Hace poco he leído una noticia relativa al rodaje de un moderno remake del clásico de 1951 ULTIMÁTUM A LA TIERRA de Robert Wise. Curiosamente, lo que más se me ha quedado grabado de la película con el paso del tiempo, más allá de las virtudes de su guión y la excelente interpretación de los actores protagonistas ha sido el personaje del robot Gort, sobre el cual recaía buena parte del peso de la trama del filme.
La robótica ha sido uno de los temas seminales de la ciencia-ficción desde que Karel čapek publicó R. U. R. en 1920, aunque ha sido el cine el que ha popularizado la figura de estos simpáticos hombres de hojalata gracias al éxito de clásicos del género como METRÓPOLIS (1927) PLANETA PROHIBIDO (1956) PERDIDOS EN EL ESPACIO (la serie de TV de los sesenta y la película de 1998) o el ya mencionado ULTIMÁTUM A LA TIERRA, sin olvidarnos de R2D2 y C3PO, los simpáticos co-protagonistas de LA GUERRA DE LAS GALAXIAS. Pero sin duda ha sido Isaac Asimov el escritor que más y mejor ha analizado la figura del robot y las relaciones entre máquinas y seres humanos a través de relatos y novelas tales como THE COMPLETE ROBOTS (1982) o BÓVEDAS DE ACERO (1954) y el resto de los títulos que abarcan la serie de aventuras protagonizadas por el detective Elijah Baley y su compañero, el robot positrónico humaniforme R. Daneel Olivaw.
Curiosamente, los robots no han conseguido todavía en nuestra sociedad el mismo protagonismo que otros gadgets tradicionales del género como los ordenadores, los intercomunicadores o la videoconferencia. Es cierto que tenemos robots de cocina, de juguete o incluso esos aparatos automotrices que utilizan los artificieros; sin embargo todavía no han alcanzado la difusión popular de otros artilugios tales como los portátiles o los teléfonos móviles, tal y como aparecen presentados en la película YO, ROBOT, un pastiche remotamente basado en la obra de Asimov, donde los robots realizan el papel de mayordomos, ayudas de cámara, asistentes o simplemente trabajadores de todo tipo al servicio de sus dueños humanos. Una función que hoy por hoy todavía parecen lejos de desempeñar de forma eficaz, aunque los científicos e investigadores sigan trabajando en ello.
Quizás la aportación más interesante de la antedicha película sea el concepto de la Inteligencia Artificial suprema que controla, supervisa y actualiza a todos los robots desde la central de la compañía, una idea que también trabajó Asimov en su serie de relatos protagonizados por la supercomputadora Multivac, y que reaparece en sagas cinematográficas más recientes como TERMINATOR (1984) o THE MATRIX (1999) donde los robots actúan como meros esclavos o herramientas al servicio de sofisticados ordenadores tan perfectos que se han vuelto independientes y se han rebelado contra sus antiguos amos, o sea, nosotros.
Puede que ese protagonismo que tienen hoy en día Internet y las redes informáticas (mucho más accesibles para el ciudadano medio que un robot-mayordomo) sea el responsable de que el concepto que tenemos acerca de la robótica haya cambiado en los últimos años. Aquellos simpáticos aunque irreales robots humaniformes de los relatos y filmes de ciencia-ficción de los años 50 y 60 han evolucionado hacia un aspecto más funcional y mecánico, caso del entrañable protagonista de CORTOCIRCUITO (1986) los minibots de servicio de NAVES MISTERIOSA S (1971) o el ya citado R2D2. En el extremo opuesto estarían los humanos artificiales de BLADE RUNNER (1982) el androide Data de Star Trek: La Nueva Generación, o el robot que se convierte en humano interpretado por Robin Williams en la adaptación del relato EL HOMBRE BICENTENARIO (1999) de, nuevamente, el buen doctor Asimov; historias ambas que demuestran que el límite entre lo biológico y lo artificial, entre lo humano y el hardware, es tan estrecho como planteaban Philip K. Dick, Eric Frank Russell o el propio Asimov, entre otros.
En cualquier caso, parece que la industria cinematográfica ha decidido que los robots vuelven a estar de moda: a estrenos como los ya comentados habría que añadir títulos como la reciente ROBOTS (2005) de la Fox; el futuro remake de ULTIMÁTUM A LA TIERRA (previsto para diciembre del 2008) o el próximo proyecto de animación de los estudios Disney-Pixar. ¿Qué nos deparará el mañana? Es difícil decirlo, aunque seguro que será apasionante. Quizás algún día humanos y robots coexistan en mayor o menor armonía, como en la película de Will Smith; pero de momento nos conformaremos como descifrar las instrucciones de nuestro flamante robot de cocina multiusos. Hum, nunca tienes a HAL a mano cuando le necesitas.

