Como todo género literario, la ciencia-ficción se perfeccionó y avanzó en el tiempo. No se quedó estática, sin responder a su propia necesidad como género y a la incertidumbre del futuro. En este sentido, la ciencia-ficción tuvo su primera revolución, que hizo muchos cambios en el género y le dio posibilidad de avanzar a un siguiente nivel. La ciencia-ficción se fortaleció.
Luego del avenimiento de Amazing Stories, dirigida por Hugo Gernsback, en 1926, las historias de ciencia-ficción tuvieron una buena acogida en las revistas norteamericanas. Pero, eran consideradas literatura popular escapista. Muchos lectores y críticos consideraban que las historias de ciencia-ficción eran para público joven, comentario amparado en que había muchos relatos y novelas de space-opera. Para otros críticos, las historias de ciencia-ficción de esta primera etapa eran historias que no tenían ningún valor literario.
En uno de los innumerables artículos, Isaac Asimov contó que en esta primera etapa, los relatos y las novelas de ciencia-ficción caían en dos clases. En palabras de Asimov: O eran completamente no-ciencia o era todo-ciencia
. Para Asimov, la mayoría de historias de no-ciencia tenían plagadas palabras que sonaban a ciencia-ficción. Y las historias de todo-ciencia tenían a un montón de científicos de varios tipos que hablaban en extensivos monólogos con un lenguaje netamente científico. Claro que habían historias que salían de la regla, uno de ellas fue: UNA ODISEA MARCIANA de Santley Weinbaum.
En este ambiente, en 1938, John Campbell asumió la dirección de la revista Astounding Stories. Su primer paso fue cambiar de nombre y llamarla: Astounding Science Fiction. Y su segundo paso, fue exigir otros parámetros a los escritores de ciencia-ficción. Los escritores de ciencia-ficción debían elaborar historias que tuvieran auténticas historias y auténtica ciencia. Esas cuestiones eran las reglas de oro para Campbell. Para esto se rodeó de un grupo de jóvenes escritores: Isaac Asimov, Robert A. Heinlein, Lester del Rey, Hal Clement, Jack Williamson y otras escritores más. Todos estos jóvenes muy talentosos, que consiguieron hacer lo que Campbell pretendía.
Este cambio de concepción del género, logró constituirse en una primera revolución de la ciencia-ficción. A través de las exigencias de Campbell, logró que la ciencia-ficción se dignificara, alejándola de la space-opera de consumo juvenil, y dando historias con otros enfoques, puntos de vista y con un tratamiento mas serio de la ciencia. Esta primera revolución de la ciencia-ficción dio como resultado la Edad de Oro de la ciencia-ficción, donde hubo autores trascendentes para el género como Asimov o Heinlein, por citar dos buenos ejemplos.
En esta época las historias de ciencia-ficción comenzaron a interesar a un público mayoritario y adulto. En esta primera revolución no se exigía un buen estilo literario, sólo se debía escribir bien. Esto hizo que muchos autores salieran del guetto de la ciencia-ficción y se pusieran a escribir ficción. Asimov criticó esta actitud, diciendo que: Naturalmente, cada página de no ciencia-ficción escrita por esos autores significaba una página menos de ciencia-ficción
.
Pero, el género debía seguir evolucionando, no podía quedarse retraído, una segunda revolución estaba en ciernes.

