Sitio de Ciencia-Ficción

19 de julio de 2015


Inflexibles
Inflexibles
por Luis del Barrio

Tiempo estimado de lectura: 2 min 14 seg

A lo largo de mi vida me he encontrado con un buen montón de personajes aferrados a un escritor, una serie, una película etc., por la que demuestran una lealtad a prueba de bombas y a la que poner pegas, aunque sean las mínimas, consigue automáticamene una respuesta muy poco amable.

Yo mismo tuve mi época trekki en la que no permitía que nadie tosiera a nada que oliera a Star Trek, pero pasaron los años, circunstancias de la vida propiciaron que durante una época bastante larga perdiera el contacto con nada que tuviera que ver con la serie y, sorpresa, no se como me curé del fanatismo que hasta los 20 años había manifestado por todo lo trek. Sigo sin perderme ni un estreno y las cintas y DVD con las películas y series son uno de mis mayores tesoros que visiono regularmente, pero ahora ya con distancia. Ahora soy muy consciente de las malas actuaciones y los argumentos idiotas, que pienso que no se deben ignorar por muchas y muy buenas virtudes que tenga Star Trek, pero siendo consciente de los defectos, estos se pueden defender, o al menos justificar poniendo en contexto cada uno de ellos, bueno, en concreto las malas actuaciones y los argumentos idiotas tienen poca justificación, pero todo aquello derivado de las limitaciones artificiales, presupuestarias o creativas, creo que es razonable.

Por eso, por haber vivido mi propia revelación, entiendo, pero no justifico, la poca flexibilidad y mucha ceguera que algunas personas demuestran respecto a sus propios fetiches. En el caso concreto de Star Trek, he visto a gente perder completamente el control cuando he cuestionado los papeles de Uhura, Chekov o Sulu dentro del universo trek (si se mira con cuidado, son tres camisas rojas —de hecho Uhura es literalmente un camisa roja— indultados sin más misión que dar continuidad al personal del puente, con muy poca relevancia real en la serie clásica) y no voy a decir que haya temido por mi integridad física, pero si que las reacciones fueron algo más que vehementes. Como mi interés por la teología del tema ya es nulo, hace años que evito esas discusiones y me limito a disfrutar del producto..., y de otros muchos que no tienen que ver con él.

He puesto el ejemplo de Star Trek porque es el que me toca más de cerca, pero no menos inflexibles son los fans de Star Wars. Nadie ose decir que la franquicia jamás se ha podido quitar de encima el tufo a infantilismo que ha emanado siempre, ni siquiera cuando los jedis oscuros han perpetrado sus mayores atrocidades o se han articulado las peores conspiraciones pre imperiales, siempre hay algo liviano, algo de pegote postizo en los episodios dramáticos que los hace poco consistentes dentro del universo de starwasiano (¿no hay un equivalente a trekki o trek?) siempre con el barniz de para todos los públicos que siempre impuso Lucas, y ahora con el cotarro en manos de la Disney para que hablar (¿conseguirá Abrams lo mismo que con Star Trek? Es decir, cabrear a los fundamentalistas y atraer al público general). Pues bien, pruebe usted a señalar esas y otras debilidades, y dependiendo de con quien hable, las reacciones serán peores que si le hubiera nombrado a la madre con ningún respeto y menos vergüenza.

Quien más y quien menos se ha encontrado con ejemplos como estos, y a su vez ha reaccionado mal ante según que críticas dirigidas hacia su fetiche. Ciertamente es muy humano defender lo que se quiere, y todo esto que comento no es exclusivo de la ciencia-ficción, el cine o la literatura, en la vida se pueden encontrar posturas inflexibles en cualquier ámbito. El deportivo es quizá el más claro, se es de un equipo casi desde que se nace hasta que se muere, conozco pocos casos en los que una vez adoptados unos colores, se abandonen por los del rival, se puede ser incluso de dos, tres o más equipos. En Madrid, por ejemplo, se puede ser del Real Madrid o del Atleti, y a la vez del Rayo Vallecano, o del Getafe, siempre un grande y un modesto, pero nunca de dos grandes, eternos rivales, a la vez. Impensable.

Con la política pasa otro tanto, se es de izquierdas, de derechas o todo lo contrario, aunque en este caso la edad es un factor que actúa como conservante, y no es extraño que con los años se produzca una deriva desde actitudes progresistas a más conservadoras, aunque por lo general, las nuevas ideas se adoptan con la intensidad del converso.

Tanta inflexibilidad no es una cosa buena, en realidad impide el disfrute sereno de las cosas, un poco de distancia y sentido crítico son recomendables, porque además las cosas se pueden defender mejor cuanto mejor se conocen sus debilidades.

© Luis del Barrio
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