WALDO esta es una de las novelas que Heinlein publicó originalmente bajo pseudónimo, apareció por primera vez en 1942 en la revista Astounding Science-Fiction firmada por Anson McDonald. En ella la energía se transmite inalámbricamente, pero en cierto momento todo empieza a fallar, y es cuando se pide ayuda a Waldo Farthingwaite-Jones. Nacido con una severa deficiencia muscular, que le impide cualquier ejercicio físico, desarrolló su intelecto hasta el punto de convertirse en un reputado inventor que incluso se construyó una estación espacial como vivienda para escapar de la gravedad terrestre. Waldo acepta el reto, algo que llevará a su poderosamente casi al límite.

La novela es famosa por introducir el concepto de manipulador remoto, artefacto que Waldo usa profusamente para compensar su deficiencia física. Aunque parezca un invento del propio Heinlein, recordemos que él mismo era un acreditado ingeniero, parece ser que la idea era muy anterior, de los años 1910, y el concepto lo había sacado de un número de la revista Popular Mechanics. Debido a ello, el asunto del manipulador remoto es considerado en esta novela como un simple elemento más de atrezzo, quedando claro que Heinlein realmente quería escribir una novela en la que se describía como los beneficios del uso de las tecnologías avanzadas mejoran el día a día de las personas.

Además, Heinlein aprovecha para introducir ciertos conceptos de ingeniería. El análisis de los problema de los cortes de energía lleva a Waldo a sacar conclusiones absurdas, pero no por ello menos constatables, de lo que a su vez infiere que las acusas deben tener una causa racional y, por ello, a su vez tendrán una explicación igualmente racional. Lo que hace Waldo es aceptar la realidad de lo que ve. No puede negarlo, y ese es uno de los principios del método científico, si algo desafía el conocimiento adquirido, es que ese conocimiento es incompleto o equivocado.

Una de las ventajas de esta novela es que, al ser corta, el ritmo es vivo y Heinlein no pierde el tiempo relatando los hechos. El problema es que, excepto el propio Waldo, los personajes son esquemáticos, pero no importa demasiado porque no deja de ser una novela de ideas, donde los personajes son únicamente vehículos del autor.

También hay que reconocer que con los años (ya son más de setenta) ha quedado bastante desfasada, además que que Heinlein la escribió en una época en la que aún no había madurado como autor, pero eso no significa que sea despreciable, al contrario, es de esas historias de ciencia-ficción que se recuerda para siempre.

Como anécdota, ganó el RetroHugo del 2018 a la mejor Novela Corta.

MAGIC INC. Es otra cosa. Se trata de una aventura en la que prima la magia, protagonizada por Archie, un pequeño empresario acosado por mafiosos, y que además no cuenta con el respaldo de la autoridad.

La historia está bien construida, la magia en común en el mundo de Archie, pero tiene sus limitaciones, tanto es así que en realidad lo que mueve este mundo es la burocracia, las corruptelas administrativas, los malos administradores, los sindicados, las legislaciones absurdas, etc. En esencia no es muy distinto al nuestro, por lo que es fácil deducir que realmente a Heinlein la magia le importaba bien poco, y estaba más interesado en parodiar todo lo malo que veía a su alrededor. ¿Por qué en este caso prefirió una historia fantástica a la ciencia-ficción? Nuevamente la historia es de su época temprana. 1940, y está dentro de lo posible que aún estuviera definiéndose como autor, sin tener del todo claro que género prefería cultivar.

Como WALDO es una historia ágil y divertida, precursora, quizá de la fantasía urbana tan de moda ahora.

Comentar este artículo

---