y lanzó por encima de las cabezas aquel pesado volumen, que salió volando y girando sobre sí mismo hasta estamparse contra la pantalla con gran estrépito. Se sobresaltaron todos y, por un instante, Julia se arrepintió de lo que había hecho. Su arrebato podía interpretarse como un ataque a la pantalla. Las telepantallas eran muy resistentes y un libro no podía hacerles nada, pero ¿lo sabía O´Brien?
Argumento

Una versión en femenino del clásico 1984, el punto de vista de la joven de quien Winston Smith se enamora en la novela de George Orwell.
La autora ha tomado este personaje coprotagonista para darle una dimensión completa y narrar la misma historia centrándola en Julia, es el tipo de juego literario que se ha hecho infinidad de veces con más o menos fortuna.
Comparativamente hablando
A partir de lo que el lector sabe de Julia por las descripciones hechas en 1984 la autora rellena la vida de este personaje, su mundo interno y externo, lo que siente, donde vive, su trabajo, las conversaciones... Hay fragmentos trasladados enteramente de una obra a otra, líneas de diálogo entre ella y Winston y lo demás es inventado para dar cuerpo a esa otra parte, la femenina, la que vive Julia y otras mujeres en el Londres de 1984, una ciudad devastada imaginada por Orwell en la obra que terminó en 1948. Orwell dudó entre ese título y The Last Man in Europe y finalmente, junto con su editor, se decidieron por el que señala el año en el que se desarrolla la acción.
De las primeras escenas en las que Julia toma protagonismo es en los llamados minutos de odio en los cuales se expresa ese sentimiento hacia la pantalla que muestra a Goldstein, cuya descripción física evoca a Trotsky, al que el régimen acusa de traidor a la causa. Julia lanza un libro, un diccionario, a la pantalla. Esta escena es famosa entre otras cosas por ser reinterpretada en el anuncio de Macintosh, anuncio que la serie Futurama le dio un nuevo giro. [1] y [2]
El mundo de Julia es igual de insalubre, triste y pobre que el de Winston pero el texto original describe una existencia desgarradora en la que, desde la mirada del protagonista, no hay perspectiva, ni futuro ni felicidad. Desde la mirada de Julia, una superviviente que trapichea con los proles para obtener productos que no se encuentran fácilmente, es un mundo en el que ha visto desaparecer a compañeras de su entorno de las que ya nada más se ha sabido, pero la sensación no es la misma. En todo momento la descripción de Orwell es desde el interior de Winston, sus sentimientos e ideas mientras que de Julia la autora narra más los hechos, sería pues en 1984 un relato interno y en JULIA uno externo.
Winston, en 1984, se sorprende del lenguaje que Julia usa para referirse al Partido Interno y al Gran Hermano, palabras malsonantes según él. En la novela de Newman no hay diferencia entre la voz narrativa y la de Julia, ambas usan palabras soeces y el resto del tiempo el lenguaje es coloquial y con palabras de neolengua. Al no tratarse de un relato en primera persona el texto queda empobrecido, no se diferencia entre autora y personaje, no hay una visión externa o superior de los hechos que den más juego a la historia, ambas quedan mezcladas.
La visión femenina en Julia se convierte en feminista cuando se describe el trato que se da a algunas de sus compañeras, niñas que desaparecieron en manos de altos mandos o el caso de Vicky que debe esconder el embarazo producto de la relación no del todo consentida con su jefe. Todos, hombres y mujeres, están sometidos de manera implacable pero hay sufrimiento añadido por el hecho de ser mujer y estar en manos de los hombres al mando.
Alguna escena chirría por no acabar de encajar con el original como es el momento que O´Brien se persona en el establecimiento donde vive Julia para dejarle una nota, algo bastante improbable para un mando de ese nivel pues se habría servido de otro medio, nunca hubiera ido él mismo. Y en una escena añadida a la historia Julia es citada en el piso de O´Brien y tendrá lugar una línea de acontecimientos que todo lector puede haber sospechado al leer 1984, el hecho de que en realidad Julia está al servicio del Partido Interno para extraer de Smith, y de otros como él, la información necesaria para vencer su oposición al régimen.
El texto
Se necesita bastante imaginación para llenar todos los vacíos sobre Julia y en ese sentido Newman los abastece con una vida desconocida para quien leyó la obra de Orwell. La escritora añade además personajes en la juventud de Julia, cuando ella todavía no vivía en Londres, pasajes que pueden parecer en algún momento forzados. Es parecido al tipo de obra que ya se ha visto repetidas veces, obra que relata el principio de un personaje y una situación cuando anteriormente ha triunfado la obra sobre ese personaje en una etapa posterior. También para el relleno Newman menciona brevemente personajes históricos que no eran relevantes en el momento que se publicó 1984, con lo que de alguna manera la ucronía queda reforzada.
A cada lado había un sillón azul claro, como esperando una canción, y las paredes estaban forradas de estanterías repletas de libros encuadernados en tela. Hasta el techo estaba decorado con flores de yeso, y el piano tenía su propia alfombra preciosa en la que plantarse. Lo más extraño de todo era que no había nadie en aquella salita. Toda aquella belleza desatendida. Solo el piano ya recibía un torrente excesivo de luz, una luz que alguien, en alguna parte, se había esforzado por producir. Podían verse las horas de la vida de un desconocido invertidas inútilmente en un piano mudo.
Pese a no diferenciarse a veces narrador de personaje hay descripciones interesantes, fragmentos que denotan un estilo propio aunque la historia parta de una anterior escrita por otro. El estilo es claramente distinto en estos pasajes a los ya comentados, aquellos que narrador y personaje llegan a confundirse.
El final
El auténtico final de 1984 es la nota, después del último capítulo, en la que una voz anónima comenta aspectos de la neolengua, el idioma ideado para ser el instrumento único de comunicación al servicio del Socing. Es importante leerlo pues si bien el último capítulo de la obra de Orwell muestra a un Winston Smith vencido y amando al Gran Hermano, lo que O´Brien llama la etapa de aceptación, con lo que al lector le queda el amargo sabor final que el individuo ha sido arrollado por el régimen, esta nota final en cambio aporta la idea que todo eso pertenece al pasado, que ya no existe el Socing ni la neolengua ni la sociedad que los mantuvo. Si O´Brien en sus discursos a Smith recalca cómo se equivocaron nazis y soviéticos y que por ese motivo sus sociedades terminaron en este escrito añadido se intuye claramente que la sociedad del Gran Hermano, como las antes citadas, también terminó.
En la parte final de la obra de Newman la protagonista será encarcelada como lo fue Winston y allí conocerá a un personaje mencionado brevemente, uno de los añadidos de la autora. El trato sufrido y los diálogos de Julia con otros presos coinciden en detalles descriptivos del edificio y los guardianes, además de algún diálogo de O´Brien con Smith íntegramente traspasado de un libro a otro, por lo demás todo queda en un relato anodino y una prosa superficial con unos monólogos excesivamente largos. Habrá tortura y liberación, ella habrá colaborado con el régimen, pero su actitud en algún momento provocará el encierro y ya una vez fuera de presidio será rechazada por sus antiguas compañeras de albergue. Más tarde se encontrará de manera casual con Smith, para coincidir así con el texto original, aunque una relación romántica con Vicky y un embarazo no constaran en el texto que Orwell creó.
En los últimos párrafos la ironía supondrá un buen aporte a la obra que en algunos momentos resulta insulsa, en estas páginas finales Julia verá abrirse un nuevo mundo de esperanza para contemplar cómo vuelve a cerrarse de nuevo.
La autora
Sandra Newman (Estados Unidos, 1965), estudió en el Polhtechnic of Central London y en la University of East Anglia. Publicó su primera novela en 2002, otras obras traducidas de la autora son CÓMO NO ESCRIBIR UNA NOVELA (Seix Barral, 2010) y UN MUNDO SIN HOMBRES (Seix Barral, 2023), historia en la que las personas con cromosoma Y desaparecen y que tuvo su controversia desde el punto de vista biológico.
[1] Anuncio de Macintosh en el que la joven lanzadora lleva unos shorts de color rojo emulando el color de la cinta que Julia lleva en la cintura por encima del mono de trabajo, cinta que muestra que pertenece a la Liga Antisexo: https://www.youtube.com/watch?v=ErwS24cBZPc.
[2] Enlace al anuncio en la serie Futurama, aquí Mom ocupa el lugar de Goldstein: https://www.youtube.com/watch?v=lSt04IPqFfM.
