Sitio de Ciencia-Ficción
LA PRÓXIMA GENERACIÓN EE.UU., 1994
Título original: Star-Trek Generations
Dirección: David Carson
Guión: Ronald D. Moore, Brannon Braga
Producción: Paramount Pictures
Música: Dennis McCarthy
Fotografía: John A. Alonzo
Duración: 118 min.
IMDb: tt0111280. Doblaje: (es-ES)
Reparto: Patrick Stewart (Jean-Luc Picard); Jonathan Frakes (William T. Riker); Brent Spiner (Data); LeVar Burton (Geordi La Forge); Michael Dorn (Commander Worf); Gates McFadden (Beverly Crusher); Marina Sirtis (Deanna Troi); Malcolm McDowell (Tolian Soran); James Doohan (Montgomery Scott); Walter Koenig (Pavel Chekov); William Shatner (James T. Kirk); Alan Ruck (John Harriman); Jacqueline Kim (Demora Sulu)

Sinopsis

Kirk, Scotty y Chekov, ya retirados, son invitados a la botadura de la nueva USS Enterprise 1701-B. Durante el vuelo inaugural, la nave recibe una llamada de emergencia de dos transportes, atrapados en un extraño fenómeno espacial. Durante el rescate de los pasajeros de una de esas naves, resulta dañada la Enterprise y aparentemente muerto el capitán Kirk.

Casi ochenta años después, la Enterprise D acude en auxilio de un observatorio espacial que ha sufrido un ataque romulano. En la operación se rescata al doctor Soran, un científico elauriano que estaba trabajando en un misterioso experimento. Soran desea proseguir con su trabajo, pero Picard se niega. El elauriano, asociado con unos klingons renegados, pone en marcha su plan, en el que tiene capital importancia el secuestro de La Forge. Guinan, que conoce de antes a Soran, le dice a Picard cuál es la pretensión del desquiciado científico. Los acontecimientos se precipitan, y, tras una terrible batalla con los klingons, que, a pesar de perecer, logran destruir la Enterprise, Picard se verá transportado a un extraño lugar más allá del tiempo y del espacio. Un lugar en el que se encontrará con James T. Kirk, quien le ayudará a impedir que Soran realice sus planes.

En mi puente mando yo
En mi puente mando yo

La primera aventura cinematográfica de Picard y su tripulación empezó a gestarse en el invierno de 1992, cuando Paramount Pictures contactó con Rick Berman, a la sazón principal productor de La Nueva Generación, para tratar el asunto de la traslación a la pantalla grande de la exitosísima serie televisiva. Para entonces, Berman y el resto del equipo de TNG ya sabían que la séptima temporada sería la última de la producción.

El Estudio pretendía que el largometraje fuera una prolongación fílmica de la serie de televisión. Berman fue quien pensó que aquella ocasión era la ideal para que, definitivamente, Kirk pasara el testigo de Star Trek a Picard, sugerencia muy bien recibida en Paramount. En febrero de 1993 se encargó a tres escritores, Maurice Hurley, Brannon Braga y Ronald D. Moore, guionistas habituales de TNG, que desarrollaran posibles historias para la trama. El texto presentado por Hurley fue rechazado, pero Braga y Moore presentaron, cada uno por su lado, unos interesantísimos borradores, que, debidamente pulidos y con algunas ligeras modificaciones, podían complementarse, dando origen a un buen guión. Huelga decir que, como había ocurrido en TNG desde el principio, y como también había pasado en TOS, el texto sufrió diversas reescrituras.

No ha trascendido de quién fue la idea, pero alguien sugirió que podrían matar a Kirk. Esto provocó cierto revuelo en el Estudio, pues todos tenían muy presente la reacción adversa de los fans en 1982, cuando se filtró la noticia de que Spock moriría en LA IRA DE KHAN. Sin embargo, puesto que LA PRÓXIMA GENERACIÓN representaría el relevo definitivo en el universo de ficción trek de la tripulación clásica, la idea cuajó, e inmediatamente se procedió a reestructurar el guión del film, para incluir el deceso del mítico capitán de la USS Enterprise 1701.

Al revelarse que en la película aparecerían Kirk, Scott y Chekov, pero no el legendario Spock, los trekkies más veteranos se mostraron desolados. En realidad, en principio se había contado con que toda la tripulación original, excepto Uhura, apareciera en la cinta. Pero Leonard Nimoy y Deforest Kelley consideraban que sus personajes ya se habían despedido de los fans y de la franquicia en AQUEL PAÍS DESCONOCIDO. No obstante, a Nimoy se le ofreció la dirección, pues había realizado un sobresaliente trabajo en ese campo con EN BUSCA DE SPOCK y MISIÓN: SALVAR LA TIERRA. Nimoy se lo pensó, pero los constantes cambios en el guión le hicieron rechazar la oferta. Tiempo después, Shatner aclararía la postura de su amigo Nimoy. Según él, Leonard había estado muy involucrado en la concepción y desarrollo de la tercera, la cuarta y la sexta entregas de la franquicia, dirigiendo las dos primeras y colaborando en la escritura de la última. Pero no estaba interesado en rodar lo escrito por otros, sobre todo porque Paramount le había dejado muy claro que no podría realizar ningún cambio en la historia.

A Malcolm McDowell (que, por cierto, es tío del actor Alexander Siddig de DS9), le parecía que el guión era muy flojo. Pero, sustancioso salario aparte, aceptó trabajar en la película porque le encantaba pasar a la historia trek como el hombre que provocó la muerte del legendario capitán Kirk.

Shatner, Doohan y Koenig, en la mejor tradición de Star Trek, aconsejaron a los guionistas sobre pequeños matices relacionados con los caracteres de sus personajes, para que los trekkies veteranos se sintieran a gusto con la película. Will se implicó mucho más en el proceso creativo, aportando algunas ideas que Rick Berman consideró muy interesantes.

Las primeras versiones del guión incluían abundantes escenas de acción, la mayoría de las cuales fueron desechadas por su elevado coste. Una de ellas mostraba el ataque romulano al observatorio de Armagosa. Otra, que en mi opinión de trekkie de La Vieja Guardia Trek debería haberse rodado e incluido en el montaje final, hubiera resultado realmente espectacular. En ella se veía cómo, tras sobrevivir a la destrucción de su nave junto con algunos guerreros, las hermanas Duras se enfrentaban a la tripulación de la Enterprise en las junglas de Veridiano III.

Si por él hubiera sido, Berman habría incluido las escenas citadas y otras muchas. Pero tuvo que bregar con los ejecutivos de Paramount, empeñados en invertir lo justo en el film y ni un centavo más. Berman les advirtió que, para resultar convincente y funcionar bien en taquilla, la película debería contar con un presupuesto digno, que permitiera acometer las siempre complejas escenas de efectos especiales con eficacia. La dotación económica para el rodaje se fijó, por fin, en 35 millones de dólares, menos de lo esperado por Berman y su equipo, pero suficiente para realizar un film espectacular.

Berman quería filmar las secuencias de Veridiano III en Hawai, pero el Estudio vetó la idea. Entonces, Rick sugirió Idaho, que también cuenta con impresionantes parajes naturales, pero Paramount insistió en que, para abaratar costes, las localizaciones deberían encontrarse lo más cerca posible de Los Ángeles. Esto determinó que los exteriores se rodaran en Marina del Rey, Pasadena, Lone Pine y el Valle de Fuego, en Nevada.

La Enterprise D era una protagonista más, así que se decidió remodelarla para la película. La maqueta que aparece en pantalla es la original de seis pies, que se utilizó en el piloto de TNG, Encuentro en Farpoint, y que se conservaba cuidadosamente embalada en un almacén de Paramount, pues en la serie se emplearon otras tres maquetas más sencillas, de diferentes tamaños. Puesto que iba a aparecer en un largometraje para la pantalla grande, en el que se usarían cámaras de alta resolución, el modelo fue modificado, diseñándose para él un nuevo esquema de iluminación interior y procediendo a un cuidadoso repintado del fuselaje.

El puente de mando también fue remodelado, aunque Berman insistió en que los cambios fueran lo más sutiles posible, ya que pretendía que los seguidores de TNG, acostumbrados al puente que se veía en la serie, se sintieran cómodos. Como es obvio, el formato panorámico exigió que se ampliara el decorado. Las rampas a ambos lados de la sección central de mando fueron separadas un metro y medio cada una. Se añadieron más consolas para rellenar los extremos del puente. Además, con el fin de destacar simbólicamente la autoridad del capitán, su silla, que en la serie había estado al mismo nivel que las dos que la flanquean, fue elevada unos centímetros. El despacho de Picard, anexo al puente, es básicamente el mismo de TNG, pero con un acuario más grande y una ventana exterior más amplia. Herman Zimmerman, responsable del diseño de producción de La Nueva Generación y Espacio Profundo Nueve, fue el encargado de realizar las modificaciones, con la colaboración de John Eaves.

Rememorando los buenos y viejos tiempos
Rememorando los buenos y viejos tiempos

Aunque 35 millones parezca mucho, lo cierto fue que el equipo de producción tuvo que sacarle el jugo al último dólar. En ocasiones se vieron obligados a renunciar a algunos conceptos en favor de otros más asequibles. Eso fue lo que ocurrió con el decorado que representa la sección de cartografía estelar. La idea original era representarla como una esfera, en cuyas paredes se proyectarían mapas estelares; algo así como el fabuloso observatorio del autoplaneta Valera, descrito por Pascual Enguídanos en su inolvidable fresco futurista La Saga de los Aznar. Zimmerman tenía unos bocetos espectaculares de un decorado planteado en tres niveles, pero las limitaciones presupuestarias de su departamento le obligaron a reducirlo a dos, renunciando al diseño esférico en favor de otro de sección cilíndrica. De todas formas, el resultado final en pantalla fue impresionante.

Para el primer segmento de la película se reutilizó la maqueta de la USS Excelsior, empleada en los films EN BUSCA DE SPOCK y AQUEL PAÍS DESCONOCIDO. Fue el grafista Mike Okuda quien, tras leer con atención la parte del guión en que aparece la Enterprise B, recomendó modificar la proa de la sección de ingeniería, en concreto la zona que circunda el deflector, añadiendo un área que sobresaliera ligeramente del casco, para que así la cinta de energía golpeara esa parte en concreto, dejando el resto del navío intacto. Así fue como nació esa conocida variante de la clase Excelsior. Las escenas del encuentro de la Enterprise B con la cinta de energía del Nexus fueron generadas por ordenador. El dique espacial es el mismo que se ve en STAR TREK: LA PELÍCULA, con algunas modificaciones. La maqueta de la nave sería reutilizada como la USS Lakota en el capítulo PARAÍSO PERDIDO, de DS9. En cuanto al observatorio de Armagosa, fue diseñado por John Eaves, siendo también utilizado, con ligeras alteraciones, en Espacio Profundo Nueve. Las naves que transportan a los refugiados elaurianos fueron bautizadas como SS Lakul y SS Robert Fox, el nombre del embajador federal que aparecía en el episodio clásico EL ARMAGGEDON.

Las secuencias del accidentado aterrizaje de la sección del platillo de la Enterprise en Veridiano III son obra de Mark Moore. Se construyó un modelo del platillo de tres metros de diámetro, y una elaborada maqueta representando un paisaje de Veridiano III. La maqueta de la nave, suspendida de cables y en la que se colocaron cámaras de alta velocidad, realizó varias pasadas sobre la miniatura del paisaje. Más tarde, esa filmación sería desacelerada en el proceso de postproducción, combinándola con varias tomas compuestas de la superficie. La espectacular secuencia, uno de los momentos más tensos del film, fue inspirada por unos dibujos del Manual Técnico del Enterprise D, publicado varios años antes, y que mostraban cómo descendería la sección de disco de la nave sobre un planeta.

En principio, Robert Blackman, el diseñador de vestuario de la serie, realizó unos esbozos de nuevos uniformes para Picard y su gente, pero, por razones exclusivamente monetarias, se optó por combinar los diseños de TNG y los de DS9. Curiosamente, como ya se habían proporcionado bocetos de los nuevos uniformes a la empresa juguetera Playmates Toys, que iba a fabricar las figuras de acción correspondientes a la película, esta compañía puso en el mercado, tras el estreno del film, unos muñecos cuyo vestuario era completamente distinto. Excusado es decir que dichos muñecos se convirtieron en uno de los productos de merchandising más codiciados por los trekkies. John Eaves rediseñó los comunicadores ideados por Rick Sternbach para TNG, desechando la forma ovalada en favor de otra trapezoidal.

El rodaje de LA PRÓXIMA GENERACIÓN dio comienzo cuando todavía se estaban produciendo los últimos episodios de TNG. Por esta razón, en una práctica nada común en la filmación de una película, el segmento inicial del film, ambientado a finales del siglo XXIII, fue el primero en rodarse. Tras la postproducción del último episodio de TNG, el elenco de la serie disfrutó de un merecido descanso de diez días, antes de incorporarse al largometraje. El rodaje de la película se completó en menos de dos meses, un auténtico récord, dada la complejidad del proyecto.

Durante la mayor parte de la filmación no se produjeron incidentes destacables. Parte de los exteriores se rodaron en el Valle de Fuego de Nevada. El rodaje se complicó entonces por las elevadísimas temperaturas y las imprevisibles tormentas de polvo. El director, David Carson, tuvo que cubrirse un ojo con un parche, pues partículas de ese polvillo afectaron la córnea y estuvieron a punto de dejarle tuerto para siempre.

Las escenas navideñas en la casa de Picard en el Nexus se rodaron en Pasadena, con nieve artificial. La cabaña de Kirk era una vivienda auténtica, situada en las montañas de Lone Pine, que el Estudio alquiló a su propietario por un buen pellizco. En el film se incluyeron las secuencias de equitación, en principio no previstas en el guión, como deferencia a Will Shatner, quien siempre ha sido un amante de los caballos y de cuanto con ellos se relacione. En cuanto al velero Enterprise de la Holodeck, se trata de la fragata Lady Washington, un buque histórico que ha sido utilizado en varias películas.

Una vez concluido el proceso de postproducción del film, se procedió a estrenarlo en una proyección de prueba, para testear la respuesta del público. Aunque, en general, los espectadores que asistieron a dicha proyección valoraron muy positivamente la película, todos coincidieron, sin embargo, en considerar la muerte de Kirk como el único fallo de LA PRÓXIMA GENERACIÓN. Que Soran asesinara a Jim Kirk disparándole por la espalda no convenció a nadie. Era una muerte demasiado vulgar para un personaje así. El heroico capitán de la USS Enterprise 1701 debía perecer luchando hasta el final, y no asesinado a traición. Esto fue determinante para que se alteraran esas escenas. Eso significaba gastar más dinero y unos días adicionales de trabajo, pero los ejecutivos de Paramount, conscientes de que estaba en juego el buen funcionamiento de la cinta en taquilla, no pusieron ninguna objeción.

En el suelo de la sala de montaje quedaron varias escenas interesantes, que se rodaron pero que no fueron incluidas en la versión definitiva de la cinta. La mayoría corresponden a los momentos posteriores a la caída del platillo de la Enterprise en Veridiano III. Así, por ejemplo, se eliminó toda la secuencia que mostraba a la doctora Crusher, acompañada por la enfermera Ogawa, regresando a la Unidad Médica para atender a los heridos. En otra escena eliminada, La Forge y Worf partían en una lanzadera en busca del capitán. También se suprimieron algunas tomas adicionales del velero Enterprise, además de otras mostrando una versión alternativa del Nexus. Unos años después se comercializó una edición especial en DVD, que incluyó buena parte de este material y algunos diálogos adicionales, también suprimidos en 1994.

Lo que más contrarío a Shatner fue que se eliminara toda la secuencia inicial del film, acompañada por la banda sonora y los títulos de crédito, y concebida por él mismo. En el comienzo de la película, se veía a Kirk practicando paracaidismo orbital, mientras Scotty y Chekov le aguardaban en la superficie. La secuencia llegó a filmarse, pero alguien de la Paramount objetó que se parecía demasiado al inicio de LA ÚLTIMA FRONTERA y ordenó que se sustituyera. El comienzo de LA PRÓXIMA GENERACIÓN, con la botella de champán flotando en el vacío hasta romperse contra el casco de la Enterprise B, en una clara reminiscencia de la botadura de un barco, es muy buena. Pero, en mi opinión, la idea de Shatner era mucho mejor.

El estreno de la película fue apoteósico. En su primera semana de exhibición en USA, recaudó 23.100.000 dólares, cifra que no tardaría en triplicarse. Los trekkies la acogieron con entusiasmo. La crítica, como siempre, se dividió entre los que consideraban que, simplemente, no era más que un telefilm en pantalla grande, con escaso valor artístico, y los que la tacharon de mala, malísima, e incluso de idiotez. Estos últimos, y algunos de los primeros, son los mismos que ensalzan hasta el vómito esos bodrios políticamente correctos que, de unos años acá, infestan la gala de los Oscars, haciendo que se asemeje a la patética y casposa edición del cada vez más deleznable festival de Eurovisión. Huelga decir que el público del mundo enteró pasó como de la peste de las idioteces críticas, limitándose a disfrutar de una excelente película de ciencia-ficción.

La nueva Enterprise en su dársena espacial
La nueva Enterprise en su dársena espacial

LA PRÓXIMA GENERACIÓN es un film con una tremenda carga emocional para los trekkies de La Vieja Guardia como yo. Esta primera aventura cinematográfica de Picard y su tripulación comienza con un prólogo ambientado en las postrimerías del siglo XXIII, con unos Kirk, Scott y Chekov que asisten a la botadura de la nave que va a sustituir a la venerable Enterprise clásica. Estos veinte minutos iniciales son sencillamente mágicos, porque nos permiten apreciar el grado de respeto y consideración que han alcanzado los tres oficiales, recibidos en la Enterprise B como auténticas leyendas vivientes de la Flota Estelar. Los fans de pro nos sentimos emocionados cuando el bisoño capitán Harriman, que está al mando de la flamante nave, reconoce que de niño leía sobre las misiones de Kirk y los suyos. Como igualmente nos emociona saber que el timonel es la alférez Demora Sulu, hija de nuestro admirado Ikaru.

Aunque John Harriman se nos antoja demasiado indeciso para ser capitán, Kirk lo trata con el respeto y consideración debidos a un oficial de mando. Cuando se recibe la llamada de socorro de los transportes, se aprecia claramente que se muere por actuar, pero sabe que esa ya no es su nave y se contiene, hasta que un atribulado Harriman le pide ayuda. Entonces actúa como se espera de él, haciéndose cargo de la situación con su determinación habitual. Pero ni siquiera entonces trata de hacerle sombra a Harriman. Al contrario. Cuando se hace necesario bajar a una cubierta inferior, para modificar el deflector, el joven capitán se ofrece a hacerlo. Pero Kirk le dice que su puesto está en el puente de su nave y que él se ocupará del asunto. Cuando Jim, ya en el turboascensor, le dice a Scotty que mantenga el control hasta su vuelta, la sonrisa que acompaña sus palabras llega al corazón de todo buen fan. La frase que le dedica a Harriman, el riesgo es parte del juego si quiere ocupar esa silla, es una reafirmación del principio por el que se guía todo buen capitán de la Flota Estelar. Está claro que el primer segmento de la película, además de servir de introducción a la historia principal, también es un homenaje al Star Trek clásico y a sus protagonistas y seguidores.

El desarrollo posterior de la trama no decepciona, con un Picard embarcado en una cruzada para salvar de la destrucción el sistema Veridiano, cuyo cuarto planeta está habitado por una cultura humanoide preindustrial. Por otra parte, el buen trekkie se conmueve con la tragedia familiar que se abate sobre el capitán. Jean-Luc es un explorador nato, nunca se ha casado, pero la historia de su familia, como percibe la consejera Troi, tiene gran importancia para él. De hecho, en cierto modo, tener una familia propia es algo que echa muchísimo de menos, sobre todo desde la extraordinaria experiencia que vivió en el episodio La luz interior, en la quinta temporada de la serie, que le marcó para siempre. Solitario y reservado, como casi todos los capitanes de la Flota, el hecho de que se sincere con Deanna y le abra su corazón revela la inquebrantable confianza que tiene en su consejera.

Data, por su parte, intrigado por el concepto del humor humano, decide recurrir al chip emocional que obtuvo de su creador, el doctor Soong, en el capítulo HERMANOS, de la cuarta temporada de TNG. El chip se funde con su red positrónica, provocando que un cúmulo de emociones asalten al androide, confundiéndole y alterando su funcionamiento. Impagable la escena en que, encañonado por Soran, Data suplica al elauriano que no lo mate. Más adelante, abrumado por esa cascada emocional que se cree incapaz de controlar, Data pide al capitán que se le desconecte. Pero Jean-Luc le responde que la parte más importante de tener emociones es aprender a controlarlas, y ante la insistencia del androide en ser desactivado, el capitán le espeta que no lo autorizará, ordenándole que siga con su trabajo. Como resulta evidente, la firmeza de Picard obliga a reaccionar al androide, que supera su crisis emocional y vuelve a ser el eficiente oficial de siempre.

Para no variar, el chip emocional de la película no se parece en nada al visto en la segunda parte del episodio DESCENSO, primero de la séptima y última temporada de la serie. Y para más confusión de los trekkies, ése también era muy distinto del original, aparecido por vez primera en el ya citado HERMANOS. El detalle no tiene demasiada importancia, pero no deja de ser curioso.

Por fin, tras conocer a personajes del Star Trek clásico, como Sarek, Spock y Scotty, Picard conoce al más legendario de los capitanes de la Flota Estelar. El encuentro entre ambos es emotivo y memorable. Son dos hombres muy distintos. En la Academia, Jim Kirk (me refiero al genuino, no a ese mozalbete estúpido y engreído encarnado por Chris Pine) fue un cadete modelo, serio y formal, que, al hacerse mayor, se convirtió en un aventurero. Por el contrario, en su época de cadete, como él mismo reveló a Wesley Crusher, Picard era demasiado impulsivo, a veces hasta un poco inconsciente, lo que le llevó a pelearse con un nausicano que le apuñaló en el corazón. Con los años y la experiencia, Jean-Luc, que vive con una víscera cardiaca artificial, adquirió confianza y seguridad en sí mismo, volviéndose más cerebral y reflexivo.

Picard recaba la ayuda de Kirk, pero al principio éste no está por la labor. Al retirarse de la Flota Estelar, que para él lo representaba todo, Jim se encontró de pronto con un desolador vacío en su vida. Vacío que ese extraño y sorprendente fenómeno llamado Nexus parece llenar, haciéndole revivir el pasado de un modo completamente distinto a como realmente aconteció. Kirk actúa como si estuviera dispuesto a permanecer allí para siempre, e incluso se niega a ayudar a Picard. Pero un suceso fortuito le hará comprender que todo aquello no es real, optando por colaborar con su colega del siglo XXIV. Las referencias de Jim a su corta etapa fuera de la Flota Estelar, así como a su relación con Antonia, sugieren que dichos acontecimientos se produjeron en algún momento entre STAR TREK: LA PELÍCULA y LA IRA DE KHAN.

Y así, los dos capitanes, ahora amigos, se enfrentan al desquiciado Soran. Logran impedir sus planes, pero Kirk encuentra la muerte en el envite. La escena del fallecimiento de Jim Kirk es un momento devastador para cualquier trekkie. Nuestro venerado capitán se despide de la vida con una sonrisa, acompañada de un ha sido divertido, que humedeció los ojos de este veterano fan al ver la película por primera vez.

Por eso, aunque LA PRÓXIMA GENERACIÓN es uno de los largometrajes más entretenidos y espectaculares de la franquicia, también es el más triste y sombrío. En cierto modo, ver morir a nuestros héroes de ficción deja en nuestro ánimo una sensación casi tan angustiosa como la que experimentamos, muchos años atrás, al descubrir que Santa Claus o los Reyes Magos no existían.

© Antonio Quintana Carrandi,
(3.701 palabras) Créditos

Alfonso Merelo

Película inclasificable dentro de la saga galáctica. La fusión entre las dos tripulaciones, la del viejo Entrerprise y la primera aparición en pantalla grande de los tripulantes de la Nueva Generación.

¿Como se consigue una fusión entre las dos series separadas 40 años en el tiempo?: recurriendo al famoso viaje en el tiempo, en parte.

Los quince primeros minutos nos ofrecen la posibilidad de contemplar la nave Enterprise B, de la clase Excelsior, que con una nueva tripulación, bastante chapucera por cierto, parte en su viaje inaugural. Ïnvitados de lujo: El capitán Kirk, Scotty y Chejov, que ya están para comer sopitas. Tres naves ElAurianas estan atrapadas en un vórtice energético y el Enterprise B debe rescatarlos. El Capitán Harriman solicita la ayuda de Kirk y éste después de darle unos sabios consejos corre a reparar el proyector de proa, indispensable para salvar al Enterprise. Como consecuencia de su heroica acción se muere, o al menos eso parece.

El resto de la película está dedicado a presentar por todo lo alto a los personajes, que por otra parte ya conocemos, de la Enterprise D y la persecución del Dr. Soren que pretende aniquilar un planeta habitado para poder entrar en el Nexus, una especie de cielo donde puedes hacer lo que te de la gana. Por supuesto será detenido a tiempo por los dos capitanes Kirk, que vuelve a aparecer, y Piccard.

A mi modo de ver ésta es una muy mala película de ST. Primero porque se carga todo lo que era ST anteriormente. La tripulación del Entreprise B es de chiste. El Capitán no da una a derechas y tiene que recurrir a un jubilado del INSERSO para salvar la situación.

El problema de pasar una serie con muchos protagonistas al formato cine es que tienes que sacarlos a todos y, dado que el tiempo es limitado, los componentes de la Nueva Generación, salvo Piccardy Data, aparecen en pantalla contados segundos.

Por otra parte el guión es de los de tipo loco maníaco quiere destruir el mundo/universo y tenemos que pararlo, que ya hemos visto en millones de ocasiones. Y la resolución del conflicto se da como siempre por la intervención de un factor casual, en este caso Kirk, que inclina la balanza a favor de los buenos.

Fallos de continuidad los hay, y de guión también. Dos ejemplos: Se dice que los ElAurianos han sido atacados por los Borg. ¿Como es posible si los Borg no aparecen hasta 40 años después en la serie de la Nueva Generación? Y de guión: ¿Por qué rayos Soran tiene que disparar el misil desde un planeta? ¿No le sirve una nave? Aunque esto puedo entenderlo debido a la incapacidad manifiesta de los guionistas, que seguro que no se han visto ni la serie clásica ni la Nueva Generación.

Y además se meten con los fans. ¿Como es posible enterrar a un héroe de la Flota Estelar sin honores, debajo de unos cachos de piedra? Pobre Kirk. (Como anécdota contar que los fans irredentos, yo diría que fanáticos descerebrados, de Kirk, amenazaron de muerte a Malcolm McDowell, el Dr. Soren, por haber tenido la osadía de matar al Capitán)

En definitiva, mala de verdad. En mi ranking detrás de LA FRONTERA FINALy no se si empatada con INSURRECION.

Recomendable yo diría que para nadie, pero si eres trekker no te la puedes perder, mas que nada para ponerla a parir como yo.

En el momento en que escribo este comentario todo buen aficionado debe conocer ya el fallecimiento de DeForest Kelley, el inolvidable Dr. Bones McCoy. Vaya desde aquí mi recuerdo agradecido a un actor que me hizo pasar muy buenos ratos con su personaje.

Frases para recordar:

  • Kirk a Demora Sulu en el Enterprise B: ¿Han salido sin torpedos al espacio? No me lo diga. Llegarán el martes.
  • Kirk a Pickard: No me hable de responsabilidades. Cuando su abuelo iba en pañales yo ya estaba salvando el Universo.
© Alfonso Merelo (659 palabras) Créditos Créditos

¿De qué se trata?

Fecha estelar... ejem... nosécuánto, quémeimporta. El caso es que ésta es de esas películas con prólogo varios años antes. El nuevo Enterprise número algoguiónalgo (¡si quieren detalles, pregúntenle a un friki, caramba!) parte con algunos miembros de la viejísima tripulación del Enterprise, ahora con evidentes problemas reumáticos, artríticos, de hipertensión y visuales (la edad, que le dicen) Se suponía que iba a ser un vuelo de rutina (siempre se supone lo mismo) pero aparecen los problemas (siempre aparecen) Se topan con una fuente de energía, el nexus, que casi hace pedazos la navecita, que se salva porque Kirk hace el héroe... y desaparece en el intento. Muchos años después, ya en tierras, o aguas, o espacio mejor dicho, de La nueva generación, la penosa tripulación del capitán Picard acude para investigar un misterioso incidente que involucra a una nube nexus. Descubren que la dichosa nube aniquila planetas y estrellas allí donde se cruza, y peor aún, anda un científico alienígena dando vueltas que le importa un carajo reventar civilizaciones completas si con ello consigue ponerse en el camino del nexus, porque verán, el dichoso nexus es en realidad un portal hacia la dicha y felicidad eterna. La única esperanza del capitán Picard para parar al alienígena tan loco que no le importa sacrificar cualquier cosa a cambio de felicidad eterna, es encontrarse con, ¿adivinan quién...? Sí, Kirk no estaba muerto. Así es que, en mejor estilo de cómics cross-over como Superman contra Olafo, ambos unen fuerzas para detener al científico loco que, a pesar de ser alienígena, tiene los humanísimos rasgos de Malcolm McDowell.

El espíritu de los tiempos

—¿Me asegura que las azules funcionan?<br id=—Je, pregúntele a la consejera..." style="width:250px; height:185px;">
—¿Me asegura que las azules funcionan?
—Je, pregúntele a la consejera...

Después de que en Viaje a las estrellas VI el elenco antiguo de la serie se había despedido, había un problema para continuar haciendo películas: ¿cómo metemos a la nueva generación? Eso, en particular teniendo en cuenta que, a diferencia de los carismáticos actores alrededor de Shatner, Nimoy y Kelley, la gente alrededor de Picard son una panda de inútiles y desangelados que parecieran sobrevivir capítulo a capítulo de la serie televisiva más por deus ex machina del guionista que por cualidades heroicas propias. La mejor solución: los veteranos apadrinan a los noveles. Eso impone hacer un cruce entre actores separados por el tiempo, pero como esto es una de sci-Fi, pues bien, se inventa un fenómeno espaciotemporal que conecte ambos tiempos, y asunto arreglado. Ojalá hubieran llamado a Nicholas Meyer (director de Viaje a las estrellas II y Viaje a las estrellas VI) porque el resultado hubiera sido mejor; en vez de eso convocaron a un donnadie cuyo currículum, no por casualidad, está constituido mayoritariamente por episodios para series de TV. Los resultados (¿cuáles?) están a la vista.

¿Por qué verla?

Es de visionado obligado para cualquiera que quiera interiorizarse en los pormenores de Viaje a las estrellas, fundamentalmente porque es la película en donde ambas tripulaciones se cruzan. A la mala, con fórceps, pero se cruzan.

El concepto básico (una distorsión espaciotemporal en cuyo interior se encuentra la felicidad absoluta) es sumamente poderoso. ¡Qué no hubiera hecho Tarkovski con un material así entre las manos! Por desgracia, esta película es el clásico exponente de buena idea chapuceramente desarrollada. Hay tantos personajes que entran y salen del nexus casi a voluntad, que uno puede buenamente preguntarse qué tan absoluta era esa supuesta felicidad absoluta, si quienes entran no tienen ninguna dificultad aparente en salir de allí (se supone que debería costarme un mundo abandonar un lugar que teóricamente es más divertido incluso que las 72 huríes del Paraíso)

Si eres el malo, tienes que parecer malo
Si eres el malo, tienes que parecer malo

Es una nueva muestra de la vulgaridad cowboy yanki del capitán Kirk. O sea, vemos claramente que para él, la felicidad absoluta es un ranchito aislado en el Medio Oeste americano. No un puesto en Oxford, no un lugar en un laboratorio científico, no escribiendo libros ni componiendo música, ni siquiera su trabajo de siempre de salvar la galaxia desde un puente de mando. Nada de eso. La felicidad suya es quiero una granja y déjenme en paz.

Malcolm McDowell. Para los fanáticos de Malcolm McDowell. O sea, hace el mismo villano de siempre. Quienes gusten de ver a Malcolm McDowell haciendo el mismo villano de siempre estarán de plácemes una vez más. Quienes empiecen a cansarse de ver al mismo canoso poniendo cara de pasado de roscas, pues bien, ejem.

Ideal para: Hacerse una idea de qué podría pasar cuando le encargas pintar la Mona Lisa o El nacimiento de Venus al maestro de brocha gorda que hace carteles dos esquinas más abajo de tu casa.

© Félix Capitán,
(749 palabras) Créditos Créditos
Publicado originalmente en Cine 9009 como Viaje a las estrellas: La nueva generación

Para una referencia más amplia sobre LA PRÓXIMA GENERACIÓN puedes consultar:
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