Que ALIEN es una obra de arte se le escapa a pocos espectadores. Es capaz de aunar la ciencia-ficción con el terror aportando además toques de realidad
, como los conflictos sindicales y la codicia de las multinacionales. Es además una obra sin concesiones, aunque Ash lo proclame, tomar simpatía por cualquiera de los personajes es una tarea ociosa. El ambiente, los diseños, los tipos humanos, todo se une armoniosamente dentro de la truculencia del argumento.
Pero además el trabajo previo y tras las cámaras está lleno de artistas de renombre, empezando por el propio guionista, Dan O´Bannon, continuando por diseñadores, como Giger o Moebius, y finalizando por el propio director, Ridley Scott. No desgrano el elenco porque es ampliamente conocido e igualmente formidable. Entre tanto talento es difícil distinguir que es obra de quien, y quien modificó que, pero si es posible rastrear ciertas influencias en la génesis cinematográfica de la película.
Habrá más de las que señalo, aparte de los antecedentes literarios, pero estas cuatro que explico a continuación son bastante evidentes. Así pues, en orden cronológico:
LA DIABLA DE MARTE, (DEVIL GIRL FROM MARS, 1954).
Quizá sea la referencia más oscura de esta lista, Película británica dirigida por David MacDonald y protagonizada por una espectacular Patricia Laffan (para los más viejos, la Popea del QUO VADIS de Anthony Mann) cuenta una muy particular invasión desde Marte, donde sus hombres están muriendo y las mujeres ven como la población está camino de la extinción. La solución es ir a la Tierra para reclutar machotes dispuestos a mantener vivo en espíritu marciano. Nyah una marciana macizorra embutida en un intimidante vestuario de cuero negro[1], anda captando voluntarios por la campiña británica y ofrece un futuro ciertamente entretenido. No obstante los súbditos de su Graciosa Majestad a los que se ofrece tal ocupación declinan semejante tarea, pero la dominatrix marciana posee una tecnología armamentística aún más intimidante y un amenazador robot fortachón. Finalmente, uno de los súbditos de su Graciosa Majestad se ofrece en sacrificio y cuando la nave despega, la sabotea dejándonos una explosión final sorprendentemente espléndida para los medios de la serie Z de los años 1950. Es más que seguro que Scott, que por la época contaba unos dieciséis años, la vio de estreno en su Inglaterra natal y se le quedaron grabadas la sinuosa y siniestra figura de la alienígena de negro y la formidable destrucción final de su nave.
IT! THE TERROR FROM BEYOND SPACE (IT! THE TERROR FROM BEYOND SPACE, 1958).
Estoy completamente seguro que O´Bannon y Scott también se vieron ésta película unas cuantas veces, y se empaparon a fondo de su argumento porque en ALIEN lo clavan. Estamos ante la misma situación, una nave terrestre llega a Marte al rescate de los supervivientes de una expedición accidentada, y mientras realizan las labores de rescate se les cuela en la nave un monstruo alienígena que, durante el camino de vuelta, los va liquidando uno a uno. Tampoco es casual que una de las armas utilizadas contra él sea un improvisado lanzallamas, ni que los tripulantes vayan de acá para allá por los tubos de ventilación con la intención de sorprender al monstruo. Eso si, éste es feo y está muy mal hecho, nada que ver con el xenoformo, y el interior de la nave parece un submarino de la Segunda Guerra Mundial antes que una avanzada pieza de tecnología espacial, pero todos ellos son hijos de su época, así que aparte de señalarlo poco se puede objetar al respecto.
TERROR EN EL ESPACIO (TERRORE NELLO SPAZIO, 1965).
Curiosa coproducción italo-española con el inefable Mario Bava a los mandos. De nuevo aparecen los elementos definitorios de ALIEN: señal de socorro, expedición de rescate, planeta con un clima infernal, alienígena infiltrado ¡y esqueletos gigantescos de antiguos seres a los mandos de una nave extraña y misteriosa! Incluso tenemos una Ripley... o algo así. No obstante, en esta ocasión Bava se inspiró más bien en LA INVASIÓN DE LOS LADRONES DE CUERPOS para dar personalidad a sus alienígenas, más interesados en abandonar el vertedero cósmico donde están varados que en masacrar a los tripulantes de la nave. Como los tiempos han adelantado una barbaridad el interior de la nave ya no parece un submarino, sino una central eléctrica, y la tripulación lleva unos trajes espaciales ad oc bastante chulos. Cosas del diseño italiano.
PLANETA SANGRIENTO (QUEEN OF BLOOD, 1966).
Por último, al menos por hoy, tenemos esta película de Curtis Harrington, producida por Roger Corman, los que explica algo que comentaré más tarde. De nuevo volvemos a Marte al rescate de una nave alienígena accidentada de la que rescatan una única superviviente que... efectivamente va acabando sistemáticamente con la tripulación. Esta película introduce otros dos elementos definitorios de ALIEN, la reproducción de la alienígena, que resulta ser una reina alien que se dedica a dejar la nave de rescate plagada de huevos, y la presencia de un científico irresponsable que, en vez de fumigar, se entusiasma ante la perspectiva de tener tan asombrosa colección para experimentar. La película es visualmente desconcertante porque en realidad está basada en una película soviética comprada por Corman, MECHTE NAVSTRECHU (1963), de la que se aprovechó parte del metraje para los escenarios. Como debió venir en un lote, también aprovechó el metraje de otra película, NEBO ZOVYOT (1959), a lo que lógicamente hay que añadir el metraje propio interpretado por un elenco notable: John Saxon, Dennis Hopper, Basil Rathbone y una inquietante Florence Marly como reina alien.
Por cierto, si se buscan, hay versiones más o menos potables de éstas películas en Youtube en V. O., a las que se pueden añadir los subtítulos automáticos, por si queréis pasar un rato haciendo arqueología cinematográfica.

[1] A modo de bonus, quien sospecho que también la vio fue John Mollo, diseñador del traje de Darth Vader a partir de las ideas de Ralph McQuarrie. El vestuario negro de Nyah, con su capa, casco con pico frontal y ligera apariencia de armadura es el precedente directo, influencias samurai aparte, del atuendo de Vader. Como se puede comprobar en la foto adjunta, las similitudes de vestuario entre la diabla y el malvado son bastante evidentes, excepto, claro está, porque Ronald Cobb diseñador del vestuario de Laffan aprovechó a tope el interminable material humano del que disponía recortando todo lo que la decencia del momento permitía en una película de ciencia-ficción. Obviamente, la minifalda no la inventaron ni Mary Quant ni André Courrèges.

