
Esta es no sólo la primera película en inglés de la aclamada directora francesa Claire Denis, sino su primera incursión en la ciencia-ficción. En una entrevista realizada a la directora, se nota rápidamente que su interés principal fue contar una historia que hiciera pensar al espectador. Pese a las quejas de Denis en cuanto al reducido presupuesto, HIGH LIFE (2018) ha sido una cinta apreciada de una forma muy favorable en varios festivales internacionales de cine. Y justo el reducido presupuesto se nota en los endebles efectos especiales, que si bien pueden resultar risibles para un público acostumbrado al extendido CGI, cumplen su cometido en cuanto a crear una atmósfera que acompañe a los planteamientos principales de la cinta.
Monte, interpretado por un brillante y soberbio Robert Pattinson, vive en una nave espacial, una nave minimalista en la que justo no sobresalen los efectos especiales, aunque no son del todo necesarios. Monte cría a su hija Willow, una bebita que frecuentemente lo saca de sus casillas, mientras que por momentos se pregunta si no sería mejor matarla. Conforme vemos su día a día en una nave autosustentable, nos enteramos que Monte y su hija están en una nave sin retorno a la Tierra que viaja hacia un agujero negro. Las primeras preguntas se plantea sobre la mesa:¿vale la pena criar a un ser humano cuyo futuro no está garantizado? ¿Existe la moral en un ambiente en el que son los únicos sobrevivientes en esa nave? ¿Requiere la moral de un factor social para definirse y actual como tal? El espectador es quien debe iniciar la discusión.
En una historia no lineal, los espectadores van descubriendo lo sucedido años antes en dicha nave. Un grupo de criminales, a cambio de no recibir la pena de muerte, son embarcados en una nave con destino a un agujero negro. En esa nave, Dibs, interpretada Juliette Binoche, se desempeña como la científica a bordo sin escrúpulos que engaña y experimenta con los tripulantes. Conforme avanza la historia, vamos descubriendo que el encierro, la rutina y los experimentos son una bomba de tiempo que hará que la tripulación se sumerja en el caos. Aquí, más preguntas se siguen planteando:¿es válido experimentar con un criminal a cambio del perdón? ¿Si un ser humano comete un crimen pierde su humanidad? En los experimentos aparentemente justificados de Dibs, el hecho de abandonar la Tierra también ha significado dejar de lado toda clase de cuestiones bioéticas. En este sentido, el espacio exterior invalida la humanidad de los tripulantes así como sus normas morales.
Uno de los experimentos más frecuentes de Dibs es la posibilidad de conseguir el embarazo de una de las chicas a bordo no sólo en las condiciones del espacio exterior, sino en las cercanías de un agujero negro. Para ello, sus experimentos poco éticos se convierten no sólo en su razón de ser, sino en un placer sexual desmedido: un experimento exitoso significará la cumbre de su propia formación, identidad y búsqueda de conocimiento científico. Bajo toda clase de engaños, y aprovechando las paupérrimas condiciones en la nave, Dibs aprovechará cualquier oportunidad para fertilizar a una de las chicas y obtener su cometido.
Decía arriba que el encierro en una pequeña nave espacial se convierte al final en una bomba de tiempo. Los tripulantes cada vez se odian más, cada vez están desesperados, por lo que el espacio es un ambiente amoral en el que todo está permitido: desde una violación hasta un asesinato. En este sentido, la expedición termina en las peores condiciones, aunque el experimento original de Dibs es exitoso en cuanto a que una de las tripulantes queda embarazada y consigue dar a luz a la hija de Monte.
En este sentido, la cinta nos transporta de nueva cuenta a un Monte mucho más envejecido y una Willow adolescente que no para de hacer preguntas acerca de su madre y el motivo de por el que ellos dos son los únicos sobrevivientes en la nave. Y justo en un ambiente tan solitario en las cercanías de un agujero negro se plantean algunas de las últimas interrogantes: ¿cuál es el sentido de la existencia en un ambiente cerrado y sin retorno? ¿Hay que seguir viviendo el día y día hasta que se agoten los recursos? ¿O el significado de la existencia en estas condiciones consistiría en terminar la misión y los experimentos a costa de la vida de los dos sobrevivientes?
En resumen, una cinta con trasfondo filosófico que plantea a lo largo de su historia numerosos puntos a debatir. En un ambiente compulsivo, cerrado y estéril, Claire Denis sumerge al espectador en una densa atmósfera de reflexión apocalíptica y pesimista no apta para todo público. En palabras finales del crítico de cine estadounidense Steve MacFarlane, esta película ... es un antídoto salvaje e inquietante frente al idealismo cerebral de películas como INTERESTELAR de Christopher Nolan y EL MARCIANO de Ridley Scott
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