Cuando Fringe se estrenó, la cuestión a discernir era si, por su tema, iba a ser la heredera de Expediente X en el nuevo siglo. Hubo todo tipo de discusiones sobre si era así o no y sobre si eso era bueno o malo. Cuando Fringe tardaba en arrancar, se recordó que Expediente X necesitó toda la primera temporada para encontrar su camino, y cuando en el estreno de la segunda temporada se hizo un homenaje explícito a la serie de Chris Carter, parecía que se confirmaba aún más la herencia de Mulder y Scully. Para lo que yo no estaba preparada era para ver como Fringe iba a abrazar algunas de las características que definían los casos de la semana de Expediente X, provocando un dejà vú evidente, y que la mudanza de su rodaje de Nueva York a Vancouver iba a hacer que se adentraran incluso estilísticamente por el camino de su predecesora.
La imagen con la que se abría el episodio JOHARI WINDOW, podría haber abierto perfectamente cualquier capitulo de Expediente X. Con esos bosques, el cielo nublado, la cámara casi a ras de la carretera, hasta el nombre del pueblo (Edina), no habría sido raro que, en lugar de ver a una rubia agente del FBI junto a dos peculiares científicos investigando unas violentas muertes relacionadas con el pueblo, hubiéramos visto a una pelirroja agente del FBI con su compañero. El rasgo definitivo que le faltaba a la serie de J. J. Abrams para asumir el legado de la de Carter era tener unos monstruos
cuyo único propósito fuera intentar llevar una vida normal. No quiero entrar en mas detalles para no spoilear el capitulo a quien no lo haya visto, pero las criaturas en concreto de JOHARI WINDOW siguen esa máxima (y cierto desarrollo al final también era muy típico de Expediente X). Hay ligeras diferencias de tono entre ambas series y, por ahora, mientras que bastantes monstruos de Expediente X se debían a mutaciones evolutivas, casi todos los de Fringe surgen por la acción del hombre, por los experimentos del gobierno o de científicos con complejo de dioses.
No ha sido la única serie de Fox que, ha estado bajo la sombra de la X, aunque en el caso de Bones ha sido mucho más explícito. Desde el mismo título del episodio, THE X IN THE FILE, a su temática de buscadores de alienígenas en Roswell, al aspecto del cadáver (hasta utilizan la sintonía de Expediente X) a la aparición, como artista invitado, de Dean Haglund, o lo que es lo mismo, Langly, uno de los Pistoleros Solitarios, mas paranoicos y trastornados que el propio Mulder. Aunque es de recibo añadir que, sin las melenas, ni las gafas ni las camisetas negras, Langly no es Langly, claro. No es tan raro este homenaje viniendo de Bones porque ya tuvieron a David Duchovny dirigiendo un episodio en la segunda temporada y, además, en el piloto, Booth le propone a Brennan que trabajen juntos y que sean como Mulder y Scully. La respuesta de ella, por supuesto, es no se que significa eso
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