acaba el infinito (rv. 30-05-22)
Daniel Garrido en Caballero del árbol sonriente (rv. 30-05-22)
Reseña en Origen cuántico (rv. 30-05-22)
ALBA DE TINIEBLAS
LA ARITMÉTICA DEL CAOS
DANZA DE TINIEBLAS
MEMORIA DE TINIEBLAS
NOS MIENTEN
STRANDED
