
¿Es la realidad lo que creemos percibir o nos movemos dentro de un marco imaginario, dentro del sueño de un titán durmiente, en los delirios de un dios loco? ¿Existe el resto el mundo cuando no lo vemos? ¿Existimos cuando estamos solos? ¿Es la percepción un absoluto?
Lo inquietante es que nunca podemos estar seguros de que lo que nos rodea es real. Tangible, a lo sumo. Creemos en su existencia porque lo podemos aferrar, sabemos que en alguna otra ocasión lo hemos sentido, guardamos recuerdos. ¿Pero esos recuerdos son reales? ¿Verdaderamente todos nuestros recuerdos están ahí porque son huellas de acontecimientos pasados o sólo existimos desde hace un par de segundos y esos recuerdos no son nuestros, si no prestados, implantados?
No sé si Alex Proyas tuvo todas estas interrogantes en mente cuando parió DARK CITY, pero son las que yo me hice al salir del cine. Un par de horas después estaba dedicado a menesteres más mundanos, y todas esas cuestiones se me habían olvidado por completo. Ahora, en el momento de redactar esto, recuerdo con toda precisión todo lo que ocurrió tras ese par de horas, y garantizo que las sensaciones fueron reales. ¿O acaso no?
La duda surge cuando se tambalea nuestra fe en la memoria, cuando no sabemos si nuestra experiencia es real o es un cúmulo de simples evocaciones confusas. O peor aún, cuando hemos perdido todos los recuerdos.
Eso le ocurre a John Murdoch cuando despierta en la bañera de un hotel. Ha perdido la memoria. Ni la lampara agitándose violentamente en el techo, ni el hilillo de sangre que mana de su frente le inquietan mucho más. No sabe quien es ni porque está allí. Registrando desesperadamente la habitación encuentra unas ropas que parecen ser las suyas y algunos efectos personales que, obviamente, también deberían ser suyos.
Sumido en el desconcierto una misteriosa llamada telefónica le conmina, por su bien, a dejar inmediatamente la habitación, pero no es la llamada lo que le hace huir, es el descubrimiento del cadáver de una mujer descuartizada lo que le obliga a salir aterrorizado, justo antes de que unos misteriosos individuos suban a buscarle.
Empieza entonces la búsqueda de Murdoch por los extraños individuos, de Murdoch por la policía y de Murdoch por Murdoch. En su intento por situarse en el mundo, de recuperase a si mismo, John descubre que es el principal sospechoso del asesinato de seis prostitutas, que está casado, que está en tratamiento psiquiatrico... y que todo esto es mentira.
Su principal descubrimiento, el verdaderamente terrible, el que le estará a punto de hacerle enloquecer, es que forma parte de un gigantesco experimento de unos seres llamados Los Ocultos, raza a punto de extinguirse y que, para trascender a si mismos, intentan comprender la esencia humana. Murdoch, de alguna forma que ni el mismo entiende, es el único que escapa a la manipulación de Los Ocultos, y por ello, deben destruirle.
Y esencialmente de esto va la película. Por lo demás Alex Proyas ha intentado darle una estética muy expresionista, muy europea, y aunque consigue dar un efecto agobiante a la Ciudad Oscura no alcanza, ni de lejos, el ambiente que, por ejemplo, dan Jeunet y Caro a la Ciudad de los Niños Perdidos, en este aspecto se queda a mitad de camino.
Otra cosa son las interpretaciones de William Hurt, Rufus Sewell, Richard O´Brien, y Keifer Sutherland. Éste último es quizá el menos afortunado, aunque sigue mejorando, no deja de ser todavía un guaperas y se limita a hilvanar el papel de psiquiatra tullido, un personaje que su padre hubiera bordado. En cuanto a William Hurt, como comisario de policía, sobrio e igual de bien que siempre, y del resto de los actores no tengo queja.
En fin, una buena película de ciencia-ficción que transcurre en su mayor parte sin parecerlo, y en la que al fin los efectos especiales, francamente impresionantes excepto un par de chapucillas, no son ni de lejos los protagonistas de la cinta.
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Publicado originalmente el 24 de mayo de 1998 en www.ciencia-ficcion.com

Ayer mismito me fui a ver DARK CITY, sacrificando de momento el visionado de EL GRAN LEBOWSKI de los Cohen. Gran error. ¿Como definir DARK CITY? un error, un director que no sabe dirigir, un intento de hacer algo digno contando con todos los elementos esenciales (buenos efectos especiales, buena idea inicial) menos uno: tener algo de idea de como funciona una película.
El director, un tal Proyas, creo que antes de perpetrar esta película, hizo la peli de EL CUERVO. Antes de eso no tengo noticias de él. Después de esto espero que tampoco. Vamos a los errores evidentes. Señor Proyas ¿Donde ha aprendido usted eso del ritmo, de los planos, de la tension? Parece como si el único cine que ha visto nunca es la escena del asesinato en psicosis.
Miles de cortes rapidísimos, estilo anuncio o videoclip, que no solo impiden un desarrollo de la tensión, de la opresión oscura de esos magníficos decorados, sino que molestan físicamente. Claro, cuando llegan las escenas de verdad rápidas, las peleas, las persecuciones, pues... no las notas tensas porque es muy difícil ultraacelerar los cortes de plano mas aún.
Una pena, una pena. Y los actores, se les podría perdonar su escasez de recursos con una buena dirección, pero sin ella me temo que es imposible. En fin no me extiendo mas. Vedla si queréis disfrutar de una buena ambientación (LA CIUDAD DE LOS NIÑOS PERDIDOS tiene mucho que ver, aunque es infinitamente mejor que esta película) y una buena idea cuya resolución es un tanto floja y poco mas. Eso si, prohibido verla los excesivamente nerviosos, o los que no ven nunca anuncios, o los que creen que un buen montaje es algo mas que muchos cortes, muchos, muchisimos, infinitos.
En los últimos años hemos podido ver varios films ambientados en megaciudades góticas y oscuras, casi todas con edificios altos, muy altos, y con puentes a todos los niveles (herederas sin duda de la METROPOLIS de Fritz Lang), en los que la fotografía, el diseño de maquetas y decorados o los efectos visuales eran lo más interesante de la película. Como ejemplos podríamos citar la saga de BATMAN, JUEZ DREED, EL QUINTO ELEMENTO o la misma EL CUERVO.
Por suerte en DARK CITY todos estos elementos están al servicio de una historia que consigue engancharte, quizá no en un primer momento debido al ritmo narrativo algo brusco que le imprime su director (aparte de EL CUERVO desconozco la trayectoria anterior del director... ¿pueden ser quizás malos hábitos adquiridos al dirigir videoclips?), pero sí a medida que se avanza en la trama. Esto posiblemente le acerca más a otras películas como BLADE RUNNER o BRAZIL... pero cuidado, solo le acerca. Algo le falta para convertirse en una obra maestra como las antes mencionadas.
¿Qué le falta? ¿Por qué después de ver esta película salgo del cine contento, satisfecho... pero no saciado? Bueno, quizás sea por que la idea original daba para más. Esta era una historia con la que se podía conseguir que el espectador se sintiese verdaderamente angustiado, y ni siquiera lo intenta.
¿Alguien tuvo alguna duda de que nuestro protagonista no era el asesino de prostitutas? No, en ningún momento pensamos que lo fuera. En DESAFÍO TOTAL descubríamos que, sorpresa sorpresa, nuestro héroe no era tal, sino que el original era el malvado y el héroe era el implante artificial. ¿Por qué en esta historia no nos intentan confundir un poquito (ay, PKD que estas en el cielo, tú si que sabias hacerlo) y atormentarnos con nuestro oscuro pasado?
O... ¿alguien se sintió realmente atrapado en esta ciudad sin salida? El prota pierde un tren y ya se da por vencido. Nosotros lo hubiéramos intentado en tren, coche, a pie, a nado o volando. Todo vale para llegar a San Sebastián (porque la Playa de la Concha está en San Sebartián, ¿no?)
El actor protagonista, Rufus Sewell, tampoco acaba de transmitirnos esa angustia y desconcierto que deben invadirle. A lo máximo nos parece despistado. Por el contrario son mucho más convincentes las actuaciones de los secundarios, especialmente la de William Hurt, elegantísimo y sombrío, con un rostro que ha adquirido madurez y que transmite por el solo más interrogantes sobre su pasado de los que el guión le confiere al personaje.
En fin, una verdadera pena que por tan poquito no se haya alcanzado la perfección, porque realmente las virtudes de la película son muchas. No quiero dejar la impresión de que la película no me ha gustado, es simplemente que soy muy perfeccionista. Creo que es la mejor película de ciencia-ficción que he visto desde 12 MONOS, así que realmente merece la pena irla a ver. Y añadiría: id rápido, porque he visto que se ha estrenado en muy pocos cines y probablemente sea de las que desaparecen pronto de cartelera.
Ah, y para acabar podríamos señalar un último detalle a añadir a la lista de aciertos de la película: el hecho de que los alienígenas a la hora de adoptar una forma humana, entre todas las que podían haber elegido, se hayan decidido por la de Nosferatu. Eso sin duda los hace mucho más malignos.
Un saludo
Fui a ver DARK CITY hace poco tiempo, y me pareció una película interesante pero solo eso, no es ninguna maravilla. Podría haber sido una gran película pero se quedó en eso, en nada, en un buen guión y listo, el director la pifia.
La presentación de la película es genial, recordándome al gran genio de la literatura de ciencia-ficción y terror: Howard Phillips Lovecraft (1890-1937). Luego en seguida comienza la acción vertiginosa, demasiado rápida, como si fuera el trailer de la película. A parte el sonido, soy de Madrid y fui a verla a los cines de la Vaguada, y el sonido estaba altísimo, salí sordo de la peli.
Resumiendo, lo que me esperaba cuando fui a verla, una película entretenida tirando a mediocre, con una buena interpretación, un buen guión, pero el director la pifia, cuando podía haber creado una intriga fascinante, y al hacerlo tan rápido la jode, y ya con el duelo final, no te quiero decir, me recordó a los duelos de BOLA DE DRAGÓN...
Esta es mi opinión, yo os recomendaria que fuerais a ver otras películas, pero bueno ante la ausencia de buenas películas... Un consejo, haced como yo, cada día miraros la sección de Tv del teletexto/periódico, y ved si hay algún título interesante de madrugada, jejeje, y seguramente cada bastante tiempo os encontrareis con alguna joya...