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7 de agosto de 2022


Luto trekkie
Luto trekkie
por Antonio Quintana Carrandi

Tiempo estimado de lectura: 3 min 59 seg

Todos los trekkies del mundo, en especial los de la Vieja Guardia, como el que suscribe, estamos de luto riguroso porque nos ha dejado la diosa de ébano de la Enterprise 1701. Nichelle Nichols, la estupenda actriz que dio vida a Nyota Uhura, ha muerto a los 89 años de edad. Con ella se va no sólo una gran dama del mundo del espectáculo, sino una mujer que supo marcar la diferencia, abriendo nuevos caminos para la gente de su raza.

Aunque hoy se vea como algo normal la inclusión de actrices negras en series y películas, en los años 60 del siglo pasado no era nada habitual. Es decir: había actores negros[1] en cine y televisión, pero, en general, interpretaban papeles de escasa relevancia, muy secundarios o de soporte. Como excepción a esa injusta regla estaba Sidney Poitier, que había intervenido en títulos importantes del Séptimo Arte y que, en aquellos momentos, ya había asumido roles protagonistas en varios films, mereciendo un Oscar como mejor actor por LOS LIRIOS DEL VALLE (LILIES OF THE FIELD, Ralph Nelson, 1963), Fue, después de la entrañable Hattie McDaniel, la segunda persona negra en recibir una estatuilla de la Academia de Hollywood, y la primera en obtener un galardón tan importante y prestigioso. Otros importantes actores negros de la época fueron Woody Strode, que encadenó a principios de los años 1960 recordados papeles como el de el sargento Rutledge en EL SARGENTO NEGRO (SERGEANT RUTLEDGE de John Ford, 1960) o Draba en ESPARTACO (ESPARTACUS, Stanley Kubrick, 1960), y Harry Belafonte que si bien había tenido papeles protagonistas a finales de los años 1950, como en UNA ISLA AL SOL, (ISLAND IN THE SUN, Robert Rossen, 1957) en los años 1960 se había centrado más en su faceta de cantante.

En la pequeña pantalla las cosas eran incluso más difíciles para los actores negros. Pero, cuando Gene Roddenberry estaba ultimando la preproducción de Star Trek, decidió que la tripulación de puente de la Enterprise debería ser multicultural. El rol del piloto recayó en el ameriasiático George Takei. En cuanto al oficial de comunicaciones, un personaje en principio poco importante, Gene se lo dio a su amiga Nichelle Nichols, con la que ya había trabajado en su serie El Teniente. Según parece, ni en Paramount ni en NBC quedaron muy conformes con la elección. Esperaban que el creador de la producción pusiera en ese papel a una mujer, pero que escogiera a una actriz negra los descolocó. Según parece, hubo alguna presión sobre Roddenberry para que diera su brazo a torcer, pero después de haber tenido que renunciar a su querido primer oficial femenino del piloto LA JAULA, por imposición del Estudio, el Gran Pájaro de la Galaxia no estaba dispuesto a ceder más. Y así, Nichelle entró a formar parte del elenco de una serie que, en unos años, le proporcionaría una fama inmensa e imperecedera, como a sus compañeros de reparto.

Lo cierto fue que, durante los primeros episodios, el personaje de Uhura apenas destacaba, pues en algunas ocasiones se limitaba a repetir la frase: Frecuencias abiertas, capitán. La prensa especializada de la época sólo parecía hablar de Star Trek para denostarla. Uhura cosechó críticas adversas, porque, según algunos enterados, no era más que un bonito adorno en el puente de la nave, que se limitaba a soltar cuatro frases estereotipadas y a lucir su palmito. También hubo alusiones a su inmoral uniforme rojo con minifalda, que fue la comidilla de los meapilas de entonces. La propia Nichelle, como ya comenté hace unos años en mi reseña del episodio SEMILLA ESPACIAL, acabó creyéndose, a fuerza de oírlas o leerlas, aquellas imbecilidades, llegando a la conclusión de que su personaje no aportaba nada a la serie. Así las cosas, comunicó a Roddenberry que dejaría la producción tan pronto acabasen de rodar la primera temporada. En vano intentó Gene convencerla para que se quedara, pues Nichelle parecía dispuesta a marcharse.

Entonces intervino la casualidad, la providencia, la suerte o como queramos llamarlo. El caso fue que, cierto fin de semana, Nichelle asistió a un acto organizado por la NAACP (National Association for the Advancement of Colored People / Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color), en el que también intervenía Martin Luther King Jr. Concluido el acto, el doctor King se acercó a la actriz y le confesó que era un gran seguidor de la serie, añadiendo que admiraba a Uhura. Ella le contó entonces que pensaba abandonar Star Trek, porque su papel se le antojaba irrelevante. Entonces, según confesaría después la propia Nichelle, el doctor King respondió con gran seriedad: No puedes hacerlo. ¿Me oyes, Nichelle? No puedes hacerlo. Añadió que la importancia de Uhura residía en que estaba ahí, porque, por primera vez en una serie de televisión, un personaje interpretado por un actor de color tenía la misma relevancia que el resto del reparto. El doctor King opinaba que, para los niños y jóvenes negros, Uhur a era un símbolo de la integración racial, pues tanto Kirk como el resto de los oficiales la trataban con respeto y como a una igual, como deberían tratarnos los blancos, y como nosotros deberíamos tratarlos a ellos. Para King, ella era un ejemplo a seguir por los niños y jóvenes de los Estados Unidos, independientemente del color de su piel.

Las palabras de alguien de la relevancia social y política de Martin Luther King determinaron que, esa misma noche, una emocionada Nichelle fuera a casa de Roddenberry para contarle lo ocurrido, y decirle que, si todavía creía en ella, estaba dispuesta a continuar en Star Trek. Según declararía la actriz, en ninguna otra ocasión vio al Gran Pájaro de la Galaxia tan conmovido, pues las palabras de aquel hombre excepcional demostraban que, lo que estaba haciendo, era mucho más que una simple serie de televisión.

Star Trek, la serie original, a pesar de no haber sido adecuadamente publicitada en su momento, influyó muy positivamente sobre decenas de miles de jóvenes estadounidenses. En la actualidad, son muchos los ingenieros que reconocen haber descubierto su vocación a través del personaje de Scotty. Miles de médicos admiten que se animaron a estudiar medicina por la fascinación que sentían de niños por el doctor McCoy, Bones, el entrañable médico de pueblo que parecía llevarse a matar con Spock, aunque en realidad lo consideraba su mejor amigo, después del capitán. En la NASA, y en otros organismos por el estilo, públicos y privados, abundan los científicos de varias ramas que se sintieron atraídos por la ciencia gracias a Spock. Miles de pilotos, civiles y militares, se declaran admiradores de Sulu.

En cuanto a Uhura, es decir, a Nichelle, además de colaborar con la NAACP durante toda su vida, prestó su imagen y su indudable prestigio a la NASA, con el fin de reclutar a mujeres y minorías étnicas para la agencia espacial. Varios astronautas, entre ellos los doctores Ronald McNair, Sally Ride y Judith Resnik, ingresaron en la agencia espacial gracias a ella. Para Nichelle fue motivo de orgullo amadrinar al primer astronauta negro, Guion Bluford. Colaboró, además, con el consejo superior de la NSS (National Spac e Society / Sociedad Nacional del Espacio), organización fundada nada menos que por el doctor Wernher von Braun, que últimamente parece haberse convertido en otra bestia negra del progrerio mundial. Hasta voló a gran altitud en una misión especial de la NASA, el observatorio astronómico volante C-141, que analizó las atmósferas de Marte y Saturno.

En cuanto a los actores, la lista de intérpretes que decidieron dedicarse al mundo del espectáculo, porque de niños vieron Star Trek, sería interminable. Entre ellos destaca muy especialmente Whoopi Goldberg, la inolvidable Guinan de TNG, que se hizo actriz influenciada por el trabajo de Nichelle en TOS.

Nichelle Nichols empezó a ganarse el pan desde muy joven, destacando por su talento como cantante, bailarina y actriz. Nadie le regalo nunca nada, todo lo obtuvo con su esfuerzo personal. Y cuando alcanzó la fama, decidió utilizarla para impulsar aquello en lo que creía, obteniendo, como único beneficio, la admiración y el reconocimiento de sus compatriotas.

Nichelle Nichols, la actriz, ha muerto. Nyota Uhura vivirá para siempre en los corazones de todos los trekkies. Aunque haya quien opine que exagero un tanto su importancia, me resuelvo a alzar mi voz y pedir a quien corresponda que una estrella, de las que se descubren cada cierto tiempo, sea bautizada como Uhura en honor de una mujer que, a su modo, ha dejado su impronta en la conquista del espacio.


Notas

[1] Me niego a emplear esa cursilada políticamente correcta de afroamericanos. (N del A).

© Antonio Quintana Carrandi
(1.434 palabras) Créditos
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