Talia se ve implicada en la aplicación de una sentencia para un asesino convicto. El doctor Franklin investiga una posible estafa médica en el Bajo Fondo. Londo lleva a Lennier a las zonas menos recomendables de la estación.

Cuando al embajador Sinclair le ordenan que establezca mejores relaciones y alianzas con las demás razas de la estación, el embajador Londo Mollari ofrece a Lennier llevarle a visitar Babylon 5. Inevitablemente, las cosas terminan en desastre, cuando el embajador es pillado haciendo trampas en las cartas, y los dos se ven envueltos en una gran pelea dentro del bar Dark Star.

El doctor Franklin se entera de que una doctora, Laura Rosen, está dando tratamiento ilegal a los furtivos, con una máquina curativa alienígena. Cuando investiga un poco, se queda sorprendidísimo al descubrir que la máquina transfiere parte de la energía vital del que la usa, a un enfermo. A Rosen, la máquina le permite trabajar curando enfermos, de nuevo, y le da la oportunidad de redimirse por lo que hizo en el pasado, antes de que muera del Síndrome de Lakes. Franklin y la doctora traban amistad.

Mientras todo esto ocurre, un asesino psicópata llamado Karl Edward Mueller, es sentenciado a la muerte de la personalidad. Poco antes de que se lleve a cabo la sentencia, Mueller consigue escapar, y es herido en el brazo. Después toma a Janice Rosen como rehén y ordena a su madre que le cure el brazo. Cuando Franklin las encuentra, también le toman prisionero. Laura se da cuenta de que Mueller les matará tan pronto como le hayan curado, y decide cambiar el sentido del flujo de energía. El asesino queda expuesto al increíble dolor del Síndromede Lakes y muere.

El Juez Wellington juzga a Laura, y declara que ella actuó en defensa propia, y queda libre. Laura Rosen se va de Babylon 5 para empezar una nueva vida en la Tierra.