Probablemente, la obra de Clarke que ha tenido más impacto público no es ninguna de sus novelas, es su contribución a una película: 2001, UNA ODISEA DEL ESPACIO (2001: A SPACE ODYSSEY, 1968). Es la mejor que he visto en toda mi vida desarrolla varios grandes temas, que se resumen en uno: el encuentro de la Humanidad con la Inteligencia Extraterrestre. Las dos en singular, y con mayúsculas.
Clarke escribió una novela, y la tituló igual que la película. Contra lo que puede estar usted opinando, el guión no es una adaptación cinematográfica
. Más bien, el libro es una explicación de lo que Clarke estaba pensando para su coleto mientras Kubrick hacía su película. Ya sabe usted que normalmente recomiendo leer los libros antes de ver las adaptaciones
. Si el libro le gusta, lo más probable es que sea mejor releerlo en vez de
ver la adaptación. Este caso es una de las rarísimas excepciones que confirman la regla. Procede ver la película, salir del cine sin haber entendido nada de nada, darle cien vueltas, y llegar a unas conclusiones... forzosamente provisionales. Con eso habrá anotado usted sus propias respuestas a las grandes preguntas de Kubrick. Desde nuestros no tan remotos antepasados hasta el Superhombre, pasando por los viajes a la Luna, los ordenadores, la navegación interplanetaria, etcétera, ahí tiene usted todo un catálogo de materias que han tratado —no siempre, ay, con tanta competencia como Clarke — los grandes autores de libros de ciencia-ficción. La novela despejará todas sus dudas, y le dará la anhelada paz de espíritu... a cambio de cerrar para siempre el abanico de interpretaciones que admite la película, que es una obra maestra en la medida en que es una obra abierta: nos deja proyectar cualquier especulación, por peregrina que parezca o que sea. Sigue una cita del libro, traducida al castellano por mí, como las demás que hay en este texto:
Ahora era el dueño del mundo, y no estaba del todo seguro de qué hacer. Pero ya se le ocurriría algo.
Hay una buena cantidad de libros que giran en torno a 2001, y también otra película, 2010. Pero hoy no quería seguir por ahí. Quería retomar el tema desde este punto: Me resulta imposible elegir sólo cinco libros de Clarke, como me resulta imposible entresacar sólo cinco de Rudyard Kipling (1865-1936)
.
Bueno, ya hemos hablado de uno. Hoy van a ser sólo unos pocos más.
El segundo podría ser EL FIN DE LA INFANCIA, (CHILDHOOD´S END, 1953) que trata —de otra forma— la mayor parte de los grandes temas de 2001
.
Resumiendo mucho, quiero que venga Karellen mañana mismo. Mejor si llega esta tarde.
EL FIN DE LA INFANCIA contiene mi utopía favorita, el no-lugar al que me mudaría ya mismito: New Athens. Una cita:
Un estruendo metálico anunció la llegada de la bicicleta de George.
Jean se preguntó cuánto tiempo les haría falta a los dos para aprender a montar.
El tercero: NAUFRAGIO EN EL MAR SELENITA (A FALL OF MOONDUST, 1964) No ha envejecido muy bien. Lo traigo a colación precisamente por eso, para que vea usted que todo lo que escribió Clarke tiene —y mantiene— el valor que le da la mano del genio. Una cita:
El ingeniero jefe Lawrence no creía que los comités consiguieran nada, nunca. Sus opiniones eran bien conocidas en la Luna, y poco después de la última visita bianual de la Junta de Inspección Lunar apareció sobre su escritorio un letrero que ofrecía esta información:
Una tabla es larga, dura y estrecha. Está hecha de madera. [1]
El cuarto. He hallado en REGRESO A TITÁN (IMPERIAL EARTH, 1975) algunas de las piezas más importantes de mi mobiliario mental
... y también la semilla de algo que me cambió la vida desde que leí el libro por primera vez: el Minisec, un hip computer
que prefiguraba los ordenadores de bolsillo
y de mano
que me acompañan a todas partes desde que me hice con un Sharp PC-1211. Una cita:
Duncan sintió pena por la pobre presidenta Claire Hansen. Como gesto de cortesía, en este año del centenario no era sólo la presidenta de los Estados Unidos, sino también de la Tierra. Y, por supuesto, no se había presentado para ninguno de los dos cargos; si lo hubiera hecho —o incluso si hubiera sido sospechosa de semejante desliz— habría sido eliminada automáticamente.
El quinto. CLARO DE TIERRA (EARTHLIGHT, 1955) puede parecer una novela menor, y tal vez es menor... en el contexto de la obra de Clarke. Pero los libros más pequeños
de este genio colosal suelen contener más ideas útiles que las obras completas de otros autores. Destacaré sólo una entre tantas otras: montar monorraíles en la Luna para comunicar los diferentes núcleos de población. Una cita:
Depende de cómo defina usted la economía, respondió Molton. Muchas de las cosas que verá aquí van a parecer raras en sus balances. Pero no cuesta mucho operar este servicio. El material dura para siempre – no hay corrosión, no hay intemperie. Los vehículos van al taller cada dos años.
El sexto. El protagonista de FUENTES DEL PARAÍSO (THE FOUNTAINS OF PARADISE, 1979) es Vannevar Morgan, el único ingeniero, real o imaginario, que resiste la comparación con Brunel. Su ascensor espacial parece un disparate hasta que uno cae en la cuenta de que es la única forma de subir
cosas hasta la órbita geoestacionaria sin cargarnos el planeta en el proceso. Una cita:
Los residuos de las combustiones, vertidos en las capas más altas de la atmósfera, han provocado cambios climáticos que pueden tener consecuencias muy graves.
El séptimo. LA CIUDAD Y LAS ESTRELLAS (THE CITY AND THE STARS, 1956) hubiera justificado por sí solo que su autor estuviera en todas las listas de los cien mejores escritores de ciencia-ficción
. Para un estudioso del transporte, los sorprendentes vehículos que usa Alvin para moverse por sus mundos son auténticas alhajas. En el libro también hay otras cosas... muchas más. Alguna le sorprenderá, y eso que está publicado el 27 de enero de 1956. Una cita:
La estabilidad, sin embargo, no basta. Lleva demasiado fácilmente al estancamiento.
Y el octavo. Last, but not least
, aquí le dejo CITA CON RAMA (RENDEZVOUS WITH RAMA, 1973). Si lo ha leído, estaremos de acuerdo en lo difícil que es escribir un elogio que haga justicia a sus innumerables méritos. Y si no lo ha leído... pero bueno, ¿por qué está usted aquí, perdiendo el tiempo conmigo, en vez de conseguir ya mismo un ejemplar y enfrascarse en un libro que es una de las cumbres absolutas de la ciencia-ficción?
Otro día, si usted quiere, comentaremos algunos párrafos, seleccionados a mano por un servidor, de este libro que es... nada menos que todo un mundo.
[1] En inglés, board
es una comisión de directivos, y también el mueble que hay en la sala de reuniones.
