Senador Hidoshi
Por todos los medios necesarios
EE.UU., 1994
Título original: By Any Means Necessary
Dirección: Jim Johnston
Guión: Kathryn M. Drennan
Producción: J. Michael Straczynsky
Música: Christopher Franke
Fotografía: John C. Flinn III
Duración: 44 min.
IMDb: tt0517635. Doblaje: (es-ES) (ca-ES)
Reparto: Michael O´Hare (Comandante Jeffrey Sinclair); Claudia Christian (Susan Ivanova); Jerry Doyle (Michael Garibaldi); Julie Caitlin Brown (Na´Toth); Andreas Katsulas (G´Kar); Peter Jurasik (Londo Mollari); Aki Aleong (Senator Hidoshi); Katy Boyer (Neeoma Connally); Patricia Healy (Mary Ann Cramer); Ricardo Martínez (Estibador); Michael McKenzie (Capitán narn); José Rey (Eduardo Delvientos); Marianne Robertson (Técnico); John Snyder (Orin Zento)
Episodio: 12, Orden de producción: 114

Tiempo estimado de lectura: 6 min 33 seg

Argumento

Un accidente en la zona de descarga de la estación termina con la muerte de un trabajador, y la amenaza de una huelga ilegal se cierne sobre Babylon 5. Londo interfiere en una ceremonia religiosa narn, y eso provocará un enfrentamiento entre él y G´Kar.

Un accidente en uno de los hangares de Babylon 5 se cobra la vida de un trabajador, Alberto Delvientos, y provoca que los trabajadores de los hangares hagan una huelga ilegal. Cuando los intentos de negociación fracasan, el Senado envía uno de sus mejores negociadores, Orin Zento, para que medie en la disputa. Cuando éste no logra concencer a los trabajadores para que vuelvan al trabajo, Zento hace efectiva la Ley Rush, que permite al oficial de mando de la estación utilizar todos los medios necesarios para terminar con la huelga. Sin embargo, Sinclair decide no utilizar la fuerza para terminar la huelga, y en vez de eso, destina 1,3 millones de créditos del presupuesto militar de la estación para satisfacer las demandas de los trabajadores.

Mientras tanto, el embajador G´Kar se desvive por encontrar una planta de G´Quan Eth para la inminente ceremonia religiosa que tendrá lugar cuando el sol toque las Montañas de G´Quan en el mundo narn. Se quedará sorprendido al saber que el único que tiene una G´Quan Eth es Mollari.

Publicado originalmente en Estrella Naciente

A veces la ciencia-ficción es capaz de tratar temas de gran interés social de forma mucho más seria, rigurosa y comprometida que cualquier otro género, incluido el periodístico. POR TODOS LOS MEDIOS NECESARIOS, episodio de la magnífica primera temporada de la ya legendaria Babylon 5 es buena prueba de ello. Pocas veces una película o telefilme nos ha mostrado el complejo mundo de las luchas sindicales con tanto realismo como esta genial historia surgida de la imaginación de la guionista Kathryn M. Drennan. Pero veamos de qué va la cosa.

Una avería del equipo electrónico provoca un accidente en una de las esclusas de la estación Babylon 5, a consecuencia del cual un carguero narm sufre graves daños y una plataforma de embarque resulta destruida, muriendo uno de los operarios que trabajaban en ella. Este desastre provoca una virulenta reacción de los miembros del Gremio de la Construcción, hartos de trabajar hasta la extenuación con un equipo deficiente y mal pagados. Neeoma Connally, representante sindical del Gremio, se entrevista con el comandante Sinclair para exponerle las reivindicaciones de su gente. Garibaldi ha descubierto que el accidente fue provocado por un microchip defectuoso, lo que avala la tesis de los trabajadores, que siempre han dicho que el material con el que trabajan es de ínfima calidad. La presencia del embajador G´Kar en la reunión no contribuye a mejorar la situación. El diplomático narm está muy preocupado por la pérdida de su nave y del valioso cargamento que transportaba, y exige que alguien cargue con la responsabilidad del accidente.

Los obreros comienzan a fingir estar enfermos para no acudir a su trabajo, mientras docenas de naves esperan en torno a la estación sin poder atracar. El senador Hidoshi se pone en contacto con Sinclair para informarle de que hasta la Central Terrestre han llegado noticias de lo que ocurre en su estación, y de la inminente llegada a la misma de Orin Zento, considerado como el mejor mediador laboral del gobierno de la Alianza. Hidoshi ordena a Sinclair que preste a Zento toda su colaboración, incluso si fuera necesario que éste invocase el llamado Decreto Rush, la ley por la cual todos los trabajadores que tomen parte en una huelga ilegal pueden ser arrestados de inmediato. Sinclair defiende a los obreros, afirmando que el Gremio de la construcción tiene reivindicaciones legítimas. El senador también lo sabe, pero tiene las manos atadas y debe seguir las normas. Sospecha, y así se lo hace saber a Jeff, que algunos jerifaltes del Gobierno de la Tierra están encantados con lo que ocurre en Babylon 5, porque piensan que esos disturbios les permitirán deshacerse del comandante y cerrar la instalación.

Mientras tanto, G´Kar vive en una tensión constante. El carguero destruido transportaba una valiosa planta, imprescindible para realizar cierta ceremonia religiosa anual en honor de G´kwan, fundador de la religión que profesan la mayoría de los narms. Dicha ceremonia debe llevarse a cabo en una fecha concreta. Es uno de los más sagrados mandamientos de su religión, y G´Kar, hombre profundamente religioso, ha perdido su planta y no puede esperar que le envíen otra desde su mundo. La única persona en la estación que tiene una de esas plantas es..., el embajador Londo Mollari. G´Kar intenta comprársela, pero Londo, aunque al principio parece acceder y exige un precio desorbitado por ella, se niega a vendérsela, pues está disfrutando muchísimo con la angustia del narm. Ni siquiera Sinclair consigue que Mollari acceda a darle la planta a G´Kar, de modo que éste, con la ayuda de su fiel Na´Toth, intenta robarla. Pero Mollari ha escondido muy bien la dichosa planta, y al no encontrarla, los narms deciden robar una valiosa estatuilla centauri, con la intención de cambiársela a Londo por el ansiado vegetal.

Orin Zento llega a Babylon 5 y se entrevista inmediatamente con los trabajadores. Cualquier esperanza que éstos pudieran albergar queda eliminada ante la intransigencia del burócrata, que con buenas palabras les deja muy claro que el gobierno no va a ceder, que no habrá más presupuesto para nuevos equipos y piezas de recambio, y que, naturalmente, se pueden ir olvidando de los aumentos salariales. Connally y Zento se entrevistan en un par de ocasiones, pero ninguno de los dos está dispuesto a ceder. Los acontecimientos se precipitan, los trabajadores dejan de fingir estar enfermos y se declaran formalmente en huelga. Zento, irritado, acusa al comandante de estar compinchado con los obreros, y decide invocar el Decreto Rush, cosa que podrá hacer con una autorización del Senado Terrestre que solicita de inmediato.

El Senado autoriza a Zento a implantar el Decreto Rush, por lo que Sinclair deberá emplear todos los medios necesarios para obligar a los obreros a volver al trabajo y arrestar a los que persistan en su actitud. El comandante pide a Ivanova el texto íntegro de la orden del Senado, pues espera encontrar algún resquicio, algún punto débil en el documento, que le permita resolver la situación de forma pacífica. Mientras tanto, se produce el primer enfrentamiento entre Garibaldi y sus hombres y los trabajadores, que conocedores de la implantación del Decreto Rush, han decidido seguir adelante en defensa de sus justas reivindicaciones, aunque saben que eso puede acarrearles gravísimas consecuencias.

Aprovechando la confusión producida durante el enfrentamiento, Garibaldi logra arrastrar a Connally con él hasta un corredor. Justo en ese momento aparece Sinclair, y casi al instante, Zento. El jefe de seguridad informa al comandante de la situación. Extrañamente tranquilo, Sinclair expresa su deseo de hablar con los trabajadores, pues tiene algo muy importante que comunicarles, y también pide a la líder sindical y al mediador gubernamental que le acompañen.

Aunque recelosos, los obreros acceden a escuchar al militar. Sinclair les recuerda que, bajo el Decreto Rush, su obligación es emplear todos los medios que estime necesarios para acabar con esa huelga ilegal, y pregunta a Zento si está dispuesto a respaldarle al cien por cien, a lo que el burócrata responde afirmativamente. El comandante insiste machaconamente, y Zento, convencido de que ha ganado, le asegura que apoyará cualquier medida que decida tomar para restablecer el orden. Sinclair enuncia entonces las medidas que va a tomar: va a utilizar un millón y medio de créditos del presupuesto militar de la estación para aumentar los salarios de los trabajadores, adquirir nuevos equipos y piezas de recambio y contratar más personal. Y no sólo eso, si no que además promulga una amnistía general para los obreros que no deban responder por faltas o delitos anteriores a la huelga. Naturalmente, la condición indispensable para la aplicación de estas normas es que todos vuelvan inmediatamente al trabajo, porque como muy bien dice el comandante, Babylon 5 tiene carga que mover.

El júbilo de las ratas de embarcadero de Babylon 5 solo es comparable a la rabia que invade a Orin Zento al escuchar las palabras del comandante. ¡Usted no puede hacer eso! le espeta a Sinclair el siniestro politiquillo. A lo que el comandante responde que, efectivamente, no podía hacerlo..., hasta que él cometió el error de implantar el Decreto Rush otorgándole autoridad para acabar con la huelga ilegal utilizando todos los medios necesarios.

Sinclair, agotado, planea retirarse a descansar. Pero aún queda un problema por solucionar. Nuevamente habrá de mediar entre el narm y el centauri, que siguen enzarzados en su disputa por la pajolera plantita. Harto de todo eso, Sinclair ordena a G´Kar que le devuelva a Mollari la estatua robada, a lo que este accede a regañadientes. Seguidamente pide al embajador centauri que le entregue la planta, con la excusa de que su composición química la convierte en una sustancia botánica nociva y peligrosa. El comandante entregará la planta a G´Kar después, para que éste pueda llevar a cabo su ceremonia. Aunque eso sí, el narm tendrá que abonarle a Londo el precio que éste había exigido al principio, cuando fingía que estaba dispuesto a vendérsela.

Pero el narm está desolado, pues ya casi han pasado los denominados días de G´kwan y cree que ya no podrá realizar su ceremonia. Sin embargo, y gracias a la perspicacia de Jeffrey Sinclair, comprenderá que todavía está a tiempo de celebrar su rito religioso.

La primera temporada de Babylon 5 fue pródiga en buenos guiones, y el de POR TODOS LOS MEDIOS NECESARIOS es uno de los mejores. En un capítulo de 45 minutos, Kathryn M. Drennan desarrolla una interesante historia sobre la conflictividad laboral, y todavía le queda metraje para colocar las divertidas peripecias de G´Kar, Londo y la singular planta. Con este excelente episodio, y otros muchos de la misma temporada, el equipo de producción anticipaba ya lo que podría llegar a ser (y de hecho fue) Babylon 5 la serie más rica, compleja y mejor realizada de la historia de la ciencia-ficción televisiva.

El episodio puede interpretarse como una crítica feroz al sistema laboral imperante en nuestro avanzado mundo occidental. La acción transcurre en el año 2258, en una estación espacial situada en el sector Épsilon Eridani, a unos 11 años luz de la Tierra. Aparte de eso, el resto de la historia que narra el episodio tiene poco que ver con la ciencia-ficción, y mucho con nuestra realidad cotidiana, porque los conflictos entre los trabajadores y los gobiernos o las empresas están a la orden del día. Basta echar un vistazo a los periódicos para comprobarlo.

Los actores invitados se esforzaron al máximo para hacer creíbles sus personajes, y pienso que lo lograron plenamente. La representante sindical Neeoma Connally (Kathy Boyer) es una preciosa rubita menuda, que oculta bajo su apariencia frágil y algo aniñada una voluntad de hierro y una determinación a toda prueba. Su padre murió en un enfrentamiento con fuerzas de Seguridad durante las revueltas mineras de Ganímedes, hecho que la decidió a dedicar su vida a defender los derechos de los trabajadores. Es una líder nata muy respetada por su gente, que en ningún momento cuestiona ninguna de sus decisiones. Buena prueba de ello es que, aunque todos arden en deseos de declararse formalmente en huelga, en lugar de seguir con la farsa de la gripe azul, no lo hacen hasta que ella les autoriza. Por cierto, la gripe azul es una enfermedad imaginaria que se inventan los huelguistas para dejar de acudir al trabajo sin tener que declararse en huelga real, con las implicaciones que eso conlleva. Garibaldi, miembro de una dinastía de policías, parece ser el único oficial de la estación que conoce la verdadera naturaleza de esa dolencia.

Por su parte, John Snyder borda su papel de Orin Zento, el mediador enviado por el gobierno de la Tierra. Joven, apuesto e inteligente, el tal Zento es un calco exacto de esos especimenes que medran a la sombra de todos los gobiernos que en el mundo han sido. Es un burócrata con mayúsculas, un producto genuino de la peor politiquería. Su primera aparición ya es toda una declaración de principios. Se supone que debe negociar con los trabajadores, pero lo primero que le dice a Sinclair es que tiene una agenda muy apretada y espera agilizar el asunto para acabar cuanto antes. Además, pide ver al jefe de Seguridad, por si tiene que invocar el Decreto Rush, lo que demuestra su nula disposición a negociar nada. Zento ha ido a Babylon 5 a exigir a los trabajadores que vuelvan a sus puestos y acepten lo que hay, o se atengan a las consecuencias. Aunque inteligente, tiene un defecto muy acusado, típico, por otra parte, de los que se sienten respaldados por una autoridad superior: la prepotencia. Está allí para salvaguardar los intereses del Gobierno, o más concretamente, los de los políticos a los que debe su puesto. Cuando los trabajadores se ponen formalmente en huelga, implanta el Decreto Rush creyendo que así sirve mejor a sus amos, pero lo único que consigue es darle a Sinclair la ocasión para arreglar las cosas a su manera y sin que los obreros sufran ningún perjuicio.

José Rey interpreta a Eduardo Delvientos, primer capataz. Su hermano murió en el accidente de la plataforma y eso le afecta profundamente. Después de Connally, es la persona más respetada por los trabajadores. Este personaje aparecería de nuevo, aunque muy brevemente, en el episodio Y AHORA UNA NOTICIA, de la segunda temporada.

Aki Aleong da vida al senador Hidoshi. Este experimentado y escéptico político siente un profundo respeto por Sinclair y la forma en que dirige Babylon 5. Cuando todo termina, felicita al comandante, reconociendo que le admira por lo que ha hecho por los trabajadores, ya que su bisabuelo trabajó en una mina durante toda su vida. El Senado apoya las medidas tomadas por Sinclair, pero Hidosh i advierte a éste que sólo lo hacen para quedar bien de cara a la opinión pública, que aplaude la actuación del comandante. Lo cierto es que Zento tiene amigos muy poderosos en las altas esferas, y poniéndole en ridículo a él, Sinclair los ha puesto en ridículo a ellos. El curtido senador recomienda a Sinclair prudencia, recordándole que no es la persona más popular en los círculos del gobierno.

Aki Aleong es un actor ameriasiático, muy popular por su participación en V, en la que interpretaba al señor Chang, mano derecha de Nathan Bates. Su carrera ha discurrido por las series de televisión y los filmes de serie B, en los que casi siempre interpreta el papel de villano. Fue, sin ir más lejos, el siniestro general vietnamita que le hace la vida imposible a Chuck Norris en BRADOCK (DESPARECIDO EN COMBATE 3)

En este episodio apenas hay escenas de acción, aunque el interés no decae en ningún momento gracias al magistral guión y al buen hacer de los actores y del director. Los efectos especiales son, como siempre, de lo mejorcito que se haya hecho para la tele y no se les puede poner un pero.

POR TODOS LOS MEDIOS NECESARIOS. Un episodio genial, que demuestra con creces que la ciencia-ficción puede tratar absolutamente cualquier tema, aunque les pese a sus detractores que, por desgracia, y sobre todo en nuestra pobre España, todavía son legión.

© Antonio Quintana Carrandi,
(2.358 palabras) Créditos
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JMS habla

La Ley de Rush sólo se refiere a sindicatos, en su mayor parte... Se desarrolló durante la guerra Tierra/Minbar para tratar rápida y efectivamente con compañías o sindicatos que se mostraban difíciles y por otra parte elevar el esfuerzo de guerra. (El sindicato de controladores aéreos sería un buen ejemplo de que el gobierno hace lo que sea que crea necesario para resolver la situación.)

La ley concede poder extraordinario para resolver cualquier clase de huelga o acción sindical que ponga en peligro la operación de una base del ejército u otra operación militar, como Zento expresa.

[La Ley de Rush se designó según Rush Limbaugh, comentarista de radio y televisión conservador norteamericano. Un lector del Reino Unido pregunta quién es Rush Limbaugh, y JMS contesta: El principal proctólogo americano. Confíe en mí.


Curiosidades

Este guión lo escribió Kathy Drennan, la mujer de JMS. Ella llevaba tiempo queriendo escribir un guión, pero JMS no quería porque odiaba el nepotismo, así que tardó bastante en dar la luz verde; eso fue cuando Kathy dio una muy buena idea para este guión: una huelga en Babylon 5.

Durante el episodio, Sinclair aparece cada vez más cansado y desaliñado, tras días y días de negociaciones con el comité de huelga de Babylon 5. Eso es debido a que O´Hare llegó de Nueva York el primer día del rodaje, y sin descansar ni afeitar empezó a rodar, tenía hasta los ojos rojos de no dormir. A Johnston (el director) le pareció tan bueno el efecto que no le permitió a O´Hare que se afeitara durante lo que quedaba de semana, y además le dijo que durmiera poco, que era mejor que actuara cansado.

Jim Johnston (el director) aparece en un momento del rodaje haciendo de huelguista. Eso es porque no tenían presupuesto para contratar a otro actor. Además de Johnston aparecen unos veinte miembros del equipo entre los huelguistas, como extras.

El título original de este episodio era BACKLASH.

Publicado originalmente en Estrella Naciente

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