Sinopsis
Tras llevar unos cuantos años en el muelle espacial para su puesta a punto, la nave estelar Enterprise NCC-1701 es asignada a una nueva misión consistente en investigar una extraña nebulosa de energía que destruye todo a su paso (incluido tres destructores klingon que intentan detenerla) y que se dirige directamente al planeta madre de la Federación: la Tierra.
Aunque el capitán Willard Decker (Stephen Collins) cree que gobernará la nave durante tan importante misión, sus esperanzas se ven frustradas cuando el Alto Mando de la Flota Estelar decide darle ésta al Almirante James T. Kirk, antiguo capitán del Enterprise.
Kirk decide ponerse en marcha como en los viejos tiempos y, para ello, decide llamar al doctor Bones McCoy, el cual se había dado de baja en la Flota Estelar tras la misión de cinco años de la Enterprise. Todo a punto, la nave sale al encuentro de la nebulosa...
A mitad de camino, una extraña nave pide al Enterprise permiso para atracar y dejar un tripulante. Ante la sorpresa de todo el personal del puente dicho tripulante no es sino el Oficial Científico Spock llegado desde Vulcano, que transmite a Kirk su opinión de que en la nebulosa se esconde una entidad de enorme poder. Por fin llegan a los límites de la nebulosa y el Enterprise es escaneado por una sonda, la cual hace que la navegante Illia (Persis Khambatta) desaparezca. El capitán Decker, que mantuvo relaciones en el pasado con Illia mientras servía en el planeta Delta IV echa a Kirk toda la culpa de su desgracia. No pasa mucho tiempo, cuando a bordo de la nave aparece una réplica de Illia que no es sino una sonda avanzada enviada por la entidad, que se hace llamar ahora V´Ger... Tanto Kirk como Spock ven una oportunidad, y deciden enseñar a la nueva Illia todo lo relacionado con la raza humana para así poder ellos mismos aprender a su vez todo lo relacionado con la entidad.
La Enterprise se ha internado en la nebulosa hasta que se encuentra ante una compuerta que se abre y se cierra automáticamente cortándole el paso. Falta poco para que V´Ger llegue a la Tierra, por lo que el oficial Spock decide por su cuenta intentar una fusión mental con éste. Para ello, vestido con un traje espacial provisto de un pequeño cohete, decide ponerse en marcha y salir al exterior dirigiéndose hacia la compuerta. Calculándolo todo con su supercerebro de vulcaniano, acciona el cohete de tal manera que puede cruzar el obstáculo y por lo tanto ver el otro lado. Spock empieza entonces a descubrir la verdadera naturaleza de V´Ger, el cual busca desde hace siglos a su Creador según se descubre más tarde mediante la fusión que realiza el Oficial Científico...
A mediados de la década de los 70 Gene Roddenberry, con el apoyo incondicional de docenas de miles de fans estadounidenses, consiguió que la Paramount se aviniera a rodar una continuación de Star Trek. La serie clásica, cancelada en 1969, había sido repuesta desde entonces ininterrumpidamente por docenas de emisoras de televisión, alcanzando una popularidad apoteósica, y sus seguidores reclamaban más aventuras catódicas de sus héroes favoritos. La nueva serie iba a titularse Star Trek: Fase Dos, y tanto la Paramount como el Gran Pájaro de la Galaxia tenían muchas esperanzas puestas en ella, ya que iba a ser la joya de la corona del nuevo canal televisivo que pretendía crear la Paramount. Pero en 1977, mientras Gene estaba inmerso en la preproducción de la nueva Star Trek, la Fox estrenó a bombo y platillo LA GUERRA DE LAS GALAXIAS (STAR WAR, George Lucas). Este film fue un auténtico bombazo, convirtiéndose en la película más taquillera estrenada hasta el momento. Los efectos colaterales que provocó el estreno de esta lujosa space-opera afectaron a toda la industria cinematográfica, que, extremadamente sensible a la respuesta del gran público, y dispuesta a explotar el filón abierto por Lucas, respondió con el lanzamiento de varias películas espaciales. La Paramount decidió que sería mucho más rentable estrenar un largometraje de Star Trek, así que la idea de la serie fue reconvertida en lo que habría de ser la primera entrega de una dilatada saga fílmica. De hecho, STAR TREK: LA PELÍCULA se convirtió en el proyecto más importante y costoso asumido por la Paramount en toda la década de los 70. El Estudio se implicó tanto en la película, que incluso abandonó la pretensión de crear un canal televisivo propio, idea que no sería recuperada hasta 1995, coincidiendo con el estreno de Star Trek: Voyager.
Roddenberry hubiera preferido seguir con la serie, pero como quien paga manda, no le quedó más remedio que plegarse a los deseos de los gerifaltes del Estudio. De una forma u otra los trekkies tendrían su ración de Star Trek, de modo que el bueno de Gene se embarcó en el nuevo proyecto con la misma ilusión que había puesto en la nueva serie.
El trabajo de preproducción de Star Trek: Fase Dos estaba muy adelantado, así que Roddenberry y la Paramount decidieron aprovecharlo. El rodaje se inició en agosto de 1978. Obviamente, la calidad visual de un largometraje tenía que ser mayor, de modo que se incrementó el presupuesto hasta 15 millones de dólares, bastante más de lo que había costado LA GUERRA DE LAS GALAXIAS. Había muchos decorados realizados para la serie televisiva que podían aprovecharse en la película, aunque debidamente remodelados para adaptarlos al formato panorámico Panavision. El nuevo puente de mando tuvo que ser ampliado por la misma razón. El diseñador de vestuario, Robert Fletcher, rediseñó algunos modelos ideados por Bill Theiss para la serie de televisión, y de este modo nacieron los nuevos uniformes de la Flota Estelar.
Para el guión se recurrió a una historia pensada para un capítulo de la fallida nueva serie, titulado THY IMAGE, aunque también se echó mano de los argumentos de los episodios LA MÁQUINA DEL DÍA DEL JUICIO FINAL y EL SUPLANTADOR, de TOS, cosa que no fue muy del agrado de algunos trekkies. Como ocurrió con la mítica CASABLANCA (Ídem, Michael Curtiz, 1942), era frecuente que las páginas del guión llegaran al set de rodaje poco antes de empezar a filmar, y en ocasiones tuvieron que ser reescritas varias veces, ante la preocupación del director.
La Paramount, deseosa de competir con la Fox en igualdad de condiciones, e incluso de superar sus logros, fue incrementando paulatinamente el presupuesto, que alcanzó los 45 millones de dólares. Se cuidó muchísimo el aspecto visual, pues se pretendía rodar un film espectacular. Roddenbberry estaba encantado, pues nunca antes había podido trabajar con un presupuesto tan holgado. Pero, por otra parte, temía que la Paramount, obsesionada con superar a la Fox, se concentrara demasiado en los efectos especiales y dejase de lado el estilo y el espíritu característicos de Star Trek. Y en cierto modo eso fue lo que pasó, a pesar de que Gene, que produjo el film, estuvo en todo momento muy vigilante y bregó con ganas para que los trekkies se sintieran cómodos con la cinta. Mas no pudo impedir que los ejecutivos del Estudio impusieran sus criterios, lo que le llevó a renegar más tarde del film. Según sus propias palabras, Paramount malgastó tiempo y dinero intentando que la película se pareciese a la de Lucas, lo que fue en detrimento del genuino espíritu Trek.
La cinta se estrenó el 7 de diciembre de 1979, precedida de una campaña publicitaria como no se recordaba otra en los anales de la Paramount. Fue todo un éxito, pero también se reveló que Roddenberry tenía razón. Se consiguió rodar una de las películas más impactantes, con unos efectos visuales realmente impresionantes. Pero una parte considerable de los espectadores, aquellos fans irreductibles de la serie televisiva, la encontraron fría y desangelada, echando en falta el sentimiento, la cordialidad, la chispa que caracterizaba la vieja y querida producción televisiva. Numerosos trekkies confesaron que se habían pasado toda la proyección añorando lo que ocurría antes en aquella vieja nave.
Hay que admitir que los fans norteamericanos tenían su parte de razón. El estilo y la estética de STAR TREK: LA PELÍCULA son muy diferentes de los de TOS y las restantes entregas de la franquicia fílmica protagonizada por Kirk y su gente. En esta cinta todo es beige, gris o blanco, incluyendo los uniformes, que tan coloridos eran en la serie televisiva. Por otro lado, el que apenas hubiese escenas de acción decepcionó a una parte del público. Pero, a pesar de todo, el nombre de Star Trek vendía, y la película recaudó sólo en los Estados Unidos 175 millones de dólares, es decir que obtuvo unos beneficios de 130 millones.
El equipo de producción realizó un trabajo admirable, pues aunque han transcurrido treinta y siete años desde su estreno, el film apenas ha envejecido e incluso es mucho más vistoso que otros largometrajes Trek. Las pantallas y los aparatos del puente de mando funcionaban realmente, y las tomas de las elaboradas maquetas son sencillamente apabullantes. Destacan sobre todo las que muestran a la Enterprise en el dock espacial cuando Kirk arriba a ella, la hermosa e inquietante entrada de la nave en la nube energética, o la alucinante exploración del interior de V´Ger que lleva a cabo Spock. Los decorados son increíbles, destacando, aparte del puente de mando, la inmensa sala de recreo en la que es reunida la tripulación para ponerla al tanto de la misión. Esta fue una secuencia muy especial, pues en ella aparecen como extras varios guionistas de la Paramount y miembros del equipo técnico de la película, así como buen número de fans, capitaneados por la trekkie número uno, Bjo Trimble, que encabezó la campaña de cartas que logró salvar de la cancelación el Star Trek televisivo tras su segundo año de emisión. La sección de ingeniería, uno de los decorados más elaborados, sirvió de modelo para el diseño de la sala de máquina s de la Enterprise D en TNG. En principio los efectos especiales fueron encargados a la compañía Robert Abel and Associates, pero no tardó en revelarse que esta empresa no podía acometer el enorme número de trucajes requeridos. La Paramount requirió entonces los servicios de Entertainment Effects Group, la compañía de Douglas Trumbull, ofertándole un cheque en blanco a condición de que el trabajo estuviera concluido antes de la Navidad de 1979. Trumbull decidió contratar como refuerzo a John Dykstra, un genio de los efectos especiales que acababa de triunfar precisamente con LA GUERRA DE LAS GALAXIAS. Trumbull renovó todas las secuencias con efectos especiales. En el film sólo ha sobrevivido una de las escenas diseñadas por los técnicos de Robert Abel and Associates: la del agujero sin fin creado por el desequilibrio en los motores de la Enterprise.
La única pifia destacable se refiere a la recreación del planeta Vulcano. En TOS se dejó claro que el mundo natal de Spock carece de satélites naturales, pero aquí nos muestran una versión muy pulp del mismo, plagada de volcanes en erupción, lagos de lava y un cielo repleto de lunas y planetas en movimiento. Esto es un gravísimo error de continuidad, pues la estética del planeta no se parece en nada a la del episodio LA ÉPOCA DE AMOK. Evidentemente, la holgura del presupuesto desató la vena creativa de alguien. Menos mal que en las cintas EN BUSCA DE SPOCK y MISIÓN: SALVAR LA TIERRA se recuperó la apariencia clásica de Vulcano.
El estreno de la película provocó la división entre los trekkies, y todavía hoy los fans polemizan sobre esta cinta, alabándola unos y criticándola otros inmisericordemente. Personalmente, y aunque admito que el film adolece de algunos fallos, sobre todo en lo que a la concepción de los personajes y al genuino espíritu Trek se refiere, la tengo en gran estima por tratarse de la primera aventura cinematográfica de nuestros héroes. Por otra parte, su estética me agrada. Creo que los uniformes, por ejemplo, son los mejores jamás diseñados para Star Trek. Si parece algo fría, pienso que se debe más bien al tratamiento de los personajes que a otra cosa. Así, por ejemplo, en las poquísimas conversaciones que hay entre Kirk, Spock y McCoy se echa de menos la complicidad que había entre los tres en la serie de televisión. Este aspecto, uno de los más criticados por los fans, sería muy cuidado en posteriores entregas fílmicas, en las que se recuperó la especial química existente entre el trío protagonista.
STAR TREK: LA PELÍCULA tenía originalmente una duración de más de tres horas, pero en el proceso de montaje, y siguiendo instrucciones de los jefazos de la Paramount, se cortó más de una hora. Al saberlo, los trekkies pusieron el grito en el cielo y trataron de convencer a la Paramount para que reestrenase el film con el metraje que faltaba, pero no lo consiguieron. Parece ser que hace unos años se lanzó una edición limitada, en VHS y versión original, que incluía todo el metraje filmado. Una de las escenas inéditas que considero más relevantes de esta versión larga, que desgraciadamente no he podido visionar, está protagonizada por Spock. Cuando se encuentra en la enfermería, el vulcaniano vierte una lágrima por el sentimiento de vacío que ha advertido en V´Ger. También hay una secuencia en la que Kirk y Spock, ataviados con trajes espaciales, abandonan la Enterprise para explorar el interior de V´Ger, siendo atacados por entidades cristalinas. La Paramount, aunque se negó en redondo a reestrenar el film con más de tres horas de metraje, sacó al mercado una copia en vídeo con 20 minutos adicionales, básicamente secuencias de conversación que aportaban algo más de sentimiento a la historia, permitiendo profundizar un poco más en la relación de los personajes, sobre todo Dekker e Ilia.
Mención especial merecen los klingons. Los enemigos de la Federación, que aparecen brevemente al principio, lucen un nuevo look muy distinto de la sencillez siniestra con la que fueron recreados en TOS. La fisonomía klingon irá cambiando a lo largo de la franquicia sin que medie explicación de ello, otro fallo notable de continuidad. Los miembros del equipo de producción bromearon mucho sobre el tema, alegando que los de la televisión eran klingons del norte y los del largometraje klingons del sur. Aunque está casi irreconocible caracterizado como el capitán de la flotilla klingon, la breve aparición de Mark Lenard agradó muchísimo a los fans. Con su intervención en esta cinta se convirtió en el único actor que ha interpretado a personajes pertenecientes a las tres razas alienígenas principales de Star Trek: romulanos, vulcanianos y klingons.
La dirección recayó en Robert Wise (1914-2005), un veterano director todoterreno, que demostró su valía con creces en un puñado de títulos memorables. Suyas son películas tan logradas como EL REGRESO DE LA MUJER PANTERA (THE CURSE OF THE CAT PEOPLE, 1944), correctísima secuela de la fabulosa LA MUJER PANTERA (CAT PEOPLE, Jacques Tourneur, 1942); JUZGADO CRIMINAL (CRIMINAL COURT, 1946), eficaz muestra de cine negro de ambiente judicial; BAJO DOS JURAMENTOS (TWO FLAGS WEST, 1950), western modesto pero notable; MARCADO POR EL ODIO (SOMEBODY UP THERE LIKES ME, 1956) exitoso biopic del boxeador Rocky Graziano, interpretado por un convincente Paul Newman; MUJERES CULPABLES (UNTIL THEY SAIL, 1957), drama protagonizado por Jean Simmons, Joan Fontaine y Paul Newman; TORPEDO (RUN SILENT, RUN DEEP, 1958), film bélico de tema submarino con grandiosas interpretaciones de Clark Gable y Burt Lancaster; QUIERO VIVIR (I WANT TO LIVE! 1958), rotundo alegato contra la pena capital, que fue la mejor interpretación de Susan Hayward, o EL YANG-TSÉ EN LLAMAS (THE SANDS PEBBLES, 1966), drama bélico, basado en un hecho real, que es una de las películas más celebradas de la carrera profesional de Steve McQueen. STAR TREK: LA PELÍCULA fue su tercera incursión en la ciencia-ficción, pues ya había dirigido una obra maestra como ULTIMATÚM A LA TIERRA (THE DAY THE EARTH STOOD STILL, 1951) y la excelente LA AMENAZA DE ANDRÓMEDA (THE ANDROMEDA STRAIN, 1971). Su pericia como realizador le valió dos Oscars a la mejor dirección, curiosamente por dos musicales, WEST SIDE STORY (Ídem, 1961) y SONRISAS Y LÁGRIMAS (THE SOUND OF MUSIC, 1965).
Jerry Goldsmith compuso una de sus mejores bandas sonoras. El tema que se escucha mientras pasan los créditos iniciales ostenta ecos de John Williams, y fue utilizado más tarde como sintonía de TNG, siendo tan popular como el compuesto por Alexander Courage para TOS. La música de la película no ha sido superada por la de ninguna otra cinta de la franquicia, e incluso fue nominada al Oscar. Aparte de la magnífica fanfarria inicial, destaca el intimista tema de Ilia, así como el que ilustra musicalmente la larguísima entrada de la Enterprise en la nube de energía, sin duda dos de los mejores compuestos por Goldsmith en toda su carrera.
Isaac Asimov, maestro de la ciencia-ficción literaria, gran amigo personal de Gene Roddenberry y uno de los trekkies de mayor renombre, ejerció funciones de asesoramiento por expreso deseo del Gran Pájaro de la Galaxia, otro aliciente más de esta fabulosa película.
El mejor film de Star Trek es, sin la menor duda, LA IRA DE KHAN, pero STAR TREK: LA PELÍCULA, sin alcanzar la categoría de obra maestra, es una cinta casi perfecta, un maravilloso espectáculo visual que representó la puesta de largo cinematográfica de la serie de ciencia-ficción más mítica de la historia.

La primera de la interminable saga de STAR TREK que ya va por nueve títulos. La vi cuando se estrenó, y después varias veces más y siempre me ha aburrido soberanamente. Es en mi opinión un peñazode los que hacen época. La Paramount intentó apuntarse al éxito de la Guerra de las Galaxias y encargó esta película a Robert Wise, director entre otras de ULTIMATUM A LA TIERRA o LA AMENAZA DE ANDROMEDA. Este buen artesano no consiguió cogerle el pulso a la serie. Si bien es cierto que está todos los personajes y lo que es mejor interpretados por los mismos actores que en la serie original, estos no reflejan lo que eran en la serie. Están encorsetados y sin saber por donde ir. Los chistes y guiños trekkies se limitan a unos cuantos chascarrillos entre McCoy y Kirky poco más. Su larguísimo metraje dificulta también su visionado, que se hace tedioso en muchas de las larguísimas escenas, como la que narra la entrada del Enterprise en el interior de Vger.
Unos buenos efectos especiales y una música de fanfarria acertadísima, la marcha Klingonal principio es magistral, hacen que la película sea más soportable. Respecto del guión, teniendo en cuentas que es una reescritura de un episodio, concretamente THE CHANGELING, decir que no aporta nada nuevo u original en la CF.
La asesoría de Isaac Asimov tal vez se centre en el tema de la Inteligencia Artificial de Vger, que para completar su programa acumula información y se vuelve inteligente, explicación por otra parte un tanto peregrina. El final es muy de Roddenberry, que supongo estaría incordiando al director durante todo el rodaje. El pobrecito Vger para trascender a su programación debe unirse a un ser humano, un matrimonio galáctico que en este caso se convierte en trío.
Los personajes son parecidos, sólo parecidos, a los de la serie original. El Capitán Kirk, ahora Almirante sigue siendo tan chulo como siempre, con la única diferencia que en esta película no liga con nadie. El Sr. Spock es mas frío que nunca después de pasar varios años en Vulcano entrenándose en la disciplina Colanea, que diría McCoy, y el Dr. es como siempre un enfurruñado y cabreado Carlos Pumares del espacio. Con respecto a los demás nada que decir ya que no salen prácticamente, bueno Chejov se quema una mano.
Y los personajes nuevos son el Capitán Decker y la Teniente Ilya. El capitán en esta película es un caso claro de gafe. El Almirante Kirk le quita el puesto por que le sale de las narices, su novia, la Teniente Ilya (una muy fascinante Persis Khambatta), es abducida y convertida en un montón de cables y tornillos y encima tiene que unirse a Vger para salvar a la humanidad, con lo cual he de suponer que muere, o al menos desaparece su identidad de alguna manera. La teniente Ilya luce una espléndida calva y un traje tipo Armani y se comporta muy bien como robot con sentimientos.
Destacar una escena, en la cual reconozco que gocé y gozo intensamente: la primera vez que vemos el remodelado Enterprise en el astillero en todo su tamaño, a pantalla gigante de panavisión y con la melodía de Goldsmith sonando, constituye un panorama memorable en la saga. Otra escena remarcable es el ataque Klingon a Vger.
Frase para recordar:
McCoy, refiriéndose a Vger: ¿quiere decir que lo que tiene es una rabieta de niño?
Recomendarla para todos los Trekkies de pro y no ir a verla con alguien a quien quieras iniciar en la Ciencia Ficción.
¿De qué se trata?

Una gigantesca nube viaja por el espacio exterior. Todo lo que se pone a su alcance explota o desaparece misteriosamente. Su destino final es, por esas cosas del destino, la Tierra. Por esas otras cosas del destino, los únicos que están a tiro para plantar cara a la amenaza son los esforzados tripulantes del Enterprise. Por esas cosas adicionales del destino, el ahora flamante almirante Kirk andaba dando vueltas por ahí, y toma el mando como un vulgar capitán (y es que la vulgaridad midwest le va mejor a William Shatner que el estirado estilo New England, qué podemos decir) De manera que embarcados todos juntos una vez más, parten en un largo viaje de descubrimiento que los llevará hasta un peregrino misterio del pasado terrestre.
El espíritu de los tiempos

El espacio exterior estaba de moda. El programa espacial yanki, alicaído desde que pusieron por última vez el pie en la Luna en 1972, había experimentado un repunte con el lanzamiento de las sondas Voyager: de ahí se nutrió la mítica serie de TV Cosmos, de Carl Sagan, que reencantó a toda una generación (incluyendo su seguro servidor, el Capitán Gato, quien esto maulla y escribe) con las maravillas del espacio. Era el momento justo en que había que mirar hacia el espacio exterior, y un cuento de hadas en ropaje futurista bien pergueñado a nivel de FXs, LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, abrió la temporada de caza. Desde la cancelación de la legendaria serie televisiva de los 60s, los fanáticos de Viaje a las estrellas no habían cesado de crecer. Inexplicablemente, la Paramount no había escuchado el rumor en todos esos años, hasta que con el éxito de la vecina Fox con esas películas de princesas estelares y malos ataviados con máscaras de buceo, recordaron que tenían esa franquicia entre las manos, y se pusieron a la obra diligentemente. El fruto fue esta parida.
¿Por qué verla?

:: De toda la ristra de películas de la saga, es quizás la que recupera de manera más pura la esencia de la serie: explorar y maravillarse con el universo. En estricto rigor, en esta película no hay villanos de ninguna clase. El quid del asunto es parar a la nube, claro está, pero para eso, todos los esfuerzos de la tripulación se dirigen a abrir una vía de comunicación con el extraño, en vez de aniquilarlo (de todas maneras, siendo un poco cínicos, no les quedaba otra: de haber atacado, la nube se los hubiera quitado de encima como a la mosca joputando que en realidad eran) El asunto de inventar un medio de comunicación con una criatura alienígena totalmente incomprensible ya había sido tocado en SOLARIS, claro está, película con la que por cierto ésta tiene muchos puntos argumentales comunes (la criatura usa a una mujer muerta para abrir una vía de comunicación) pero aquí el tratamiento es más aventurero, más western, más yanki en una palabra. No por nada, el guionista fue Alan Dean Foster, autor de la saga Humanx (muy apreciada por los círculos frikis, como que hasta el juego de rol GURPS le dedicó una expansión) y por tanto, alguien bien al corriente de cómo iban las cosas dentro de la Sci-Fi de la época.
:: La película está dirigida con suntuosidad, de manera apoteósica. Esto puede ser considerado un plus o un punto en contra, según se mire. En el cine, tiene que haber quedado espectacular, con los vistosos decorados que muestran el periplo del Enterprise por el interior de la nube. En TV, a pantalla chica, pues bien, qué vamos a decir, el efecto grandilocuente se pierde y se ve un poco monótono, haciendo más lenta la película en total. Pero siguen siendo escenas bonitas, para quienes les guste el placer estético de las texturas, los colores, etcétera.

:: La banda sonora se engarza orgánicamente con la película, y la apoya bien. Hay un poco de fanfarrias, como es el estilo grandilocuente de la serie, pero también hay un poco de experimentación electrónica, o lo que en esa época prehistórica en que aún no se conocían los samplers podía llamarse electrónico.
:: Parece que el niño tiene una rabieta (el Dr. McCoy, cuando V-Ger está a punto de destruir la Tierra, después de que Spock ha comentado que V-Ger es en realidad como un niño deseoso de aprender cosas nuevas)
Ideal para: Vivir una experiencia místicoesotérica en clave cienciaficciónera.