Galáctica siempre fue una serie de personajes. Sabiendo esto, el final es perfectamente comprensible porque ofrece un cierre a esos personajes, con los que pasamos cuatro años huyendo de los cylones, intentando sostener una civilización y evitando que caiga en la barbarie, enamorándonos, engañándonos unos a otros, sacrificándonos, traicionándonos, preguntándonos qué nos hace ser humanos, qué haríamos si toda nuestra vida, nuestras esperanzas, nuestro futuro nos fuera arrebatado de golpe y sólo tuviéramos a un puñado de supervivientes variopintos como nosotros, y una vieja nave de combate, para ayudarnos a sobrevivir. Oh, eso no es todo. También tenemos un sueño, un ideal: la Tierra.
Ese largo epílogo en la Tierra prehistórica es como toda la parte final de EL RETORNO DEL REY una vez que Frodo y Sam están de vuelta en la Comarca, y se acerca la fecha en la que los elfos partirán de los Puertos Grises y dejarán la Tierra Media para siempre, si bien Galáctica ofrece una sorprendente nota de esperanza. Los personajes necesitan despedirse, necesitan encontrar su redención. Baltar necesita redescubrir sus orígenes para reconquistar el amor de Seis, por ejemplo, y Roslin y Adama necesitan su tiempo juntos para poder despedirse, para afrontar la muerte en ese vuelo en raptor que tanto me recordó al final de BLADE RUNNER (como las tomas nocturnas de Caprica en los flashbacks). Aunque ha habido acción a raudales, todo el final está impulsado por la emoción, por los viajes personales de todos esos personajes, algo a lo que contribuyen las miradas a su vida previa al ataque. Ya sólo el adiós de Roslin a Cottle es suficiente para ponerte un nudo en la garganta. Y el diálogo final entre Kara y Adama, de nuevo ése ¿Qué escucha, Starbuck? — Nada más que la lluvia
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Claro que hay hilos sueltos. Kara puede muy bien ser un espíritu divino (la paloma en casa de Lee es demasiado evidente) que necesitaba morir y resucitar para cumplir su misión y alcanzar la paz, y los Seis y Baltar en la cabeza de los personajes reales pueden ser perfectamente mensajeros de esa entidad superior e inasible de la que Baltar habla en el CIC de Galáctica, y con la que consigue convencer a Cavil para que cese su ataque. Que esa entidad sea Dios, o no, es algo que queda a nuestro juicio. Hay mucha iconografía cristiana (y católica) en ese aspecto de la serie. Pero si nunca nos ha predicado y nos ha dicho lo que debíamos pensar, no iba Galáctica a hacerlo en su último episodio.
La escena final de los Baltar y Seis angelicales
caminando por Times Square (leyendo una revista por encima del hombro de Ron Moore) entronca los eventos de la serie con nuestro mundo, nos recuerda que siempre ha estado hablando de nosotros, ya fuera del 11-S, de la invasión estadounidense de Irak, de la guerra contra el terror
, de la deshumanización de los que consideramos el enemigo, de nuestra capacidad para lo bueno y para lo malo y el convencimiento de que son nuestras decisiones, como dice Boomer, las que importan, las que pueden contribuir a romper el ciclo que llevó a la destrucción de Kobol, de las Colonias y de la Tierra primigenia. Además, esa escena ha permitido que la serie acabara con la versión de Jimi Hendrix de All along the watchtower, lo que otorga puntos extra.
Hay mucho que comentar de este final, pero no hay tanto espacio para hacerlo, o esto se convertirá en un libro: el abordaje, al mejor estilo de las batallas navales, de la Colonia cylon; Kara introduciendo las notas de All along the watchtower como coordenadas para el último salto de Galáctica (y esa toma de la nave sobre los cráteres de la Luna); la intersección de la visión de la ópera con la llegada de Hera al CIC; las despedidas de Roslin, Adama, Lee y Kara (y la de Kara y Anders); Romo Lampkin y Hoshi como nuevos presidente y almirante; la última escena de Adama en la montaña, con la banda sonora de The shape of things to come; el último paseo de Tigh y Ellen...
Sé que hay mucha división entre los fans, y que hay aspectos, como la naturaleza de Starbuck, que se debatirán durante mucho tiempo. Desde mi punto de vista, una vez que alcanzan esa Tierra radioactiva, a mitad de la cuarta temporada no hay mucha más trama que avanzar, y lo que queda es ver cómo todos esos personajes lidian con su situación, con su evolución personal, cómo se enfrentan al final. Desde esa óptica, a mí me han convencido.

