Se ha dicho que si se introduce en una coctelera películas de mosqueteros, de bandidos, de la Edad Media, espaciales, de aventuras, románticas y, una vez con todo el contenido dentro se agita bien lo que saldrá será Star Wars y por supuesto con villanos incluidos como Darth Vader y el Emperador, pero hay otro villano cuya presencia se intuye desde el principio, si es que actualmente se puede llamar principio a la clásica LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, ese ¿capo mafioso? ¿señor feudal? ¿empresario logístico? ¿jefe contrabandista sin escrúpulos?
Su nombre es Jabba El Hutt.
Cuando se proyectó por primera vez la clásica trilogía a Jabba se le mostró únicamente en la tercera de las películas, EL RETORNO DEL JEDI, pues los personajes protagonistas —humanos y robots— se concentraron en su palacio con la misión de rescatar a Han Solo. Aquí vino la primera sorpresa pues el aguerrido y sarcástico Han no estaba en un calabozo prisionero sino que colgado de la pared se exhibía como una pieza de decoración, un demencial friso en el que el amado de Leia quedó petrificado en una horrible mueca.
Eso ya da una pista, ¿a que sí? Pues hay más.
Jabba vive en una fortaleza, es algo que un villano desalmado suele necesitar para protegerse, para no sufrir en sus carnes lo mismo que él hace a los demás. También tiene en ocasiones un ejército o si no, como es el caso aquí, un cuerpo de guardias que con aspecto de jabalís bípedos se encargan de algunas tareas.
Otra cosa que un villano suele tener es una mascota, cuanto más horrenda mejor, y aquí entra en escena el gigantesco rancor, un tipo de depredador al que Jabba El Hutt, graciosamente, lanza de vez en cuando una golosina para amenizar su menú, golosinas en forma de esclavos que no le han demostrado suficiente lealtad. Y es que el nivel de lealtad requerido es alto, tocando a infinito.
Bueno, vamos reuniendo características: retorcido sentido del arte, mascotas extremadamente peligrosas, alto sentido de la venganza, un castillo o fortaleza presumiblemente inexpugnable, un cuerpo de guardias que lo defenderán con su vida (porque si no la van a perder igualmente), aspecto decididamente repugnante... aunque esto último es opcional, también hay villanos atractivos, pero aquí no es el caso.
Y seguimos.
Un villano con una gran fortaleza por supuesto tiene calabozos en los que no solamente se encarcela a los enemigos o a los que le han decepcionado, también está incluido el Departamento de Sufrimiento y Torturas y el de Jabba tiene una cámara especial para torturar robots. Pero ¿cómo se puede torturar a un robot? Pues antes el robot en cuestión tiene que ser programado para sentir dolor y miedo y todas las horribles sensaciones que acompañan a este tratamiento
, lo cual demuestra una vez más el alto nivel de malicia de este personaje. La visión de esta cámara de torturas es de las primeras experiencias que C3PO tiene en la morada de su nuevo amo, a eso llamo yo un estimulante primer día de trabajo.
Otra cosa imprescindible es un método infalible de acabar con los enemigos y no tiene porqué ser un método rápido, de hecho el villano suele escoger la otra opción, la lenta y ceremoniosa pues eso da como más empaque a su estatus. En casos así Jabba se vale del todopoderoso Sarlacc, un inmenso artrópodo semi enterrado en la arena que como pozo de reciclaje se traga a sus víctimas en una digestión de más de mil años
. Este magnífico espécimen, magnífico en un amplio sentido de la palabra, se reproduce por esporas que son lanzadas al espacio. Sí, lo de las esporas a mí también me recuerda la novela LOS LADRONES DE CUERPOS. Por favor, vigilen sus jardines.
Un villano debe sentir atracción por bellos seres a los que manipular, humillar, lamer... Leia será la nueva belleza atada al trono de Jabba pues la anterior ocupante del cargo al no querer ceder a los deseos de su amo es enviada como tentempié al sótano. Jabba no siente ninguna pena al perderla, (de hecho parece que su plantilla de colaboradores está en renovación constante), ya que el puesto es ocupado de nuevo con rapidez y además, disfruta viendo como su mascota atrapa entre gritos a la que fue la bailarina de palacio.
Finalmente, y no por eso menos importante, un villano subestima la capacidad de sus enemigos pues al fin y al cabo el bien tiene que triunfar (ese es el motivo de dar existencia al villano, derrotarlo) de tal manera que Jabba habiéndose quedado a solas con Leia en su nave particular es ejecutado por ésta, con la fina ironía que muere estrangulado por la gruesa cadena metálica por la que la mantenía prisionera.
Por supuesto a Jabba se le debe reconocer ese punto de ternura pues siente profundamente la muerte del rancor, es ese contrapunto, esa pincelada de sensibilidad hacia otro ser en contraste con la arrolladora amoralidad, es lo que le acaba de dar el punto de perfección al diseño físico y psicológico de un malo de película, un malo de los buenos.
Paradójico, pero funciona.
