
MATRIX era una película altamente efectista que jugaba la baza de disfrazar con impresionantes efectos especiales y cine de acción made in Hong Kong un argumento, atractivo en principio, pero más endeble de lo que se pudiera pensar. No obstante, era un film que mayormente se dejaba ver y disfrutar, salvando algún que otro sonrojo puntual y relativo.
MATRIX RELOADED, en cambio, es un espectáculo francamente deplorable y vergonzoso cuyo lacerante visionado me induce a afirmar sin ambages que los hermanos Wachowski son unos mercenarios sin escrúpulos al servicio del mejor postor, así como albergar la sincera sospecha de que la próxima entrega de la saga será indefectiblemente mucho, pero que mucho peor.
Son tantas las sandeces, los diálogos estúpidos, los planos impresentables, los efectos chapuceros y las secuencias insufribles que se contienen en esta película que habría de volver a verla, bloc de notas en mano, para hacer un acopio exhaustivo de la enormidad de infamias perpetradas por los Wachowski. Sin embargo, y siendo franco, tengo mis neuronas en demasiada estima como para someterlas a tamaño castigo y, además, todavía me duelen los cinco euros que pagué por la dichosa entrada. Así las cosas, me dedicaré a hacer un sucinto resumen tan solo de los grande éxitos de este ultraje cinematográfico.
Empecemos por el aspecto visual, las formas que suele decirse... Aquello que era uno de los mayores aciertos de la primera entrega y supuso toda una nueva revolución del cine fantástico, un escalón más en la carrera sin límites de los efectos especiales, como ya lo fueran en su tiempo 2001, LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, REGRESO AL FUTURO o TERMINATOR 2 ... es en cambio en MATRIX RELOADED antes un circo farragoso y repetitivo que una meritoria puesta en escena. Aunque la proporción de planos trucados y la grandiosidad y magnificencia de éstos ha crecido en la nueva entrega, los efectos siguen siendo del mismo calado que en su predecesora y la novedad brilla por su ausencia. En este sentido el impacto que causan los efectos especiales de la primera película se ve seriamente mermado en la segunda debido a la carestía de novedades y la sobreexplotación extenuante de lo ya visto entonces.
Tampoco otro filón exitoso de la primera entrega como fueron las luchas, coreografías y cableados diversos, ve en esta secuela nada realmente novedoso. Los combates siguen siendo, espectaculares, sí, pero igual de fríos y acartonados que en la primera parte, e incluso en demasiadas ocasiones coquetean peligrosamente con el ridículo más absoluto. Aquellos que gustaron de MATRIX por sus luchas marciales tendrán en MATRIX RELOADED no dos... ¡sino cien tazas!
No obstante, allí donde esta película pierde toda entidad y posible disculpa es en su argumento, en esa trama que no se sostiene de ninguna manera y que no soporta la acometida de ni un par de serios interrogantes.
Para empezar, tenemos unos personajes que son más planos y de cartón piedra que nunca. Morfeo es un loco mesiánico y cabezón que se pasa la película andando con los brazos cruzados a la espalda en una de las posiciones más incómodas y estúpidas que he visto nunca; Trinity luce el palmito y poco más, dedicándose a dar pataditas, decir frases vacuas y ser la tópica princesa en peligro de turno; Neo arrastra una cara de apatía deprimente y parece talmente como si se enterara de todo con retraso, algo así como si fuese poco menos que subnormal...; tenemos también, cómo no, al negro-greñas-subterfugio cómico de costumbre; así como a un Agente Smith totalmente ridículo del que jamás conocemos a ciencia cierta sus poderes y motivaciones concretas, y cuyas actitudes no dejan de ser odiosamente estúpidas; y finalmente los demás... Níobe, Penélope, Merovingio, etc (¡qué manía con los nombres rimbombantes y falsamente simbólicos!), que no hacen otra cosa que pasear el careto, las gafas de sol y los cueros de diseño por la pantalla... ¡Qué vergüenza!
Pero lo peor no es que los personajes sean estereotipos acartonados y facilones al servicio de una campaña de marketing disfrazada de película. Sin duda lo más ultrajante es ese guión que parece talmente pergeñado pensando en un público bobalicón, infantil e incluso me atrevería a aventurar que simiode. Un repaso somero del mismo es como para echarse a llorar; la estructura de la ciudad de Sión tal y como se nos muestra se antoja del todo inviable; el video clip de cinco minutos del inicio, con todos los humanos de Sión bailando sensualmente, sudorosos, semidesnudos y apelotonados, más parece un cruce diabólico entre la taberna de la GUERRA DE LAS GALAXIAS y un anuncio veraniego de BACARDI; las chácharas inmundas (disfrazadas de diálogos pseudo-filosóficos supuestamente trascendentes) como son los de Neo con el viejo sacerdote en la sala de máquinas de Sión, el del patético Merovingio, o el final entre Neo y el Arquitecto, son directamente infumables y sonrojantes...
Y lo son precisamente porque están al servicio de una idea final totalmente bastarda que significa una trampa en sí misma, conducente a la paradoja y la contradicción, y que destroza definitivamente y para siempre el universo conformado en MATRIX. Uno se pregunta mientras ve la película toda una serie de interrogantes... ¿Por qué Neo se empeña en pelear eternamente y recibir mil y una hostias dentro de Matrix cuando al final de la primera entrega queda claro que Matrix ya no tiene secretos para él?.. ¿Por qué se empeña en seguir luchando contra un sinfín de agentes Smith cuando puede escapar volando a las primeras de cambio?.. ¿A qué demonios viene esa pose que adquiere al volar cuál Supermán pijo de discoteca?.. ¿Por qué la visión que tiene de Matrix muestra sombras y siluetas en contorno sobre la cascada de signos cuando todo el código de programa no debería ser sino una sucesión informe de símbolos?... En fin, podría seguir así cuasi eternamente pero todo el cúmulo de despropósitos que es la película se puede resumir perfectamente en dos de sus mayores estupideces argumentales, que son, de un lado, el hecho de que se intenten explicar las leyendas y mitologías fantásticas y de terror de la cultura humana (vampiros, hombres-lobo, fantasmas, etc.) como si fuesen programas rebeldes de Matrix (¡qué alarde de ingenio y originalidad!), y del otro, que se nos intente tomar el pelo con la idea de que Neo, en realidad, es un programa erróneo dentro del sistema que sirve, irónicamente, para otorgarle la estabilidad que antes le faltaba. De hecho asistimos a la sexta versión de Matrix y en las otras cinco versiones Neo siempre escogió salvar a Trinity y perpetuar en consecuencia la existencia de Matrix a cambio de sacrificar las vidas de los humanos de Sión (sic)... ¿Siguiendo este razonamiento, debemos entonces entender que los seres humanos (Neo incluido) que están fuera de Matrix son tan maleables y predecibles como los programas y las máquinas, y que, invariablemente, sus conductas, actitudes, esfuerzos y destinos finales están ya escritos y dependen única y exclusivamente de lo que ocurra con la rutina de unos programas informáticos que se suceden eternamente en una especie de ridículo eterno retorno determinista?.. ¡Menuda estupidez!
En fin. Después de esta demostración de ignominiosa estulticia no queda más que decir que de MATRIX RELOADED no se puede salvar más que el espectáculo visual, pero que su más grave problema es que todo el resto es tan insufrible, zafio y tramposo, que si no eres víctima de un ataque de rabia mientras asistes a la proyección y te la tragas sin conmocionarte lo más mínimo... entonces... tienes serios y graves problemas...
Tras esta afrenta perpetrada por los Wachowski no me queda más que aguardar impaciente la nueva entrega, MATRIX REVOLUTIONS ... que desde ya mismo voto porque se rebautice como MATRIX LOBOTOMIZED ...