
La ciencia-ficción china sigue dando de qué hablar, especialmente para aquellos interesados en las expresiones del género en el país asiático. No obstante, la mayoría de las producciones tardan en llegar o nunca llegan a occidente, por lo que los espectadores deben emprender la búsqueda en plataformas súper especializadas. Bilibili es una de ellas: considerada como el Youtube chino, contiene numerosas películas de todos los géneros así como videos de creadores de contenido para los interesados en las temáticas de aquel país. Para los cinéfilos, mucho del cine chino de actualidad ya se encuentra de forma legal en la plataforma y ofrece subtítulos en inglés. Con esta información en mente, el fan del género puede encontrar grandes curiosidades como INVISIBLE ALIEN (2021), película de muy corta duración que ofrece un buen rato de entretenimiento y reflexiones sobre la vida extraterrestre.
En un futuro indeterminado, los viajes interestelares se consideran prácticamente imposibles de llevar a cabo debido a las grandes distancias. Pero de forma sorpresiva, un extraño y gigantesco objeto cúbico bautizado como Messenger llega y se detiene a las afueras del sistema solar: quizás se trate de la única oportunidad del ser humano para hacer contacto con una civilización extraterrestre. Con todo el entusiasmo del mundo, se envía la nave Deep Space a los confines del sistema para acercarse al artefacto y llevar a cabo las investigaciones correspondientes. No obstante, la nave desaparece y 150 años después una pequeña cápsula es encontrada en órbita geoestacionaria. Yin, la única sobreviviente de la tripulación, es encontrada con vida y será interrogada para conocer lo que sucedió en la expedición.
La premisa de la historia resulta atractiva e interesante dada su crítica al antropocentrismo. Los seres humanos sólo se centran en aquello que reconocen y la búsqueda de vida en el Universo podría ser mucho más problemática al tratar de encontrar sólo vida como se conoce en la Tierra. El encuentro con formas de vida con una evolución biológica totalmente distinta así como una tecnología totalmente diferente puede ser garantía para el desastre. En este sentido, una vez que la nave llega y se instala sobre el objeto cúbico, las primeras investigaciones apuntan a que no existe ningún indicio de actividad biológica y sólo se encuentran unas extrañas estructuras enraizadas de nulo interés para los científicos de a bordo. Rápidamente, extraños sucesos ocurrirán en la nave que irán diezmando a la tripulación mientras que Yin, una de las especialistas a bordo que se encuentra en silla de ruedas, descubrirá sorprendida que ahora puede caminar y correr sin ningún problema. Nadie sabrá qué hacer, mientras que el capitán sólo sospecha que Seven, el androide asistente que los acompaña, se trae algo entre manos.
Pese a las buenas ideas, el desarrollo de la trama no se encuentra a la altura del planteamiento inicial. A los guionistas no se les ocurrió una mejor idea más que emular la película original de ALIEN (Ridley Scott, 1979). Se recibe una señal y la tripulación va en su búsqueda para descubrir rápidamente que algo acecha a todos en la nave y los va cazando uno por uno; Yin es una mujer fuerte que sobrevive a la amenaza en un ambiente mecánico, claustrofóbico y cerrado y poco faltó para ser nombrada Ripley; Seven, el androide que bien puede pasar por un sintético de la franquicia de Alien, oculta algo y está casi de acuerdo con que se proteja a aquello que ha entrado en la nave. Así, el desarrollo de la historia resulta poco original y tienta al espectador a querer abandonar la sala virtual al descubrir que la cinta cae en el cliché que aquí hemos nombrado como idiotas que permitieron que un alien se infiltrara en la nave
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Otro de los problemas de la cinta es su escasa duración (apenas 63 minutos). Si bien hay valores de producción y buenos efectos especiales, la historia no sólo no tiene tiempo para presentar a sus escasos personajes, sino que se encarrera a contar su apresurada historia sin darle descanso a la protagonista ni al propio espectador. Si bien la historia se aleja de la trama de ALIEN rumbo al desenlace, en la recta final se juega con un rompecabezas narrativo contado con la mayor rapidez posible provocando varios mareos en el espectador.
Si bien el desarrollo de la historia no se convierte en la principal virtud de la película, las ideas arrojadas al inicio resultan interesantes y estimulantes. Las distancias interestelares no solo son uno de los principales obstáculos para encontrar una civilización alienígena, sino la propia percepción humana puede tener sesgos que impidan detectar vida extraterrestre. Asimismo, quizás la inteligencia artificial, una vez alcanzada la singularidad tecnológica, podría ser una herramienta sumamente útil para detectar aquello que la mente humana es incapaz de descubrir. ¡Incluso el primer contacto podría generar un completo shock al grado de colapsar la mente humana y derrumbar su civilización! En esta línea, la cinta ofrece reflexiones ingeniosas que podrían haberse desarrollado mucho mejor y así impulsar una historia mucho más original e interesante.
En definitiva, una gran curiosidad de la ciencia-ficción china que, si bien cuenta con grandes ideas, resulta apresurada y mal ejecutada. Pese a ello, vale la pena echarle un ojo para conocer cómo es que los chinos entienden y desarrollan el género en su país.