Habrá quien se rasgue las vestiduras ante la publicación de esta novela ¿Qué hace este payaso autopublicándose? se dirán. Lo cierto es que no tenía previsto, en un principio, incluir EL PECIO en el serial, ya estuvo colgada del Sitio hace algunos años, e incluida en una fallida aventura de edición electrónica. Por si fuera poco he tenido en mis manos cosas más interesantes, pero una serie de circunstancias (¿cómo es posible que me hayan fallado en el último momento tres de tres seriales apalabrados?) me han obligado a desempolvarla, darle un pequeño repaso y volver a presentarla en público en forma de serial.
Y con todo no lo hubiera hecho de no ser EL PECIO una novela que, personalmente, me gusta. No hay mejor idea que aquella que se presenta sin avisar, perfilada hasta su último detalle y claramente estructurada, con todos los elementos ordenados y prácticamente pidiendo a gritos ser desarrolladas.
Algo así ocurrió con EL PECIO. Sin nada que me hiciera sospechar que se ocultaba por algún rincón, un día se manifestó en toda su extensión. Y fue una idea poderosa, no todas las cosas que se me han ocurrido, ni todos los argumentos que me hubiera gustado desarrollar, tuvieron la fuerza suficiente como para sobrevivir más allá de unas pocas páginas, ya fuera por la excesiva complejidad del planteamiento elegido, más allá de mis posibilidades, ya fuera porque se agotaban y morían al poco de haber nacido. Al contrario de lo que parece pensar mucha gente, no todas las ideas son válidas para pasar a la letra escrita, los callejones sin salida surgen a cada paso, escapar de ellos se convierte en una odisea y llegado a un punto resulta imposible continuar. El destino es entonces implacable, y las sume en el olvido de un archivo de dimensiones ridículas o una pelota de papel caída junto a la papelera.
Otras ideas no, son enérgicas, surgen con ímpetu, las palabras con las que toman forma física se siguen las unas a las otras sin esfuerzo, y el desenlace se cierra por si mismo, sin extraños artificios ni conclusiones forzadas.
EL PECIO nació a partir de una idea clara y llameante, y excepto los titubeos infantiles de unos personajes a los que aún no conocía, y a los que hubo que educar hasta que pudieron seguir su propio camino, se desarrolló sin grandes problemas, había tomado vida propia y se negaba a quedar a medias, pedía más, e incluso en algún momento me puso en graves dificultades porque el camino que había tomado resultaba excesivo para mis conocimientos y mi pericia como escritor. Nos tuvimos que amoldar el uno al otro, y si bien en otras manos EL PECIO hubiera dado mucho más de sí (dicen que un tal Clarke tiene una novela parecida, yo no la he leído), también es cierto que jamás me hubiera preocupado de investigar y desarrollar ciertas cuestiones de no haber sido por ella.
En esencia EL PECIO es una novela de exploración espacial y se puede considerar una novela hard, en el sentido de que apenas me tomo algunas licencias menores, como el salto hiperespacial, mientras que el resto de los elementos y circunstancias que se desarrollan pretenden seguir una estricta lógica, más allá de los que en se han considerado clichés clásicos del género. Tampoco pretendí desarrollar grandes especulaciones, ni moralizar, ni cargar las tintas en mis obsesiones personales.
EL PECIO pretende, simplemente, ser una novela de ciencia-ficción.

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Publicado originalmente el 8 de febrero de 2004 en www.ciencia-ficcion.com