
El caso es que TERMINATOR ya ha dado de si todo lo que podía dar, la verdad. Ya la tercera dio un poquito de pena, así que uno va al cine a ver TERMINATOR SALVATION con la mente abierta y el corazón entrenado. Temiendo lo peor, vamos.
Bueno, al final no fue para tanto. He visto pelis mucho, mucho peores (¿os he mencionado alguna vez DAREDEVIL, o ese magnífico filme que fue PASSENGERS?). Vamos, mmmh, cómo os lo diría.
TERMINATOR SALVATION, al menos, tiene un par de cosas a destacar, lo bastante dignas como para no echarse a llorar por el precio de la entrada. Una de ellas, es Christian Bale, y la otra es la acción y los efectos especiales.
La historia empieza en el 2018, cuando John Connor (Christian Bale) aún no es el líder absoluto de la resistencia. En ese momento, Skynet (la máquina inteligente) ya está en plena guerra contra los humanos y pone todo su empeño en localizar y matar a un adolescente llamado Kyle Reese (interpretado por Anton Yelchin. Si eres un fanático seguidor de éstas, mis modestas notas de cine, seguramente el nombre de Yelchin te suena mucho. Y debería, porque se trata del mismo actor que hace de oficial ruso en la USS Enterprise.
¿Y por qué quiere Skynet matar a Kyle Reese? Bueno, no es ningún secreto: porque algún día, cuando crezca un poco más, Reese viajará en el tiempo al pasado y conocerá (en el sentido bíblico, para ser más exactos) a Sarah Connor. En otras palabras, es el padre de John Connor, por si aún no lo has captado.
Vale, una vuelta más de tuerca al argumento. Y creo que están filmando ya otra entrega de Terminator, que vete tú a saber como retuerce más la cosa.
Christian Bale, más o menos en su papel. Hace de tipo duro y lo hace de forma convincente. Sin lanzar el sombrero al aire, porque es un papel muy hecho a la medida del actor, que se limita a actuar como ya ha hecho muchas veces. Pero la verdad es que me gusta como trabaja Bale, así que supongo que se ha ganado el sueldo.
Anton Yelchin, por su parte, hace un trabajo mucho más amplio que en Star Trek, puesto que en cierto modo le han puesto casi de co-protagonista (casi pero todavía no). Y al igual que en Star Trek, debo decir que me gusta bastante cómo trabaja este chico, con la ventaja de que lo hace bien en los dos registros, el de Star Trek y el de Terminator. Habrá que prestarle un poco de atención a este actor porque parece que así a lo tonto se está metiendo en películas gordas del cine americano más comercial. Y hasta ahora ha conseguido llamar bastante la atención de éste vuestro cinéfilo palomitero.
El australiano Sam Worthington interpreta a Marcus Wright, un robot con apariencia humana enviado por Skynet para infiltrarse en la resistencia como quintacolumnista (no te destapo gran cosa: se deduce enseguida, mucho antes de que te lo digan y te lo ponen hasta en el trailer, sin ir más lejos). La interpretación, bueno, digna y acorde con lo que se le pedía. Supongo que el director quería que pusiera cara de robot: ya sabes, con la misma expresividad de Steven Seagal o Roger Moore, mas o menos. Y lo consigue. Solo que un Skynet de verdad se preocuparía de darle a su infiltrado precisamente mayor expresividad. Es más, si yo fuera Skynet, mi robotito sería un niño, tal vez un bebé abandonado y llorica necesitado de cariño. Maquiavélico que es uno. Pero por lo que se ve, a Skynet no se le ocurrió.
El guión, bueno, como puedes ver no da para mucho. Pero acción la tienes, y efectos especiales también, por supuesto. Aunque los robots podrían haber sido un poco mejores, la verdad. Porque resultan ser bastante escasitos, ya que estamos, a pesar de que se trata de un ejército que se construye en una cadena de montaje. Bien, basta, no me hagas caso.
No te pierdas, eso sí, la aparición estelar de Chochenague
. En reproducción digital, eso si, porque el auténtico está ya para pocas juergas y no creo que sus asesores de imagen le dejasen aunque quisiera.
¿En general? Entretenida. Sin entusiasmos pero entretenida. Dos estrellitas y va que chuta.