La verdad es que he leído poca ciencia-ficción con el héroe clásico como personaje principal. Recuerdo AMOS DE TÍTERES, de Robert Heinlein, que con su visión muy conservadora de las relaciones entre hombre y mujer se puede decir que ha envejecido un tanto regular; creo que leí un Lucky Starr de Asimov una vez, que ahora apenas recuerdo, a diferencia de muchos otros títulos del Buen Doctor
. Y poco más.
¿Por qué tengo este desinterés hacia la figura del héroe clásico? No es desde luego porque no me interese esa figura. Decir algo así sería un disparate. Equivaldría a afirmar que no otorgo importancia a la ODISEA de Homero, a la EPOPEYA DE GILGAMESH y a en general un numeroso número de obras de la literatura más primitiva que se construían con héroes (y heroínas) como vertebradores de la historia. Sin embargo, en este mundo nuestro de la ciencia-ficción creo que siempre he buscado otros temas. Temas como por ejemplo las especulaciones científicas o filosóficas de la ciencia-ficción hard, y en este tipo de historias muchas veces los personajes son seres acartonados que están solo para dar voz a esas especulaciones. Por otro lado, en novelas más cercanas a la space opera reconozco que lo atractivo de la trama y las ideas expuestas iban para mí por delante de los personajes.
Y sin embargo este año pasado he leído una trilogía (que aún continúa) llamada The Praxis, de Walter Jon Williams, que son probablemente la mejor ciencia-ficción que he leído en mucho tiempo. No están traducidas al español, y la verdad es que lo merecen. Estas novelas son una space opera en las que el autor, escritor dotado, retrata auténticos personajes, ¡y cómo gana la historia con ellos! Aunque no son héroes en el sentido más clásico del término, ya que al menos uno de ellos tiene un oscuro pasado detrás y son descritos como humanos, no como seres ideales, sí que tienen muchas características del héroe.
Creo que es verdad que me costaría leer historias de héroes inalcanzables en su perfección salvo que estuviera frente a un texto literario clásico. Creo que este modelo de historia tuvo su momento, y este ya ha pasado. Sin embargo, sí que creo que los personajes humanos, que afrontan adversas circunstancias con la cabeza bien alta, que luchan contra sus debilidades, que persiguen objetivos nobles y muestran comportamientos éticos, creo que este héroe o heroína existirá mientras haya literatura. Y creo también que nos inspirará y ayudará a sacar lo mejor de nosotros a todos los que leamos sus historias.
