
En la contraportada se asegura que la ambientación científica de EXPEDICIÓN A CAJAL es rigurosa. En autor, en los anexos, nos cuenta las decisiones que tomó a la hora de plantear el marco físico en el que desarrollar la acción. Durante toda la novela (corta) se dan prolijas explicaciones acerca de tal o cual aspecto gravitacional o relativista del argumento...
Y el resultado es decepcionante.
¿Alguien se imagina a Julio Verne explicando el mecanismo del freno de un tren de vapor o a Ursula K. Le Guin dando una conferencia acerca del principio del ansible? (bueno, posteriormente hay quien se atrevió a hacerlo, no he vuelto a leer nada de ese endeviduo
) ¿No? Pues es lo que Juanjo Sánchez Arreseigor hace página tras página, y no sale airoso del trance. Las continuas explicaciones entorpecen el desarrollo de la novela, y convierten los diálogos en sesudas disertaciones sobre temas sobre los que dudo mucho que los personajes debieran tener un conocimiento tan profundo.
Como escritor que tiende al hard, (de verdad, es involuntario) sudo tinta para evitar estos defectos que hacen mala cualquier ciencia-ficción, y por las uñas de mis gatos que es algo que nunca estoy seguro de conseguir, así que cuando, como en el caso de EXPEDICION A CAJAL, me los encuentro impresos y encuadernados me comen los demonios.
Ya como lector, me importan tres pimientos cuales sean las leyes físicas o teorías sociales en las que se base tal o cual circunstancia de la acción, quiero sobre todo una narración ágil y entretenida, no un manual de física o antropología. El autor de ciencia-ficción debe ser lo suficientemente honesto como para que lo que cuenta tenga una cierta coherencia interna, y si es lo bastante hábil o basa en esas leyes físicas o teorías sociales el argumento del relato, integrarlas en la narración sin que sea tan obvio que haga daño a la vista, y si no es así, y lo considera necesario, apuntarlo en anexos aparte, nunca en mitad de la novela.
Un ejemplo. Parte de los personajes son gitanos. Pero gitanos éticamente muy evolucionados, y eso va quedando patente página a página, no porque nadie lo explique, sino porque sus actos los describen. Por ese lado la novela iba perfectamente hasta que, en un momento determinado, un personaje suelta la parrafada de turno contando lo que el lector ya ha logrado averiguar, que de apestados sociales, han pasado a ser respetados integrantes de la sociedad galáctica. Eso me sentó fatal.
Más cosas. Durante toda la novela se desarrollan luchas y peleas encarnizadas y hasta divertidas. Vale, muy bien, ¿pero que es un kata gatame? ¿y un o soto-gari? Estas son cosas que se pasan durante las peleas, pero francamente, no se que son, y sospecho que me he perdido algo interesante durante las lucha. Tampoco sabía que era una calina hasta que un amable personaje me lo explicó, además de dar una pequeña y aburrida charla sobre inercia y gravedad. Asi que... ¿porque ningún amable personaje me explicó que eran un kata gatame y un o soto-gari?
Si el autor quiere jugar con la complicidad, inteligencia y conocimientos del lector para hacer amena la acción hay que hacerlo durante todo el relato. Que un personaje le parta a otro la nariz con un kata gatame me parece muy bien, y por tanto deduzco hábilmente que se trata del de una técnica de lucha, pero que el autor sea capaz de hacerme comprender que son las calinas sin echar mano de las técnicas de copiar y pegar.
Afortunadamente la novela tiene unas cuantas virtudes, entre la que destacaría el marco galáctico que Juanjo Sánchez Arreseigor ha creado. O mejor dicho, desarrollado, porque la idea no es original. El universo de la saga de Ender (al menos en LA VOZ DE LOS MUERTOS y ENDER EL XENOCIDA) se apunta también que la colonización de la galaxia no se efectúa de un modo homogéneo, cada planeta es colonizado por una etnia o grupo social, y cada planeta resulta una réplica cultural, más o menos evolucionada, del terruño.
Pues bien, en EXPEDICION A CAJAL se toma esta idea y se le da cuerpo, se crea una historia galáctica y se da consistencia a las circunstancias que han llevado hasta ese estado de cosas. Sin embargo esto da pie a pensar que EXPEDICION A CAJAL, en su formato y extensión actual, está muy limitada. La novela, dividida más o menos en tres o cuarto partes, pide más páginas, un volumen para cada una de las partes que componen el relato. El universo de EXPEDICION A CAJAL tiene entidad suficiente como para convertirse en una saga galáctica.
Quizá por eso el autor, tratando de contar muchas cosas en poco espacio, y además darles coherencia, ha terminado cometiendo el error fatal de querer explicarlo todo, con un resultado desastroso. Y es una lástima, porque cuando Juanjo Sánchez Arreseigor no se ve en la necesidad de explicar cosas, sino de contarlas simplemente, escribe muy bien, y además da muestras de verdadero ingenio y don de lenguas (al cabo es filólogo) con la creación del castelán
o catallano
, que no sabría decir muy bien de que se trata, que ambienta perfectamente la última parte de la novela sin necesidad de explicar porque se ha llegado a la creación de esa verdadera lengua de intercambio.
En fin, no puedo dudar de la honestidad de Juanjo Sánchez Arreseigor ni de la de Juan José Aroz. Han escrito y publicado lo que en conciencia han considerado mejor. Pero de lo que no voy a dudar tampoco es de que ambos se han equivocado.
El contenido de este texto puede ser total o parcialmente reproducido sin autorización explícita y previa del autor y bajo cualquier medio de comunicación siempre que se den las siguientes condiciones:
- Debe incluirse la totalidad de este pie de página.
- No puede modificarse, con la excepción de correcciones ortográficas, tipográficas o de traducción a otro idioma, y nunca excepcionando las correcciones de estilo, contextuales o gramaticales, de las cuales se hace responsable el propio autor en el texto original.
- El autor no renuncia a sus derechos de propiedad intelectual legalmente constituidos y se reserva la posible reclamación oportuna siempre que el medio en que se reproduzca reporte beneficios económicos de cualquier tipo.
Publicado originalmente el 26 de julio de 1998 en www.ciencia-ficcion.com