
LOS DE DÍAS DE ANTIGÜEDAD
(extraña versión española del título) es el segundo libro de la serie de Confluencia escrita por Paul McAuley. Es imprescindible leer el primer libro para comprender lo sucesos de este segundo volumen, pues empieza exactamente donde acabó el anterior.
En líneas generales, el mundo que se describe en la novela, Confluencia, es un hábitat artificial en el que coexisten miles de razas alienígenas creadas por unos misteriosos seres llamados Los Conservadores, que se retiraron del planeta en el pasado hacía un agujero negro creado por ellos mismos. La obra narra la historia de Yama que fue encontrado siendo un bebé en El Gran Río, sobre el pecho de una mujer muerta. A través de del libro asistiremos a la búsqueda emprendida por Yama par encontrar sus orígenes.
En primer lugar El Gran Río que casi atraviesa el mundo recuerda mucho al creado por Piliph José Farmer en su serie El mundo del Río. No soy yo sólo el que nota esta circunstancia, ya que en otras críticas que he leído sobre la obra han remarcado este aspecto. La mayoría de la ambientación de la novela recuerda mucho a la mitología hindú; por poner un ejemplo, el libro que consulta el protagonista es el Purana. Asimismo el mismo nombre, Yama es claramente hindú. Ya por último los propios Conservadores pueden recordarnos en algún momento a los heeches de Frederik Pohl en su obra PÓRTICO. Creo que no acaban aquí las similitudes y que si leemos con atención posiblemente encontraremos más. En definitiva, creo que McAuley se ha limitado a reciclar ideas de otros autores y obras para crear este mundo de Confluencia.
En la Saga de la Confluencia (por lo menos en lo que llevo leído hasta ahora) no he encontrado ni grandes ideas, ni aportaciones novedosas al género, aunque no es una obra que sea excesivamente pesada, la presentación de la misma es voluminosa. Los capítulos son extensos y presentan abundantes párrafos descriptivos. Sin embargo si tenemos paciencia y nos gusta la aventura, seguro que pasamos un rato entretenido con la obra de Paul McAuley.