Estoy inmerso en ciertas tareas de mantenimiento del Sitio. Por su estructura y concepción, esto es, HTML puro y duro con abundancia en JavaScript y un poquito de de PHP aquí y allá, significa que me estoy repasando más de 10.000 archivos uno a uno. Lógicamente tengo unas cuantas herramientas que automatizan el 90% del proceso, de lo contrario se convertiría una locura que duraría eternamente, pero no deja de ser una tarea pesada aunque necesaria, sobre todo cuando llegamos a la parte de los enlaces a webs externas.
El caso es que me estoy encontrando una cantidad no despreciable de enlaces rotos: o bien la página ha desaparecido por completo, o los responsables de la misma la han reestructurado sin la menor intención de facilitar el acceso al material antiguo, o bien se han mudado dejando muy pocas pistas de la ubicación actual. Algunos hay, pocos, que por causas técnicas
sencillamente estaban mal escritos, ya se sabe, la magia de las mayúsculas y minúsculas o que simplemente por algún motivo me equivoqué en algún momento de la edición.
Durante éste repaso he llegado a varias conclusiones interesantes. Por un lado, en los artículos de más de 10 años hasta el 75% de los enlaces ya no llevan a ninguna parte. O bien devuelven el famoso error 404 o redirigen a revendedores de dominios que pretenden hacer negocio con nombres más o menos afortunados Esto siempre que se hable de dominios particulares
, por llamarlos de algún modo. Aquellos que apuntan a granjas
de blogs, como Blogger o Blogalia perduran en el tiempo, si bien no es desdeñable la cantidad de blogs abandonados por sus promotores. En este caso se puede ver como la actividad va cesando de a poco, incluso tengo constancia de blogueros que mantenían varios, han abandonado la labor y han borrado alguno de ellos dejando el resto macerando en el tiempo, sin que el criterio para borrar unos y dejar otros sea evidente.
Tras estas observaciones he llegado al siguiente corolario:
De todo lo que existe en Internet en un momento dado, solo sobrevivirá un 25% al cabo de los 10 años.
Vale, es una sentencia arbitraria a partir de una experiencia personal, parcial y sin el menor rigor científico
, pero es lo que me voy encontrando.
Dicho esto, que en apariencia desaparezca
el 75% de las viejas páginas no quiere decir que Internet no siga creciendo. La creación de contenidos es muy superior a esa pérdida, y por ello no hay peligro de que Internet colapse
. Basta con pensar que cada minuto se suben más de 500 horas de multimedia a Youtube, Twiter es una jaula de grillos en continua expansión, y por supuesto, los medios tradicionales
siguen publicando noticias a todo trapo.
Lo que nos lleva a otra conclusión, la forma de crear contenido ha ido cambiado significativamente. En el principio de los tiempos la única forma de colgar algo en Internet era una laboriosa combinación de redacción del artículo, búsqueda y/o elaboración de las ilustraciones, generación del archivo HTML y, previo pago de los recursos (dominio, servidor), copiado del mismo en lo que ahora se llama nube
. El Sitio sigue aún esa dinámica. Las granjas de blogs y gestores de contenido cambiaron ese paradigma, solo era necesario escribir el texto e ilustrarlo, sin complicarse en cuestiones técnicas. Paradójicamente, la creación de vídeo y podcast nos ha hecho retroceder un tanto, puesto que las necesidades técnicas y de equipamiento son muy superiores a las de los viejos y buenos tiempos
, pero esto nos ha traído otro concepto, y oficios interesantes, como el de editor de vídeo, que toma el material en bruto del creador y le da forma atractiva para su visualizado. Esto se ve, sobre todo, en los creadores de más éxito que debido al volumen de trabajo no pueden abarcar todos los aspectos del mismo y deben subcontratar, literalmente, la cuestiones más técnicas, áridas y repetitivas.
Otra cuestión importante es que los portales relevantes cada vez son menos. Ahora Internet se reduce en términos de contenido (otra cosa es el comercio electrónico), prácticamente, a Youtube, Facebook y Twiter. Otras plataformas como Twitch se consolidan en el mundo del vídeo ofreciendo otro tipo de servicios, y Tik-Tok marcando definitivamente el mundo móvil como dominante, pero en esencia esto es lo que hay, por supuesto abundan los periódicos electrónicos, pero ni de lejos alcanzan la relevancia de las plataformas citadas.
Las laboriosas lecturas en la pantalla del ordenador han quedado para quienes nos educamos en otras épocas, aunque ciertamente es mucho más cómodo poder escuchar mientras se hacen otras cosas, o simplemente poner la mente en blanco viendo vídeos hipnóticos, sean del género que sean (como los de restauración de artefactos centenarios, o los talleres pre-industriales pakistanies) Es decir, que la gente se concentra en muy pocos sitios, y mantener algo fuera de ese circuito es casi heroico, sobre todo cuando no hay rendimiento económico. Lógico entonces, que el viejo
Internet acabe desapareciendo en silencio.
Pero quienes seguro que tienen mejores métricas son los buscadores. Google o Microsft pueden sacar estadísticas exactas, si es que conservan el dato, de cuanta parte de Internet desaparece al cabo del tiempo y cual es la tasa de reposición
. Algún día habría que preguntarles.
En cualquier caso es una lástima que tanto buen material se vaya perdiendo, como lágrimas en la lluvia.

